Guadalajara en sombras

29/04/2025 - 10:10 J.P.

FOTOGRAFÍAS: IVÁN SERRANO

Un día de tensión sostenida, casi soterrada, y de mucha hermandad. Ante la duda, los vecinos de Guadalajara se echaron a la calle, a preguntarse y hablar, con el inquietante sonido de ambulancias y coches de policía como banda sonora redundante, con la duda de cuántas personas habrían quedado atrapadas en ascensores y el humor negro, tan necesario en tiempo de crisis, y la resilencia que dan haber pasado ya por tantos 'eventos historicos' en tan pocos años.

A falta de datos y declaraciones que lo confirmen, Guadalajara sobrellevo de manera admirable un jornada que fácilmente podía haber sido de caos y confusión, que los hubos. A los pocos minutos de producirse el apagón, los vecinos ya empezaron a asomarse a las calles de la ciudad, convertidas en fuente de información para quienes intuían que no era normal eso de que TODO desapareciera a la vez. "Dicen que afecta a toda España". Incluso a Francia comentaban otros, aquellos que tenían la suerte de conservar red.

Los supermercados comenzaron a cerrar sus puertas y corría como la polvora el rumor de uno que en el que podían usarse tarjetas de crédito. El dinero en efectivo recuperaba el protagonismo perdido por la pandemia. Los bazares aguantaban abiertos y esta vez era el pan lo primero en escasear. Quienes hace unas semanas se reían del kit de supervivencia, ahora buscaban radios o pilas. Y las sirenas de ambulancia, policía o bomberos resonaban como ecos en algún punto de la ciudad cada poco tiempo. 

 

En la calle eran todo risas y bromas, al menos en apariencia, no por nada hemos vivido ya lo que hemos vivido, pero también miedo por aquellos que sin duda habrían quedado atrapados en ascensores, por quienes necesitaban máquinas para garantizar su salud, por la actividad en los hospitales y por los familiares con lo que era imposible contactar. 

El buen tiempo se hizo aliado de la ciudadanía. Parques y terrazas se llenaros de personas dispuestas a compatir información. Los hubo que sacaron sus transistores a la calle o subieron el volumen de la radio para que todos pudieran saber. Mientras tanto, los padres que podían permitírselo se daban un paseo hasta los centros educativos para constatar que todo estaba en orden... y lo estaba. Los hijos se acercaron a ver a sus padres y otro simplemente se encontraron por la calle. 

 

Miedo da pensar en lo que puede haber ocurrido. Aún no tenemos datos ni cifras oficiales a nivel local o provincial, pero al menos la sensación era de tranquilidad... al menos mientras hubiera luz del sol. La noche, ya lo sabíamos desde primera hora de la tarde, nos cogería a oscuras. Aún así, los hubo que apuraron. Algunos bares hasta sacaron velitas a sus terrazas, pero tampoco duró demasiado, en cuanto el sol comenzó a irse, también los guadalajareños comenzaron a recluirse en sus casas. La luz natural dejó su sitio a la de los coches patrulla que recorrieron las calles silenciosos, sin abandonar y sin molestar a quienes probablemente ayer adelantaron su hora de irse a la cama. 

A la 1 de la mañana la electricidad regresaba a una ciudad que, al menos en apariencia, había sabido disfrutar de su día de desconexión digital. Ahora quedará evaluar la resaca de este día, que sin duda la habrá y posiblemente no será agradable.