Guadalajara fue 'ciudad de paso' para la banda terrorista ETA

22/10/2011 - 14:58 Redacción

 
   Aunque a lo largo de las varias décadas de existencia de la banda etarra la provincia de Guadalajara se ha visto involucrada por distintos motivos, nunca ésta ha sido –al menos que se conozca– un lugar se asentamiento estable de algún comando. Tras la deposición de las armas anunciadas por ETA, las distintas administraciones públicas de Guadalajara reaccionaron ayer de forma unánime. En la capital, el alcalde, Antonio Román, afirmó que “se trata de una noticia positiva” en la que espera que no se hayan producido concesiones políticas. La Diputación aprobó también ayer por unanimidad una declaración institucional mostrando su “satisfacción” y pidiendo la disolución completa de la banda.


  La actividad de la organización terrorista en la provincia durante los más de cuarenta años que lleva activa se resume, oficialmente, en un intento de atentado en la localidad de Baides, en el año 1988, cuando colocó una bomba en las vías del tren que afortunadamente no llegó a explotar; el robo del coche en el barrio de La Amistad, en la capital, con el que sí hizo estallar en Madrid treinta kilos de explosivo; un piso donde se detuvo a Lourdes Sánchez por su presunta colaboración con la banda criminal, y la detención de dos etarras con 600 kilos de explosivos que habrían sido utilizados en Madrid.

  Ésta actuación fue, sin duda, una de las más importantes y con mayor repercusión a nivel nacional ocurridas en Guadalajara. Por su proximidad con Madrid, Guadalajara ha sido una “ciudad de paso” para los terroristas, aunque nunca destino de un comando fijo. ‘Makario’ En la década de los setenta, hubo testigos que identificaron en Guadalajara a ‘Makario’, uno de los cerebros de la banda, pero la provincia no ha sido refugio de miembros en activo.

  Tampoco ha habido empresas que paguen el denominado ‘impuesto revolucionario’, ya que no suelen estar muy alejadas del entorno del País Vasco. Durante estos más de cuarenta años, la operatividad de la banda criminal ha sido cambiante; aunque la provincia siempre les ha servido o bien para trasladar explosivos, como en el caso de Poveda de la Sierra; o simplemente de paso a ciudades como Barcelona o Madrid, las más castigadas por los sangrientos atentados de la banda.