Guadalajara inaugura su nueva depuradora de aguas residuales
01/10/2010 - 09:45
La estación depuradora de aguas residuales de Guadalajara, una de las infrestructuras más básicas para el desarrollo de cualquier ciudad, ha renovado sus instalaciones para adaptarse a las nuevas necesidades de la capital y Marchamalo. Aunque aún se encuentra en fase piloto hasta diciembre, la estación ya sanea 45.000 metros cúbicos de agua al día.
A partir de ahora, el cauce del río Henares discurrirá más limpio que nunca gracias a la apertura de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Guadalajara, una moderna instalación que permite compatibilizar el desarrollo social con el respeto al medioambiente, tal y como calificó la directora general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Marta Morén quien visitó el resultado de las obras de la nueva instalación acompañada por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José María Macías, el alcalde capitalino, Antonio Román y la subdelegada del Gobierno en Guadalajara, Araceli Muñoz, entre otras autoridades.
La depuradora permitirá desde ahora mayores cotas de desarrollo económico para la ciudad de Guadalajara y la localidad de Marchamalo a la que también presta servicio puesto que su capacidad de tratamiento de aguas no pone límites al crecimiento de su entorno. De hecho, tiene una cobertura temporal que se prolongará, aproximadamente, hasta al año 2026, lo que se traduce, en términos poblacionales, en un crecimiento poblacional de 300.000 habitantes . Además, existe la posibilidad de ampliar la capacidad en un 25 por ciento más, con la puesta en marcha de una cuarta línea de tratamiento, alcanzando entonces la cifra de 72.000 metros cúbicos de agua depurada al día.
La nueva estación depuradora de aguas residuales de Guadalajara concluía sus obras de ejecución en el primer trimestre de este año. A la vez, la planta iniciaba la fase de pruebas consistente en un proceso biológico que prepara a la depuradora para filtrar un máximo inicial de 45.000 metros cúbicos de agua al día, una fase que se prolongará hasta el próximo mes de diciembre. El proceso previo hasta su puesta en marcha se ha extendido durante tres legislaturas. Corría el año 2003 cuando el entonces alcalde capitalino, José María Bris, suscribió un convenio con Medio Ambiente como primer paso para la ampliación de la depuradora. Su sucesor, el socialista Jesús Alique, continuó con las gestiones pertinentes y, definitivamente, la depuradora ha podido ser inaugurada en la presente legislatura, con Antonio Román como primer edil. Durante la presentación de la nueva depuradora de aguas, el propio Román recordaba que ésta ha supuesto una inversión de 27 millones de euros, a los que hay que sumar otros 10,5 millones procedentes de la construcción del nuevo colector de Monjardín, también inaugurado en los últimos meses.
De estos 37,5 millones, el 85 por ciento ha sido sufragado por la Confederación Hidrográfica del Tajo a través de Fondos de Cohesión de la Unión Europea. El 15 por ciento restante, aproximadamente cinco millones de euros, han salido de las arcas del Ayuntamiento de Guadalajara. El Consistorio se encargará de su gestión, a través de la externalización del servicio, una vez que las obras sean recepcionadas en los próximos meses, tal y como indicó el alcalde, quien aprovechó también para aclarar que el incremento de la tasa de saneamiento en un 28 por ciento no tiene relación con la privatización del suministro de agua aprobada por el equipo de Gobierno, tal y como habían sugerido desde el Grupo Municipal Socialista, sino que se debe a que la gestión de la nueva depuradora es más cara. Verter agua más limpia al río repercute y cada ciudadano está pagando unos euros de su bolsillo para que eso sea así.
Tanto la depuradora como el colector se integran en el programa Agua, destinado a la mejora del abastecimiento, depuración y conservación de los entornos ribereños, llevado a cabo entre la Junta de Comunidades y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Román agregó que su puesta en marcha significa cumplir la directiva que obliga a verter aguas residuales al río bajo determinados parámetros; mejorar la calidad de agua y la calidad de vida de los vecinos del entorno, al eliminar los malos olores y contribuye, en definitiva, a hacer de Guadalajara una ciudad más sostenible.
Colectores
Esta obra se completa con otra de vital importancia para la ciudad: la nueva red de colectores de Guadalajara. Después de varios años de retraso, las obras de construcción del colector comenzaron a mediados de 2004, a cargo de la UTE formada por Sosegosa y Rodio Cimentaciones Especiales. Estas obras han completado una conexión de siete kilómetros de tuberías entre el arroyo de Monjardín y la nueva depuradora. Gracias a su puesta en funcionamiento, se garantizará el suministro de agua potable a los nuevos barrios de la ciudad que, cuyas aguas residuales tenían que ser tratadas por el viejo y saturado colector del Alamín.
La nueva red suministrará agua también a los barrios anexionados de Iriépal y Taracena. La nueva EDAR dispone de los más sofisticados sistemas de tratamiento, con lo que consigue una mayor calidad microbiológica de las aguas del río Henares y reduce sensiblemente el volumen de residuos vertidos a su cauce.
La depuradora permitirá desde ahora mayores cotas de desarrollo económico para la ciudad de Guadalajara y la localidad de Marchamalo a la que también presta servicio puesto que su capacidad de tratamiento de aguas no pone límites al crecimiento de su entorno. De hecho, tiene una cobertura temporal que se prolongará, aproximadamente, hasta al año 2026, lo que se traduce, en términos poblacionales, en un crecimiento poblacional de 300.000 habitantes . Además, existe la posibilidad de ampliar la capacidad en un 25 por ciento más, con la puesta en marcha de una cuarta línea de tratamiento, alcanzando entonces la cifra de 72.000 metros cúbicos de agua depurada al día.
La nueva estación depuradora de aguas residuales de Guadalajara concluía sus obras de ejecución en el primer trimestre de este año. A la vez, la planta iniciaba la fase de pruebas consistente en un proceso biológico que prepara a la depuradora para filtrar un máximo inicial de 45.000 metros cúbicos de agua al día, una fase que se prolongará hasta el próximo mes de diciembre. El proceso previo hasta su puesta en marcha se ha extendido durante tres legislaturas. Corría el año 2003 cuando el entonces alcalde capitalino, José María Bris, suscribió un convenio con Medio Ambiente como primer paso para la ampliación de la depuradora. Su sucesor, el socialista Jesús Alique, continuó con las gestiones pertinentes y, definitivamente, la depuradora ha podido ser inaugurada en la presente legislatura, con Antonio Román como primer edil. Durante la presentación de la nueva depuradora de aguas, el propio Román recordaba que ésta ha supuesto una inversión de 27 millones de euros, a los que hay que sumar otros 10,5 millones procedentes de la construcción del nuevo colector de Monjardín, también inaugurado en los últimos meses.
De estos 37,5 millones, el 85 por ciento ha sido sufragado por la Confederación Hidrográfica del Tajo a través de Fondos de Cohesión de la Unión Europea. El 15 por ciento restante, aproximadamente cinco millones de euros, han salido de las arcas del Ayuntamiento de Guadalajara. El Consistorio se encargará de su gestión, a través de la externalización del servicio, una vez que las obras sean recepcionadas en los próximos meses, tal y como indicó el alcalde, quien aprovechó también para aclarar que el incremento de la tasa de saneamiento en un 28 por ciento no tiene relación con la privatización del suministro de agua aprobada por el equipo de Gobierno, tal y como habían sugerido desde el Grupo Municipal Socialista, sino que se debe a que la gestión de la nueva depuradora es más cara. Verter agua más limpia al río repercute y cada ciudadano está pagando unos euros de su bolsillo para que eso sea así.
Tanto la depuradora como el colector se integran en el programa Agua, destinado a la mejora del abastecimiento, depuración y conservación de los entornos ribereños, llevado a cabo entre la Junta de Comunidades y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Román agregó que su puesta en marcha significa cumplir la directiva que obliga a verter aguas residuales al río bajo determinados parámetros; mejorar la calidad de agua y la calidad de vida de los vecinos del entorno, al eliminar los malos olores y contribuye, en definitiva, a hacer de Guadalajara una ciudad más sostenible.
Colectores
Esta obra se completa con otra de vital importancia para la ciudad: la nueva red de colectores de Guadalajara. Después de varios años de retraso, las obras de construcción del colector comenzaron a mediados de 2004, a cargo de la UTE formada por Sosegosa y Rodio Cimentaciones Especiales. Estas obras han completado una conexión de siete kilómetros de tuberías entre el arroyo de Monjardín y la nueva depuradora. Gracias a su puesta en funcionamiento, se garantizará el suministro de agua potable a los nuevos barrios de la ciudad que, cuyas aguas residuales tenían que ser tratadas por el viejo y saturado colector del Alamín.
La nueva red suministrará agua también a los barrios anexionados de Iriépal y Taracena. La nueva EDAR dispone de los más sofisticados sistemas de tratamiento, con lo que consigue una mayor calidad microbiológica de las aguas del río Henares y reduce sensiblemente el volumen de residuos vertidos a su cauce.