Guadalajara revive su época medieval, renacentista y barroca

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
Enmarcado en el programa de actos conmemorativos del 550º aniversario del nombramiento de Guadalalajara como ciudad, ayer tuvo lugar la primera de las ponencias que profundizarán en los diversos capítulos que integran el libro institucional bautizado como ‘Guadalajara ciudad’. El encuentro sirvió para conocer la historia de Guadalajara desde su época medieval hasta el barroco.Si hace poco menos de una semana se bautizaba el libro Guadalajara ciudad, publicación que recorre la historia de la capital desde que ésta fue nombrada ciudad por el rey Enrique IV, en 1460, ayer tuvieron lugar las dos primeras de las seis conferencias que ahondarán en los diferentes capítulos que integran el libro a cargo de sus propios autores.
Ayer fue el turno de echar la vista atrás a la Guadalajara de la edad media, del renacimiento y la ilustrada de la mano de Plácido Ballesteros, doctor en Historia Medieval por la Universidad de Alcalá; y José Miguel Muñoz, doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense.
El primero en esbozar unas palabras al público fue Ballesteros, encargado de iniciar el encuentro con reminiscencias históricas al medievo guadalajareño. Su punto de partida, sin embargo, no se encontraría en la época musulmana o visigoda, puesto que de éstos se tiene un conocimiento escaso e impreciso, y poco adecuado a un libro y un ciclo de conferencias divulgativo, justificó Ballesteros. La ponencia se iniciaría por tanto con los primeros documentos contrastados que se tienen de la historia de Guadalajara: su conquista por los cristianos en el año 1085, un hecho que se produjo por rendición y no por la hazaña de Álvar Fáñez, leyenda ayer desmitificada desde el punto de vista científico. El mito, según Ballesteros, fue creado por el historiador Francisco de Medina y Mendoza 400 años después de la conquista y tomando como fuente literaria, que no histórica, las leyendas del Cid.
Junto a este dato revelador, Ballesteros también aportó otras curiosidades como la atribución incorrecta a la familia de los Mendoza parte del engrandecimiento de la ciudad, algo que ya se daría desde el siglo XII por su situación estratégica, y que vendría a acentuarse en el siglo XV con la concesión por el rey, no sólo del título de ciudad, sino también con el privilegio de exención de impuestos.
Por su parte, Muñoz se encargó de hacer un recorrido por la Guadalajara renacentista y barroca desde un punto de vista arquitectónico. Con el apoyo de diapositivas, los asistentes fueron testigos de la evolución sufrida por Guadalajara en los siglos XVI y XVII, pasando de ciudad medieval a una ciudad señorial, para posteriormente convertirse en una ciudad conventual. En esta transformación sí que tuvieron mucho que ver los Mendoza y varias familias nobles, que fueron mitigando la influencia mudéjar con la construcción de palacios de estilo italiano. También a ellos se debe la fundación de diversos conventos de monjas y frailes, dando lugar así lugar a una ciudad marcadamente religiosa que llegaría a contar con 14 conventos y 10 parroquias. A pesar de la destrucción, hoy se conservan muchos de estos edificios. Respecto a las iglesias conventuales, con la desamortización muchas de ellas acabaron siendo parroquias, como es el caso de San Ginés, San Nicolás o Santiago; ejemplos de un importante patrimonio que “debemos procurar de mantener”, instó Muñoz.