Guardias civiles de toda la provincia son homenajeados en Atienza
01/10/2010 - 09:45
Por: DIANA PIZARRO
Un homenaje despertó el sábado a los vecinos de Atienza, quienes vieron como desde primera hora de la mañana el municipio iba acogiendo a centenares de guardias civiles venidos de toda la provincia. La razón, el homenaje que el Ayuntamiento ha querido brindar a un puesto que se puso en funcionamiento en 1853 para trabajar por la seguridad en el medio rural. Tras un concierto en la iglesia de San Juan Bautista, la corporación municipal y demás autoridades, asistieron a un vistoso desfile que incluyó un acto de homenaje a los caídos. Por último, se descubrió una placa conmemorativa en el cuartel atencino.


Un aplauso incesante fue el mejor homenaje a los 11 efectivos de la Guardia Civil que operan actualmente en Atienza y su comarca, pero también a todos aquellos que han pasado por un puesto fundado hace ya 155 años. Es un acto merecido para todo el cuerpo, y ahora que cumplimos esa cifra tan redonda desde que se pusiera en marcha en 1953, hemos decidido rendirles este homenaje tan merecido, aunque lo hayamos ido retrasando un poco, explicó ayer el alcalde de Atienza, Felipe López, quien recibió a las puertas del ayuntamiento a las autoridades militares y civiles que se fueron acercando hasta el municipio para participar en el acto. En representación de la Diputación, Francisco Domínguez, alcalde de Sigüenza y diputado provincial, acompañó en todo momento a la corporación municipal. Asimismo, también estuvo presente la secretaria general de la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara, Beatriz Sánchez, que pasó revista a los efectivos apostados en la plaza del Trigo.
Los actos comenzaron pasado el medio día en la iglesia de San Juan Bautista, edificio renacentista del siglo XVI que acogió en su seno a la Banda de Música de la Guardia Civil. Poco a poco, el templo fue recibiendo un goteo incesante de vecinos de Atienza, pero también de visitantes de otros municipios que disfrutaron con un concierto de cerca de una hora en la que se interpretaron magistralmente canciones tan conocidas como De Andalucía a Aragón, El 2 de mayo, La Marchenera, Como las propias rosas, El huésped del Sevillano o El murciélago de Johann Strauss. Para terminar, los cerca de 40 componentes de la banda optaron por un pasodoble que fue muy bienvenido por todos, Amparito Roca.
Unión con la sociedad
La corporación municipal y demás autoridades disfrutaron de la música en el primer banco del segundo banco, siempre guiados por su alcalde, en cuyas manos aguantaba el bastón de mando del Consistorio. Junto a ellos, en un banco paralelo, el coronel Andrés Bachiller, antiguo teniente coronel del puesto de Atienza, quien calificó el homenaje como una magnífica unión de la Guardia Civil con la sociedad, que es al fin y al cabo a la que sirve, aunque no siempre se consigue que las cosas salgan como se merece. Bachiller, deleitó al centenar de efectivos presentes y a las casi 200 personas que no quisieron perderse el homenaje, con un discurso en el que alabó la labor de todos los miembros de la Benemérita. También dedicó unas palabras a un público que buscaba desesperadamente la sombra en la plaza del Trigo, el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Javier Lázaro Martín. Son muchos los guardias civiles que han pasado por este puesto desde 1853, cada uno diferente, de distintos lugares, pero todos con el mismo espíritu de sacrificio. Por ello, los vecinos, y el Ayuntamiento en su nombre, quieren agredecerles esa labor. En este punto, el concejal enumeró las dificultades de la demarcación, tanto por su orografía como por su dimensión, pues engloba a un total de 47 localidades. Y dentro de todo eso, Atienza fue la escogida, y aunque desconocemos la fecha exacta en la que se creó el puesto, sí sabemos que el primer servicio humanitario lo realizaron en el incendio de una vivienda en Bañuelos. Con la pretensión de dar servicio de seguridad cercana a las zonas rurales, el abrazo de la corporación municipal se hizo extensivo a todos los guardias civiles de Atienza, Guadalajara y Castilla-La Mancha. A continuación, el alcalde del municipio, junto con dos efectivos de la Benemérita, colocaron una ofrenda ante un monolito en homenaje a los caídos. El silencio sobrecogió a los presentes, en cuyas mentes había seguramente más de una ausencia.
El tiempo de las palabras de homenaje se cerró con la oración que realizó el párroco del municipio, en la que se destacó que les demandó el honor y obedecieron, fieles al juramento que les enseñaron. Tras varios tiros de la salva de honores, la banda procedió a la interpretación del himno de la Guardia Civil. Por último, y antes de proceder a descubrir una placa en homenaje en el cuartel, los efectivos desfilaron ante los ojos de niños y mayores, vecinos y forasteros, todos ellos con mirada de orgullo y seguridad a la vez. El acto finalizó como empezó, con un aplauso en medio del silencio, sólo roto por un ¡Viva la Guardia Civil!.
Los actos comenzaron pasado el medio día en la iglesia de San Juan Bautista, edificio renacentista del siglo XVI que acogió en su seno a la Banda de Música de la Guardia Civil. Poco a poco, el templo fue recibiendo un goteo incesante de vecinos de Atienza, pero también de visitantes de otros municipios que disfrutaron con un concierto de cerca de una hora en la que se interpretaron magistralmente canciones tan conocidas como De Andalucía a Aragón, El 2 de mayo, La Marchenera, Como las propias rosas, El huésped del Sevillano o El murciélago de Johann Strauss. Para terminar, los cerca de 40 componentes de la banda optaron por un pasodoble que fue muy bienvenido por todos, Amparito Roca.
Unión con la sociedad
La corporación municipal y demás autoridades disfrutaron de la música en el primer banco del segundo banco, siempre guiados por su alcalde, en cuyas manos aguantaba el bastón de mando del Consistorio. Junto a ellos, en un banco paralelo, el coronel Andrés Bachiller, antiguo teniente coronel del puesto de Atienza, quien calificó el homenaje como una magnífica unión de la Guardia Civil con la sociedad, que es al fin y al cabo a la que sirve, aunque no siempre se consigue que las cosas salgan como se merece. Bachiller, deleitó al centenar de efectivos presentes y a las casi 200 personas que no quisieron perderse el homenaje, con un discurso en el que alabó la labor de todos los miembros de la Benemérita. También dedicó unas palabras a un público que buscaba desesperadamente la sombra en la plaza del Trigo, el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Javier Lázaro Martín. Son muchos los guardias civiles que han pasado por este puesto desde 1853, cada uno diferente, de distintos lugares, pero todos con el mismo espíritu de sacrificio. Por ello, los vecinos, y el Ayuntamiento en su nombre, quieren agredecerles esa labor. En este punto, el concejal enumeró las dificultades de la demarcación, tanto por su orografía como por su dimensión, pues engloba a un total de 47 localidades. Y dentro de todo eso, Atienza fue la escogida, y aunque desconocemos la fecha exacta en la que se creó el puesto, sí sabemos que el primer servicio humanitario lo realizaron en el incendio de una vivienda en Bañuelos. Con la pretensión de dar servicio de seguridad cercana a las zonas rurales, el abrazo de la corporación municipal se hizo extensivo a todos los guardias civiles de Atienza, Guadalajara y Castilla-La Mancha. A continuación, el alcalde del municipio, junto con dos efectivos de la Benemérita, colocaron una ofrenda ante un monolito en homenaje a los caídos. El silencio sobrecogió a los presentes, en cuyas mentes había seguramente más de una ausencia.
El tiempo de las palabras de homenaje se cerró con la oración que realizó el párroco del municipio, en la que se destacó que les demandó el honor y obedecieron, fieles al juramento que les enseñaron. Tras varios tiros de la salva de honores, la banda procedió a la interpretación del himno de la Guardia Civil. Por último, y antes de proceder a descubrir una placa en homenaje en el cuartel, los efectivos desfilaron ante los ojos de niños y mayores, vecinos y forasteros, todos ellos con mirada de orgullo y seguridad a la vez. El acto finalizó como empezó, con un aplauso en medio del silencio, sólo roto por un ¡Viva la Guardia Civil!.