Guarinos asiste a la tradición de los Soldados de Cristo en Budia

18/04/2014 - 07:10 Javier Pastrana Margüenda

La localidad de Budia celebró ayer los actos de Jueves Santo con motivo de la Semana Santa, que está declarada de Interés Turístico Provincial, y cuyo eje central gira en torno a la Hermandad de los Soldados de Cristo que se remonta al siglo XV o principios del XVI habiéndose recuperado en el año 2001. La presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, asistió con el alcalde de Budia, Carlos María de Silva, a los actos religiosos centrados en la Escolta al Abad, la rendición de lanzas y el lavatorio, así como a la posterior procesión. También han asistido concejales del Ayuntamiento, el diputado provincial Javier del Río y el director general de Nuevas Tecnologías de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Daniel Martínez Batanero.
Los orígenes de la Hermandad se remontan a finales del siglo XVy principios del XVI
La máxima responsable de la Institución Provincial ha destacado la devoción de los miembros de la Hermandad cuya misión es la custodia del Sepulcro y Monumento del Señor. Los soldados, que visten traje de pana negro, camisa blanca y sombrero, portan una banda roja con la imagen del Sagrado Corazón a la altura del pecho, así como una lanza. Ana Guarinos ha animado a la Hermandad a continuar con esta tradición que está declarada de Interés Turístico Provincial y que no viene sino a “recuperar la historia y las raíces de nuestros antepasados siendo, además, un atractivo reclamo turístico en el que predomina la devoción”. Guarinos ha puesto en valor “todas las manifestaciones religiosas que tienen lugar durante esta Semana Santa en la provincia muchas de ellas declaradas de Interés Turístico que cuentan con gran reclamo entre los vecinos y los visitantes que se dan cita estos días en nuestra provincia”. Los Soldados de Cristo se reúnen en la Plaza de las Cuatro Calles y forman fila hasta que el teniente da novedades al capitán y marchan hacia la iglesia. Tras pasar revista el capitán se acerca a buscar al sacerdote a su casa para celebrar la Eucaristía donde se procede al Lavatorio de los doce soldados.