Guerra en Ucrania

06/03/2022 - 11:22 Pedro Villaverde Martínez

 Empieza marzo con preocupación mundial, ahora por una guerra, la invasión de un país por otro, algo que parecería de otro tiempo, de otro siglo, pero que por desgracia está ocurriendo y el pueblo, los ciudadanos, son quienes lo sufren.

Y el tiempo no se detiene. Un día sigue a otro. Lo despedimos, saludamos al siguiente y nos encontramos de nuevo en la rueda del tiempo. El ser humano siempre limitado sigue dando vueltas a la rueda del tiempo. “Burla burlando” que dijera el poeta…van pasando los días y esa rueda se encuentra ya en el tercer escalón de eso que llamamos calendario. Con ese tercer mes del año y con los días creciendo caminamos hacia esa primavera cuyo nombre parece indicar alegría. Todavía falta tiempo para ese 21 de marzo, queda frío y esperemos que lluvia en abundancia por llegar para compensar la sequía que sufrimos,  pero  llegará como siempre con la rapidez que el tiempo pasa, aunque no para quien lo pasa mal como hoy sucede en Ucrania. 

  Empieza marzo con preocupación mundial, ahora no tanto por la pandemia, sino por una guerra, la invasión de un país por otro, algo que parecería de otro tiempo, de otro siglo, pero que por desgracia está ocurriendo y el pueblo, los ciudadanos, son quienes lo sufren, huyendo de su país, temiendo por su vida, sin alimentos, ni medicinas, ni escuelas, ni vida. Las calles vacías, los refugios llenos y el miedo en el cuerpo.

   Sin entrar en el fondo del tema, pues poco o nada entendemos de política internacional, si queremos hoy condenar cualquier agresión a un país, lamentar el fracaso de los intentos diplomáticos durante semanas, exaltar la paz como valor o derecho supremo de la humanidad y mostrar nuestra solidaridad con quienes sufren las consecuencias de estos combates. No olvidemos que son las personas las que pagan las  discrepancias, ambiciones, egoísmos o cabezonadas de sus dirigentes que están para gobernar, proporcionar bienestar y sin embargo les llevan, en ocasiones excepcionales claro está, a esta situación de horror. 

  Deseamos hoy por tanto que esas conversaciones que dicen tener cada día las partes en contienda se traduzcan en un alto al fuego, cuanto antes la gente vuelva a sus hogares y tenga lugar la reconstrucción de todo lo devastado sin que lo que ocurre afecte de manera grave a la economía del resto del mundo pues éste es un pañuelo y todo está relacionado para bien y lamentablemente para mal.