Hacienda ingresa 4.200 millones por los carburantes
01/10/2010 - 09:45
El encarecimiento del petróleo, situado en máximos históricos, tiene su lado bueno para las arcas públicas, al contrario de lo que ocurre con los consumidores. La subida de 60 dólares que el barril de crudo ha experimentado en esta legislatura ha permitido a Hacienda ingresar, vía impuestos, 4.200 millones de euros con los que no contaba al principio de la misma, pues nadie imaginaba entonces que la cotización del llamado oro negro se iba a disparar en apenas cuatro años hasta alcanzar los 100 dólares.
Y es que la moderación en el uso de carburantes no ha sido tanto como podía esperarse dado lo ajustado de los presupuestos familiares.
Esos ingresos extra proceden tanto del IVA como del impuesto de hidrocarburos. Los recursos obtenidos por este último han crecido un 10% en ese período, pese a que el consumo final de combustibles descendió algo. Así, los ingresos anuales que el Estado obtiene por este tributo especial han superado la escala de los 9.000 millones en que se mantuvieron durante la pasada legislatura (2000-2003) para situarse por encima de los 10.000, desde los 10.123 millones contabilizados en 2004 hasta los 10.715 millones de 2007, si bien los últimos datos apuntan a un estancamiento (-0,3% en enero pasado).
Un petróleo más caro dispara la inflación, reduce el crecimiento económico y agrava el déficit exterior, pero también contribuye a reducir el consumo energético y su impacto económico es menor.
Esos ingresos extra proceden tanto del IVA como del impuesto de hidrocarburos. Los recursos obtenidos por este último han crecido un 10% en ese período, pese a que el consumo final de combustibles descendió algo. Así, los ingresos anuales que el Estado obtiene por este tributo especial han superado la escala de los 9.000 millones en que se mantuvieron durante la pasada legislatura (2000-2003) para situarse por encima de los 10.000, desde los 10.123 millones contabilizados en 2004 hasta los 10.715 millones de 2007, si bien los últimos datos apuntan a un estancamiento (-0,3% en enero pasado).
Un petróleo más caro dispara la inflación, reduce el crecimiento económico y agrava el déficit exterior, pero también contribuye a reducir el consumo energético y su impacto económico es menor.