Haz frente a la gripe con una dieta equilibrada, ejercicio e higiene

06/10/2010 - 17:00 Susana Barranco

La vacuna es sin duda la mejor defensa ante la gripe, pero puedes hacerle frente y mejorar la prevención con una dieta equilibrada, acompañada de la práctica de ejercicio y de unos buenos hábitos de higiene.

Metidos ya en el otoño, las temperaturas comienzan a bajar día a día y empiezan a aparecer los primeros síntomas gripales. La gripe se manifiesta con fiebre, alteraciones en el sistema respiratorio y dolores musculares, pero, al estar causada por un virus, los antibióticos no son eficaces en su tratamiento.

Aunque la vacuna es, sin duda, el principal método para hacerle frente, existen otras medidas que resultan claves tanto en la prevención como en la reducción de sus síntomas, como son una alimentación adecuada y equilibrada, la práctica de ejercicio, la hidratación, el no fumar y el mantenimiento de uns hábitos higiénicos saludables.

La importancia de la alimentación
El sistema inmunológico es el encargado de protegernos frente a las infecciones y la alimentación puede estimularlo. Así, el consumo de vitamina C, presente sobre todo en la naranja, la mandarina, el pomelo, las fresas, los kiwis, el melón y algunas verduras como los pimientos, los tomates o las coles, puede ayudar a estimular la función inmunológica, manteniendo las barreras naturales contra las infecciones.

Además, existen otros nutrientes, cuya deficiencia aumenta el riesgo de contraer infecciones, como el selenio, presente en los huevos, los cereales, las legumbres, la carne y el pescado; o el zinc, en el hígado, el queso curado, los mariscos, las legumbres, el huevo y los frutos secos.

Por último, hay que recordar la función de las bacterias ácido-lácticas, presentes en los lácteos fermentados como los yogures, ya que son capaces de atravesar la barrera gastrointestinal y actuar sobre la flora intestinal, mejorando el equilibrio de la misma.

Otras prácticas saludables
El deporte o la realización de una actividad física diaria, dormir mínimo 7 horas diarias y no fumar son otras de las prácticas defensivas más eficaces para plantarle cara al virus.

Además puedes evitar contagios con unas simples medidas como estornudar tapándose la boca con la parte interior del codo, utilizar pañuelos desechables, lavarse las manos con frecuencia y ventilar las habitaciones, medidas que parecen haber calado en la población española gracias a las campañas realizadas durante le pasado año por la aparición de la Gripe A.

Tengo gripe, ¿y ahora qué?
Si, pese a todo, comienzas a notar algunos de los principales síntomas gripales, no tomes antibióticos, ya que al ser una infección viral no resultan eficaces en su tratamiento. Para ayudar a sentirte mejor, puedes optar por tomar algún medicamento anticatarral, como anticongestivos nasales, analgésicos para el dolor o antipiréticos para bajar la fiebre, capaces de aliviar los molestos síntomas de la gripe.

Sin embargo, lo que no debes dejar de lado es la alimentación, pues sigue jugando un papel importante aun cuando la gripe ya se ha manifestado. Toma muchos líquidos, ya que, en caso de fiebre, tienen la función esencial de evitar la deshidratación y la sequedad de las mucosas y ayudan a eliminar las toxinas presentes en el organismo. Puedes hacerlo en forma de agua, zumos -con los que además tomarás alguna vitamina- o infusiones de plantas como el eucalipto, la echinácea o la verbena, con las que además de aportar líquidos al organismo, conseguirás aprovechar todas las propiedades beneficiosas que estas plantas ejercen sobre las vías respiratorias.

Y un último consejo. Guarda reposo y consume alimentos variados y fáciles de digerir, que no sean muy grasos y cocinados mediante el hervido, la plancha o el horno, lo que te ayudará a paliar la falta de apetito que suele aparecer al sufrir un poceso gripal.