Hercesa, Premio APCE a la mejor rehabilitación de vivienda

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Con este premio, Hercesa ve reconocido por segunda vez el trabajo de rehabilitación del edificio Giralt Gran Vía, 5, en Madrid, en el que ha querido recrear el primer tramo de la Gran Vía madrileña con mansiones de tipo burgués. Javier Solano, arquitecto y director de Suelo y Urbanismo de Hercesa, recogió el galardón de manos de José Manuel Galindo, presidente de APCE.
“El edificio Giralt situado en el número 5 de la calle, es un claro ejemplo de los criterios cosmopolitas de la Belle-Epoque, en Madrid llamado estilo Alfonso XIII”, comentó Javier Solano. “Fue proyectado por Eduardo Sánchez Eznarriaga en colaboración con José Monasterio Arrillaga y en su arquitectura se aprecia una cuidada implantación urbana. Se trata de una obra donde los citados criterios cosmopolitas se trasponen a los domésticos, quedando reflejado el gusto y elegancia de la alta burguesía”.
La obra de rehabilitación, recupera el uso doméstico original respetado las trazas históricas de la obra, conformadas por dos fachadas principales, la caja de escalera central y por tres patios. Salones y dormitorios miran hacia la calle Gran Vía y hacia la calle Caballero de Gracia mientras que las zonas húmedas se agrupan en torno a los mencionados patios.

Esta circunstancia, dota a todas las viviendas de ventilación cruzada, lo cual, sumado a la alta inercia térmica de sus muros constituye un alto rendimiento energético para del edificio. Se trata por tanto, de un claro ejemplo de cómo los edificios de esta época, carentes de la tecnología actual, se proyectaban mediante esquemas y sistemas constructivos eficaces en materia de sostenibilidad.

El mantenimiento de la estructura y de las trazas interiores ha generado espacios amplios y diáfanos, con tres metros de altura libre e iluminados por los grandes ventanales que componen las fachadas, lo cual confiere a las viviendas una gran espacialidad, propia de las viviendas de la época. Como contraste, se aplican unos acabados modernos, actuales y discretos donde se utiliza el color blanco con el fin de dejar al espacio y la luz como únicos protagonistas.

Con este premio, Hercesa ve reconocido por segunda vez el trabajo de rehabilitación del edificio Giralt Gran Vía, 5, en Madrid, en el que ha querido recrear el primer tramo de la Gran Vía madrileña con mansiones de tipo burgués.

Javier Solano, arquitecto y director de Suelo y Urbanismo de Hercesa, recogió el galardón de manos de José Manuel Galindo, presidente de APCE.

“El edificio Giralt situado en el número 5 de la calle, es un claro ejemplo de los criterios cosmopolitas de la Belle-Epoque, en Madrid llamado estilo Alfonso XIII”, comentó Javier Solano. “Fue proyectado por Eduardo Sánchez Eznarriaga en colaboración con José Monasterio Arrillaga y en su arquitectura se aprecia una cuidada implantación urbana. Se trata de una obra donde los citados criterios cosmopolitas se trasponen a los domésticos, quedando reflejado el gusto y elegancia de la alta burguesía”.

La obra de rehabilitación, recupera el uso doméstico original respetado las trazas históricas de la obra, conformadas por dos fachadas principales, la caja de escalera central y por tres patios. Salones y dormitorios miran hacia la calle Gran Vía y hacia la calle Caballero de Gracia mientras que las zonas húmedas y espacios de circulación se agrupan en torno a los mencionados patios. Esta circunstancia, dota a todas las viviendas de ventilación cruzada, lo cual, sumado a la alta inercia térmica de sus muros constituye un alto rendimiento energético para del edificio. Se trata por tanto, de un claro ejemplo de cómo los edificios de esta época, carentes de la tecnología actual, se proyectaban mediante esquemas y sistemas constructivos eficaces en materia de sostenibilidad.

El mantenimiento de la estructura y de las trazas interiores ha generado espacios amplios y diáfanos, con tres metros de altura libre e iluminados por los grandes ventanales que componen las fachadas, lo cual confiere a las viviendas una gran espacialidad, propia de las viviendas de la época. Como contraste, se aplican unos acabados modernos, actuales y discretos donde se utiliza el color blanco con el fin de dejar al espacio y la luz como únicos protagonistas.