Hillary Clinton, posible secretaria de Estado del Gobierno de Obama
01/10/2010 - 09:45
Por: AGENCIA. MADRID
Hillary Clinton aceptó el puesto de secretaria de Estado, tras comenzar las negociaciones con el presidente electo Barack Obama, que se iniciaron el pasado jueves 13 en Chicago, según informaciones del New York Times recogidas por otr/press. Así, la ex primera dama renunciará a su escaño de senadora, y provoca que las dos principales figuras del partido demócrata se unan en el nuevo Gobierno. Sin embargo, la decisión podría no anunciarse hasta el día de Acción de Gracias, el próximo 27 de noviembre.
Clinton tomó su decisión tras discutir con el presidente electo cuales serán sus funciones y sus planes para la política exterior, según declaraciones de demócratas citadas por el New York Times. La primera reunión trató temas muy generales, por lo que ambos necesitaron una semana de reuniones para estar seguros de que van a estar cómodos y van a poder trabajar juntos. Otro de los principales campos en los que se ha centrado la negociación es en la eliminación de posibles incompatibilidades entre los negocios del ex presidente Bill Clinton, marido de la senadora, y el futuro cargo de esta.
La lucha entre Obama y Clinton durante las elecciones primarias del partido demócrata fue encarnizada, por lo que el acuerdo era visto por algunos analistas como complicado. Sin embargo, este puesto tiene gran relevancia, y podría colmar las ambiciones de la señora Clinton, que tendrá gran influencia, aunque sus decisiones deberán estar subordinadas al presidente. Ahora tendrá como principal misión la de reparar las relaciones de Estados Unidos con otros países, que se han visto dañadas durante el mandato de la Administración Bush.
Después de Acción de Gracias
La oficina del presidente electo parece haber dado luz verde a la ex primera dama después de que su esposo aceptara plegarse a todos los requisitos que evitarían un conflicto de intereses con las donaciones de su fundación, según reveló el jueves por la noche a la prensa un asesor de Obama en condiciones de anonimato. Según sus palabras, la nominación de Hillary Clinton volvía a estar en rumbo y podría ser anunciada el día después de Acción de Gracias. Esas palabras de calma llegaban después de un día de sobresaltos lleno de sí, no por parte de la ex primera dama, que según sus amigos sopesa todas las opciones.
Algunos creen que se trata de un arma negociadora para imponer sus condiciones y llegar al cargo con una posición de fuerza. Otros aseguran que simplemente le cuesta aceptar un jefe. Y a sus vacilaciones se le suma el rumor de que los líderes del Senado le habrían prometido al fin el respeto que se merece tras haber acumulado casi 18 millones de votos en las primarias. Sus amigos cuentan que tras su vuelta al trabajo Clinton se sintió resentida por la falta de reconocimiento, al no adjudicársele la presidencia de ningún comité.
Su experiencia en el Senado con algunos de sus colegas no ha sido la más fácil. Sigue siendo una senadora muy junior, contó un viejo amigo de Clinton en condiciones de anonimato al diario The New York Times
En particular, su decepción procede del grupo de trabajo para la expansión de seguros médicos que se va a crear, lo que traerá presupuesto, personal y oficina propia. Clinton ya lideró ese tema sin éxito durante el primera mandato de su marido por lo que se cree con derecho moral a presidir la fruición de un objetivo clave en el programa demócratas al que le ha dedicado la mitad de su carrera. Pero para causas de una vida, la de Ted Kennedy, que dará esa batalla en paralelo a su lucha contra el cáncer cerebral. En rango de veteranía, Clinton la octava en el comité de sanidad que preside Kennedy.
A falta de ese cargo, la senadora por Nueva York esperaba que le dieran un puesto de liderazgo como el presidenta del Comité de Política Demócrata, una especie de think tank interno que también acarrea oficina, personal y presupuesto propio. Algo a lo que el líder del partido en la cámara Harry Reid se negó porque no quería echar al actual presidente, el senador Byron Dorgan.
Su frustración creció esta semana cuando los líderes del partido en la Cámara Alta se reunieron el martes para adjudicar la titularidad de los comités y no se le asignó ninguno, pese a que un traidor como Joe Liberman fue perdonado y ratificado al frente del de Seguridad Nacional y Asuntos de Gobierno.
En privado, testigos de esa reunión dice Reid les comunicó que considera la creación de un nuevo cargo de liderazgo para Clinton que encaje con su nueva relevancia en el partido. Y Kennedy, por su parte, le ha asignado la presidencia de uno de los tres grupos de trabajo que formará para estudiar la reforma sanitaria. Si Clinton decide darle a Obama el famoso gracias, pero no, gracias que popularizase Sarah Palin, no sería la primera. La heredera de la cadena Hyatt Penny Pritzker, vieja amiga de Obama y presidenta de uno de sus más importantes comités de recaudación de fondos, le ha rechazado el puesto de secretaria de Comercio que el jueves se daba por adjudicado. Fuentes del Washington Post aseguran que en el último momento Pritzker se dio cuenta de que no podría abandonar por completo todas las obligaciones de negocios que la han convertido en una de las mujeres más ricas del país.
La lucha entre Obama y Clinton durante las elecciones primarias del partido demócrata fue encarnizada, por lo que el acuerdo era visto por algunos analistas como complicado. Sin embargo, este puesto tiene gran relevancia, y podría colmar las ambiciones de la señora Clinton, que tendrá gran influencia, aunque sus decisiones deberán estar subordinadas al presidente. Ahora tendrá como principal misión la de reparar las relaciones de Estados Unidos con otros países, que se han visto dañadas durante el mandato de la Administración Bush.
Después de Acción de Gracias
La oficina del presidente electo parece haber dado luz verde a la ex primera dama después de que su esposo aceptara plegarse a todos los requisitos que evitarían un conflicto de intereses con las donaciones de su fundación, según reveló el jueves por la noche a la prensa un asesor de Obama en condiciones de anonimato. Según sus palabras, la nominación de Hillary Clinton volvía a estar en rumbo y podría ser anunciada el día después de Acción de Gracias. Esas palabras de calma llegaban después de un día de sobresaltos lleno de sí, no por parte de la ex primera dama, que según sus amigos sopesa todas las opciones.
Algunos creen que se trata de un arma negociadora para imponer sus condiciones y llegar al cargo con una posición de fuerza. Otros aseguran que simplemente le cuesta aceptar un jefe. Y a sus vacilaciones se le suma el rumor de que los líderes del Senado le habrían prometido al fin el respeto que se merece tras haber acumulado casi 18 millones de votos en las primarias. Sus amigos cuentan que tras su vuelta al trabajo Clinton se sintió resentida por la falta de reconocimiento, al no adjudicársele la presidencia de ningún comité.
Su experiencia en el Senado con algunos de sus colegas no ha sido la más fácil. Sigue siendo una senadora muy junior, contó un viejo amigo de Clinton en condiciones de anonimato al diario The New York Times
En particular, su decepción procede del grupo de trabajo para la expansión de seguros médicos que se va a crear, lo que traerá presupuesto, personal y oficina propia. Clinton ya lideró ese tema sin éxito durante el primera mandato de su marido por lo que se cree con derecho moral a presidir la fruición de un objetivo clave en el programa demócratas al que le ha dedicado la mitad de su carrera. Pero para causas de una vida, la de Ted Kennedy, que dará esa batalla en paralelo a su lucha contra el cáncer cerebral. En rango de veteranía, Clinton la octava en el comité de sanidad que preside Kennedy.
A falta de ese cargo, la senadora por Nueva York esperaba que le dieran un puesto de liderazgo como el presidenta del Comité de Política Demócrata, una especie de think tank interno que también acarrea oficina, personal y presupuesto propio. Algo a lo que el líder del partido en la cámara Harry Reid se negó porque no quería echar al actual presidente, el senador Byron Dorgan.
Su frustración creció esta semana cuando los líderes del partido en la Cámara Alta se reunieron el martes para adjudicar la titularidad de los comités y no se le asignó ninguno, pese a que un traidor como Joe Liberman fue perdonado y ratificado al frente del de Seguridad Nacional y Asuntos de Gobierno.
En privado, testigos de esa reunión dice Reid les comunicó que considera la creación de un nuevo cargo de liderazgo para Clinton que encaje con su nueva relevancia en el partido. Y Kennedy, por su parte, le ha asignado la presidencia de uno de los tres grupos de trabajo que formará para estudiar la reforma sanitaria. Si Clinton decide darle a Obama el famoso gracias, pero no, gracias que popularizase Sarah Palin, no sería la primera. La heredera de la cadena Hyatt Penny Pritzker, vieja amiga de Obama y presidenta de uno de sus más importantes comités de recaudación de fondos, le ha rechazado el puesto de secretaria de Comercio que el jueves se daba por adjudicado. Fuentes del Washington Post aseguran que en el último momento Pritzker se dio cuenta de que no podría abandonar por completo todas las obligaciones de negocios que la han convertido en una de las mujeres más ricas del país.