Ibercaja apoya a la diócesis en su labor de restauración y rehabilitación patrimonial

04/10/2011 - 19:27 Redacción

 

  El Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza acogió en la tarde de ayer el acto de presentación de las pinturas murales recuperadas de la iglesia de El Atance. Las pinturas han sido restauradas por el equipo de restauradores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, con el patrocinio de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara y la colaboración de Ibercaja, entidades que ayer suscribieron un nuevo acuerdo a través de sus principales representantes, el obispo, Atilano Rodríguez, y el jefe territorial de Ibercaja, José Morales.


  El obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, y el director territorial de Madrid-Este-Guadalajara de Ibercaja, José Morales, firmaron ayer un protocolo de colaboración mediante el cual la entidad financiera apoyará la importante labor de restauración y de rehabilitación del patrimonio que realiza la Diócesis. Lo hicieron en el transcurso del acto de presentación al público de las pinturas murales de la iglesia de El Atance, después de que éstas hayan sido restauradas en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, trabajos que se realizaron con el patrocinio de la Diócesis y la colaboración de Ibercaja.

   Además de Atilano Rodríguez y José Morales, en el acto también participaron Miguel Ángel Ortega, director del Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza, y Marta Plaza, miembro del equipo de restauradores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. La presentación tuvo lugar en el Museo Diocesano de Arte Antiguo de la localidad seguntina. En el año 2000 las aguas del embalse de El Atance llegaron a la parte baja del pueblo. El Ministerio de Medio Ambiente se responsabilizó del traslado y reconstrucción del templo del municipio en una parcela del barrio de Aguas Vivas de Guadalajara, cedida a la Diócesis por el Ayuntamiento.

   Antes de la construcción de la presa del pantano, el Obispado custodió los bienes muebles que albergaba el templo. Al retirar uno de los retablos laterales aparecieron unas pinturas murales. Un equipo de profesores de Bellas Artes de la Complutense recuperó las pinturas que se encontraban en toda la superficie de una hornacina. Para conservar la forma original de las pinturas se confeccionó una estructura que permitió trasladarlas en adecuadas condiciones. Tras el arranque de un primer estrato pictórico se descubrió que debajo de la primera capa existían otras pinturas de un periodo anterior. Después de las complicadas labores de restauración, ahora ya se pueden ver en Sigüenza.