Iglesias muestra la mejor cara de la inmigración rumana

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Más de 700.000 rumanos viven y trabajan en España. Su imagen y la percepción que de ellos tiene la sociedad española no es plenamente positiva. Se debe a una minoría de delincuentes y marginales que acaparan un negativo protagonismo en los medios de comunicación. El actor y director Carlos Iglesias quiere contribuir a mejorar esta deteriorada imagen y mostrar la mejor cara de la inmigración rumana.
En una iniciativa coordinada con el Gobierno rumano, Iglesias ha rodado el documental Un Euro, 3,5 lei. Un trabajo muy emotivo en el que el director de otro largo centrado en la inmigración, Un franco, 14 pesetas, contrapone a la fría estadística y los estereotipos caras, relatos y trayectorias de esfuerzo y superación. Lo hace a través de las veinte historias de rumanos que encadena y trazando un paralelismo entre los emigrantes españoles que en los años sesenta se buscaron la vida en Europa y los rumanos que hoy hacen lo propio en nuestro país.
La producción, que no tendrá explotación comercial, forma parte de la campaña Hola soy rumano, que lleva adelante el gobierno de Rumanía para promover la imagen positiva de sus ciudadanos en España. Un campaña que respaldaron hoy junto al cineasta español el veterano realizador Valerio Lazarov, un rumano que lleva casi medio siglo entre nosotros, y el que fuera presidente de Rumanía, Petre Roman, hijo de un brigadista rumano que defendió la República Española en la Guerra Civil y de una española.

Humanidad y estadística
«Los rumanos de ahora y los españoles de entonces parten en busca de lo mismo: de un bienestar que se les niega y al que todo ser humano tiene derecho» dijo Iglesias. Destacó que la sencillez es la base de este documental de 35 minutos, en verdad de factura muy simple, en el que deja que los protagonistas den cuenta de sus anhelos, necesidades, deseos, sufrimientos y sueños.
Unas vidas y unas peripecias que alternan ternura, amargura, dolor, felicidad y sonrisas contadas por sus protagonistas que se intercalan con imágenes de la película Un franco, 14 pesetas, un relato autobiográfico sobre la experiencia de Iglesias como emigrante en Suiza en los años 60 del siglo pasado. “Me aterra que lo reduzcamos todo a números, que las historias y anhelos que encierra cada vida se pierdan e una fría estadística, cuando lo realmente importante en la humanidad”.