Los miembros del G-20 encaran la cumbre divididos en las medidas frente la crisis

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Los miembros del G-20 apuran las negociaciones ante la cumbre que mañana se celebra en Londres para intentar consensuar soluciones a la crisis financiera, en un ambiente de división debido al escepticismo de parte de los socios sobre las posibilidades de una reunión para la que tanto el anfitrión, el primer ministro británico, Gordon Brown, como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apelaron a la “cooperación” para culminar un “acuerdo global”.
Los líderes mundiales pondrán en funcionamiento el proceso esta noche en la cena ofrecida por Brown en su residencia oficial de Downing Street, inmediatamente posterior a la recepción oficial con la Reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, pero previamente sus asesores económicos han venido trasaccionando las conclusiones que esperan aprobar tras las cinco horas de reunión y los dos almuerzos de trabajo que les quedan por delante.
Los puntos fundamentales de la cita, que sigue a la extraordinaria convocada en noviembre por el por entonces presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, abarcan desde las acciones necesarias para recuperar la economía mundial, a partir del recorte de intereses y el incremento del gasto público, al reforzamiento de la regulación internacional de las instituciones financieras, con acciones decisivas en los ‘hedge funds’ y en los paraísos fiscales. Sin embargo, las posiciones de los países divergen entre la apuesta por nuevos estímulos fiscales, abanderada por la Administración de Obama, y la contención por la que aboga la mayoría de los países europeos; así como en las exigencias “concretas e inmediatas” en materia de supervisión que exigen Francia y Alemania frente a los controles nacionales que preconizan Washington o Londres. El propio Obama reconoció ayer que su país falló en la regulación, pero aclaró que el resto de la comunidad internacional tampoco contaba con los sistemas adecuados para supervisar un modelo financiero de la magnitud alcanzada por el actual. “Pero no estoy tan interesado en conocer dónde está la fuente del problema como en resolverlo”, declaró.

Reformas
Además, como tercer elemento de la reunión figura la necesidad de reformar el sistema a partir de cambios en organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que podría duplicar sus recursos hasta los 500.000 millones de dólares para garantizar más recursos a los países pobres, que verían además incrementada su voz en el seno del organismo.
De esta forma, los miembros del G-20, a los que se sumará España, pese a no formar parte del grupo, se sentarán en el recinto ExCel de Londres con la responsabilidad de articular una batería de medidas que garanticen la superación de la recesión e impidan que en el futuro se produzca una tormenta de esta escala. Todo ello sin caer en el proteccionismo, el gran riesgo según el anfitrión de la reunión, y con el objetivo de reactivar paralelamente las negociaciones en materia de comercio internacional. Sin embargo, los asistentes presentan de partida una política de bloques en la que destacan Francia y Alemania a partir de la alianza establecida por sus líderes de trabajar juntos o abandonar la reunión en caso de que no se produzcan compromisos “concretos” en materia de regulación. “Debemos ponernos de acuerdo hoy, no en los próximos años, si no ponemos unos estándares mínimos, nos vamos a casa”, avanzó ya desde Londres la canciller alemana, Angela Merkel.La mandataria germana compareció en la capital británica acompañada por Nicolás Sarkozy en lo que representó una prueba de fuerza del eje París-Berlín y en la que el presidente galo subrayó que “las decisiones se tienen que tomar ayer, se trata de responsabilidad, pasado mañana es demasiado tarde”. “Yo confío en Obama, pero el dijo que ‘sí se podía’, y yo creo que sí, pero la política son más que discursos bonitos”, proclamó.