Interior apunta hacia el 'comando Vizcaya' de ETA como culpable del atentado

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Atentado
Todas las pistas que baraja en este momento el Ministerio del Interior apuntan a que el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja) fue volado el viernes pasado con un coche-bomba cargado con unos 70 kilos de explosivo colocado por el ‘comando Vizcaya’ de ETA liderado por Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, según fuentes de la lucha antiterrorista.
Todas las pistas que baraja en este momento el Ministerio del Interior apuntan a que el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja) fue volado el viernes pasado con un coche-bomba cargado con unos 70 kilos de explosivo colocado por el ‘comando Vizcaya’ de ETA liderado por Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, según fuentes de la lucha antiterrorista.

El grupo de Martitegi y Goikoetxea, ambos ‘liberados’ (a sueldo de ETA), es, según las mismas fuentes, el responsable directo de la práctica totalidad de los quince atentados que la banda terrorista ha cometido desde que el pasado 5 de junio dio por terminado el alto el fuego de catorce meses, dos de los cuales resultaron fallidos.

Las dos únicas acciones terroristas que no se le atribuyen por el momento a este grupo son el asesinato, el pasado 1 de diciembre, en Capbreton (Francia), de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno, y el asesinato a bocajarro, el pasado 7 de marzo, del ex concejal socialista de Mondragón (Guipúzcoa) Isaías Carrasco.

Sin embargo, las pruebas indican que sí serían los responsables del coche bomba con el que ETA retornó a los atentados y voló el 25 de agosto de 2007 el cuartel de Durango (Vizcaya), así como de la bomba lapa que intentó matar en Bilbao al escolta Gabriel Ginés. El comando sería también el autor de las bombas trampa de los juzgados de Getxo y del monte Arnótegi, de las voladuras de casas del pueblo socialistas y otras sedes judiciales, y de la explosión en la comisaría de la Ertzaintza en Zarautz (Guipúzcoa), entre otros.

El trabajo de los investigadores indica que Martitegi y Goikoetxea, quienes encabezan la lista de los terroristas más buscados, utilizaron la primavera de 2007 para reconstituir en Vizcaya y en otros puntos del País Vasco una infraestructura de colaboradores ‘legales’ (no fichados), de escondites y de pisos francos con vista a reanudar los atentados en cuanto la banda liquidase la tregua en una semanas. La desarticulación en enero pasado del ‘comando Elurra’, los terroristas que volaron la T-4 y que iban a realizar atentados más grandes fuera del País Vasco, y la caída en verano de 2007 de varios comandos en Francia, dejaron al ‘Vizcaya’ como único grupo operativo de ETA en su vuelta a los asesinatos.

Los diez meses trascurridos desde entonces y los quince atentados ejecutados por el grupo, dos de ellos fallidos –delegación de Defensa de Logroño y juzgados de Getxo-, demuestran, según ha reconocido el propio secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, que se trata de “una estructura estable”. Los expertos antiterroristas consideran que Martitegi y Goikoetxea viven a caballo entre el País Vasco y el sur de Francia, donde se repliegan tras los atentados, y que pueden ser ellos mismos quienes crucen la frontera con los explosivos y los coches-bomba que necesitan para sus crímenes.

Su contacto y jefe directo en Francia sería Aitzol Iriondo, el actual responsable de la logística militar de ETA y uno de los lugartenientes de Garikoitz Azpiazu, Txeroki, en la jefatura de los comandos operativos de la banda. Iriondo, de quien se sospecha que fue el jefe etarra que asesinó en Capbreton a los dos guardias civiles cuando les reconoció en una cafetería, dejó sus huellas en el coche bomba colocado el 10 de septiembre pasado por Martitegi y Goikoetxea en la delegación de Defensa de Logroño.

El artefacto de Logroño no estalló por un fallo en el montaje: el iniciador no prendió el cordón detonante que debía hacer estallar los 61 kilos de amonal y cinco litros de gasolina que había repartidos en dos ollas soldadas al maletero. De hecho, los investigadores consideran que el atentado del viernes pasado en Calahorra es muy similar a los desarrollados por este comando en Logroño y Durango, tanto en el ‘modus operandi’ como en el tipo de artefacto explosivo,

De espaldas a la cámara

Las pesquisas realizadas hasta ahora señalan que el comando operativo del viernes habría estado formado al menos por tres terroristas. El primero de ellos, encapuchado, fue grabado minutos antes de la una y media de la tarde por la propia cámara de vigilancia del cuartel de la Guardia Civil de Calahorra cuando aparcaba el Honda Civic azul en el lugar del atentado. Él también se lo imaginaba porque en todo momento dio la espalda al objetivo.

Un segundo terrorista le esperaba a pocos metros, en el automóvil con el que ambos emprendieron la huida de la ciudad riojana antes de llamar a la DYA de Vizcaya para avisar de la presencia del coche-bomba. El tercer terrorista vigilaba en una ladera de la sierra de Toloño, ubicada entre Álava y La Rioja, a la pareja a la que, sobre las doce de esa mañana, había robado, a punta de pistola, a cara descubierta y en compañía de los otros dos miembros del comando, el Honda Civic que estalló en Calahorra. Este tercer etarra los vigiló, amordazados y atados a un árbol, hasta las dos de la tarde, cuando le confirmaron la explosión. Después se marchó y avisó a Ertzaintza, que encontró a los secuestrados en ese mismo lugar sobre las cuatro y media de la tarde.

Los artificieros de la Guardia Civil investigaban este sábado los restos de la explosión de Calahorra para determinar el tipo de explosivo utilizado, que podría ser amonal, ya que es el material utilizado por el ‘comando Vizcaya’ en los catorce atentados anteriores.