Jaulas y buchones para reducir el número de palomas
01/10/2010 - 09:45
El Ayuntamiento no descarta la posibilidad de instalar en el Alcázar Real una toma de agua que sirva para atraer a las palomas, debido a que su cercanía a los campos y, por tanto, a una buena fuente de alimentación, dificulta su captura en este punto, uno de los más perjudicados por la acción de estas aves. De momento, sólo se están empleando las jaulas trampa, mientras continúa el proceso de cebado en el Fuerte de San Francisco.
Cuando uno de los responsables de la empresa Rukuba, David Borjabad, afirmó que las palomas de Guadalajara gozan de un excelente estado de salud, sabía de lo que hablaba. Sin el acecho constante de halcones que las ahuyentaran, rodeadas por numerosos campos de cereal y bien alimentadas también por algunos vecinos, no era extraño que la población de estas aves se haya ido incrementando considerablemente.
Así ha sido, por lo que a comienzos del pasado mes de junio una empresa local contratada por el Consistorio de la capital, Rukuba, se puso en marcha para intentar reducir el número de palomas que habitan en la capital, en concreto, en algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, y así también aliviar las molestias que a menudo acarrean para algunos vecinos de la ciudad.
El Ayuntamiento de Guadalajara ha sido bastante generoso puesto que no solamente ha tenido en cuenta la ubicación de las jaulas a la hora de proteger los edificios, sino también a la hora de intentar dar el mayor abanico posible a la ciudad, apunta Borjabad.
En primer lugar se ha procedido a la instalación de una serie de jaulas trampa, localizadas en puntos estratégicos, que sirven para atraer a estas aves mediante el proceso de cebado, con agua y comida. El Alcázar, la calle Teniente Figueroa o Bejanque son algunos de los enclaves donde se ha procedido a la instalación de este tipo de jaulas, mientras que en el Fuerte de San Francisco se ha llevado a cabo un proyecto piloto con palomos ladrones, es una selección genética de palomos con mucho celo, explica David Borjabad, quien añade que lo que intentan hacer es, cada vez que viene una paloma, llevársela a su territorio.
El procedimiento de captura es muy sencillo, en el caso de las jaulas trampa, durante una temporada se dejan las puertas y las trampillas abiertas, con comida y agua, para que atraigan a más, explica el encargado de Rukuba, lo que sirve de adiestramiento. Se procede a la colocación de las portezuelas, que solamente permiten la entrada de las aves, impidiendo cualquier tipo de escapatoria. El responsable manifiesta que si se produce una captura realmente baja, hacemos otra jornada de puertas abiertas para que cojan otra vez confianza.
La recogida de las palomas se suele producir cada tres o cuatro días, ya que nos interesa que las palomas estén vivas, recuerda el responsable. En la jaula localizada en la azotea del Consistorio ya se han atrapado unas 150 aves, cantidad similar a las recogidas en el Alcázar, donde debido a su cercanía con el campo, importante fuente de alimentación, la captura resulta más dificultosa, por lo que el Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de sacar una toma de agua allí para atraerlas, apunta Borjabad.
El encargado también comenta la posibilidad de que el Consistorio proceda a la ubicación de una nueva jaula en el barrio de Taracena. Sin embargo, en el Fuerte de San Francisco, donde se encuentran todavía con el proceso de cebado, se han capturado entre 80 y 90 palomas.
Por el momento solamente se están empleando las jaulas trampa, que tienen autonomía suficiente para albergar a cerca de 20 aves durante 15 días, mientras se termina de ubicar el palomar de buchones ladrones, un largo proceso, principalmente por el costoso entrenamiento de los pichones, que comienza desde febrero, hasta que los palomos están mudados en torno a octubre, señala el encargado de Rukuba, quien añade que todo ese período es de cría y selección de los palomos que va a ocupar los palomares.
Otra opción de captura
La otra opción de captura, los palomos ladrones o buchones, habitualmente no consigue atraer a un número considerable de palomas, si bien es significativo en fechas en las cuales a lo mejor la comida o el agua no son los reclamos más adecuados, como ocurre en las épocas de cría. Dejamos solamente machos, que luego buscan pareja y atraen a más palomas a las jaulas, especifica Borjabad, quien defiende este método de apresamiento, puesto que esa paloma que conseguimos capturar, en muy poquitos días habría puesto su primer huevo y en una semana habría sacado dos pichones más, con lo que en cuatro o cinco semanas se habría duplicado la población, calcula el responsable.
Una vez han sido apresadas las aves, éstas deben pasar obligatoriamente por un reconocimiento médico, donde se comprueba su estado de salud, aunque Borjabad subraya que de todas las capturas realizadas no se ha producido ningún descarte por enfermedad.
La castración química, otro sistema de control paliativo, por el momento no se baraja como posibilidad ya que no genera que la paloma deje de molestar, únicamente conseguiría poner un poco de dificultad, argumenta el encargado. Este procedimiento actúa a través de comida previamente tratada, que provoca la infertilidad en las aves y evita su proliferación. Sin embargo, el que mayor número de capturas consigue y, sobre todo, en relación efectividad-coste, es la jaula trampa, reconoce Borjabad.
Venta de palomas
Todo el proyecto ha requerido un presupuesto de 1.500 euros durante los tres primeros meses de la contrata con Rukuba, aunque Borjabad considera necesarios otros tres meses más para terminar el servicio, además de recomendar la realización de un plan casi de forma continuada durante todo el año en la zona del Alcázar, porque tiene un número bastante importante de palomas, digno de tener en consideración. La mayoría de las palomas que cazan es de tipo bravío, especie muy demandada por los aficionados que quieren dar sus primeros pinitos en la colombicultura y que en Rukuba venden a cuatro euros la pareja.
Seguro que más de uno se ha preguntado cuál es el destino que sufren todas estas palomas capturadas, pues bien, pueden acabar en centros de entrenamiento o de cría en cautividad para rapaces, siempre que no terminen antes en manos de particulares, que las requieren para fincas o caseríos, siendo muy demandadas también para sueltas en bodas, en este momento casi tenemos más ventas apalabradas que palomas disponibles, apunta Borjabad.
Si se cumplen las previsiones estimadas no cabe duda de que la población de estas aves irá reduciéndose paulatinamente, sin embargo, de lo que tampoco cabe duda es de que el cielo de muchos lugares de España estará surcado por palomas guadalajareñas.
Así ha sido, por lo que a comienzos del pasado mes de junio una empresa local contratada por el Consistorio de la capital, Rukuba, se puso en marcha para intentar reducir el número de palomas que habitan en la capital, en concreto, en algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, y así también aliviar las molestias que a menudo acarrean para algunos vecinos de la ciudad.
El Ayuntamiento de Guadalajara ha sido bastante generoso puesto que no solamente ha tenido en cuenta la ubicación de las jaulas a la hora de proteger los edificios, sino también a la hora de intentar dar el mayor abanico posible a la ciudad, apunta Borjabad.
En primer lugar se ha procedido a la instalación de una serie de jaulas trampa, localizadas en puntos estratégicos, que sirven para atraer a estas aves mediante el proceso de cebado, con agua y comida. El Alcázar, la calle Teniente Figueroa o Bejanque son algunos de los enclaves donde se ha procedido a la instalación de este tipo de jaulas, mientras que en el Fuerte de San Francisco se ha llevado a cabo un proyecto piloto con palomos ladrones, es una selección genética de palomos con mucho celo, explica David Borjabad, quien añade que lo que intentan hacer es, cada vez que viene una paloma, llevársela a su territorio.
El procedimiento de captura es muy sencillo, en el caso de las jaulas trampa, durante una temporada se dejan las puertas y las trampillas abiertas, con comida y agua, para que atraigan a más, explica el encargado de Rukuba, lo que sirve de adiestramiento. Se procede a la colocación de las portezuelas, que solamente permiten la entrada de las aves, impidiendo cualquier tipo de escapatoria. El responsable manifiesta que si se produce una captura realmente baja, hacemos otra jornada de puertas abiertas para que cojan otra vez confianza.
La recogida de las palomas se suele producir cada tres o cuatro días, ya que nos interesa que las palomas estén vivas, recuerda el responsable. En la jaula localizada en la azotea del Consistorio ya se han atrapado unas 150 aves, cantidad similar a las recogidas en el Alcázar, donde debido a su cercanía con el campo, importante fuente de alimentación, la captura resulta más dificultosa, por lo que el Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de sacar una toma de agua allí para atraerlas, apunta Borjabad.
El encargado también comenta la posibilidad de que el Consistorio proceda a la ubicación de una nueva jaula en el barrio de Taracena. Sin embargo, en el Fuerte de San Francisco, donde se encuentran todavía con el proceso de cebado, se han capturado entre 80 y 90 palomas.
Por el momento solamente se están empleando las jaulas trampa, que tienen autonomía suficiente para albergar a cerca de 20 aves durante 15 días, mientras se termina de ubicar el palomar de buchones ladrones, un largo proceso, principalmente por el costoso entrenamiento de los pichones, que comienza desde febrero, hasta que los palomos están mudados en torno a octubre, señala el encargado de Rukuba, quien añade que todo ese período es de cría y selección de los palomos que va a ocupar los palomares.
Otra opción de captura
La otra opción de captura, los palomos ladrones o buchones, habitualmente no consigue atraer a un número considerable de palomas, si bien es significativo en fechas en las cuales a lo mejor la comida o el agua no son los reclamos más adecuados, como ocurre en las épocas de cría. Dejamos solamente machos, que luego buscan pareja y atraen a más palomas a las jaulas, especifica Borjabad, quien defiende este método de apresamiento, puesto que esa paloma que conseguimos capturar, en muy poquitos días habría puesto su primer huevo y en una semana habría sacado dos pichones más, con lo que en cuatro o cinco semanas se habría duplicado la población, calcula el responsable.
Una vez han sido apresadas las aves, éstas deben pasar obligatoriamente por un reconocimiento médico, donde se comprueba su estado de salud, aunque Borjabad subraya que de todas las capturas realizadas no se ha producido ningún descarte por enfermedad.
La castración química, otro sistema de control paliativo, por el momento no se baraja como posibilidad ya que no genera que la paloma deje de molestar, únicamente conseguiría poner un poco de dificultad, argumenta el encargado. Este procedimiento actúa a través de comida previamente tratada, que provoca la infertilidad en las aves y evita su proliferación. Sin embargo, el que mayor número de capturas consigue y, sobre todo, en relación efectividad-coste, es la jaula trampa, reconoce Borjabad.
Venta de palomas
Todo el proyecto ha requerido un presupuesto de 1.500 euros durante los tres primeros meses de la contrata con Rukuba, aunque Borjabad considera necesarios otros tres meses más para terminar el servicio, además de recomendar la realización de un plan casi de forma continuada durante todo el año en la zona del Alcázar, porque tiene un número bastante importante de palomas, digno de tener en consideración. La mayoría de las palomas que cazan es de tipo bravío, especie muy demandada por los aficionados que quieren dar sus primeros pinitos en la colombicultura y que en Rukuba venden a cuatro euros la pareja.
Seguro que más de uno se ha preguntado cuál es el destino que sufren todas estas palomas capturadas, pues bien, pueden acabar en centros de entrenamiento o de cría en cautividad para rapaces, siempre que no terminen antes en manos de particulares, que las requieren para fincas o caseríos, siendo muy demandadas también para sueltas en bodas, en este momento casi tenemos más ventas apalabradas que palomas disponibles, apunta Borjabad.
Si se cumplen las previsiones estimadas no cabe duda de que la población de estas aves irá reduciéndose paulatinamente, sin embargo, de lo que tampoco cabe duda es de que el cielo de muchos lugares de España estará surcado por palomas guadalajareñas.