Javier García Toledano cantó misa tras su ordenación como sacerdote de las manos de Rouco Varela

14/05/2012 - 12:26 Ana I Garcia/ Redaccion

La catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió el sábado 5 de mayo, a las 19.00 horas, una solemne celebración de la Eucaristía durante la cual 14 diáconos recibieron el Sacramento del Orden, de la mano del cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela. Apenas una semana más tarde, cantó misa por primera vez en el pueblo de su madre, Almonacid de Zorita, acompañado por miembros de las diócesis de Sigüenza-Guadalajara y Madrid.  
Cantó misa en Almonacid, pueblo de su madre, el pasado domingo  
Dos autocares partieron de Albalate y Almonacid  para acompañar el pasado día 5 de mayo a Javier García Toledano en el día de su ordenación como sacerdote. Se trasladaron hacia la capital del país gentes de Albalate, Pastrana, Albares y sobretodo de Almonacid, pueblo de la madre del nuevo sacerdote, que querían estar presentes  en este día tan importante para Javier, así como otras que llegaron por sus propios medios.
 Dos horas antes del comienzo de la Eucaristía, la Catedral de la Almudena estaba repleta de fieles, que quisieron participar en tan importante evento. Francisco Tomey, expresidente de la Diputación de Guadalajara, y su esposa, también estuvieron presentes, acompañando al neosacerdote y así como a sus familiares.
 Javier no pudo ocultar la felicidad durante toda la ceremonia, sobre todo la emoción que reflejaba su cara en el momento de la consagración con las manos de los Santos Oleos, y entrega del Cáliz. La casulla le fue impuesta por don Octaviano de las Fuentes, que tuvo como monaguillo a Javier en la parroquia de Almonacid durante varios años,  y que asistió en silla de ruedas,  como  concelebrante. Cabe destacar la complicidad de  miradas entre padres e hijo y las caras de complacencia de Olegario y  Conchita durante la emotiva ceremonia.
 Don Octaviano, no pudo reprimir sus lágrimas. Fue un momento emocionante. Gratos recuerdos volvieron a su mente, “el niño que le había acompañado y ayudado tantas veces en las misas como monaguillo, ahora se acaba de convertir en sacerdote”.
 Para los sacerdotes concelebrantes  fue un día especial, porque a la alegría que supone la llegada de un nuevo miembro a la Congregación de la Misión y, además, se une la del recuerdo de la ordenación en cada uno de ellos en su vocación de servir a los más necesitados.
 El frío y la lluvia no impidieron que a la salida de la Catedral, Javier fuera manteado.
 Tras finalizar la ordenación, se ofreció un refrigerio en el Seminario Conciliar y la gran asistencia y aglomeración de gente hizo que tuvieran que habilitar pasillos y cocinas para este pequeño sarao.