Jesús Nazareno recorrió el centro de la ciudad acompañado por cientos de fieles
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Procesión de Jueves Santo
Cientos de personas esperaban poco antes de las 20.00 horas de la tarde con entusiasmo e incertidumbre, mirando al cielo constantemente, la salida de la imagen de Jesús Nazareno de la iglesia de San Nicolás. Finalmente, el tiempo dejó que la procesión saliera con normalidad. Entre las novedades de este año, cabe destacar el pequeño pero sentido homenaje que los cofrades han querido rendir al que fuera, hasta su muerte el año pasado, hermano mayor durante mucho tiempo, Rafael Ruiz. Lo hicieron con un crespón negro colocado en uno de los candelabros de la carroza sobre la que la imagen de Jesús recorrió la ciudad, haciendo parada, como es habitual, en el asilo.
Bajo la amenaza de un cielo gris y una suave brisa que traía casi el olor a lluvia, salió entre las columnas que flanquean la entrada de la iglesia de San Nicolás la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, portada por miembros de la cofradía que lleva su nombre. Lo hacía a las 20.00 horas, unos minutos más tarde de lo previsto. Mientras, parte de la comitiva y el numeroso público que se concentraba en la puerta, la plaza del Jardinillo y parte de la calle Mayor, esperaba con expectación la salida y mirando constantemente al cielo, aunque confiando en que éste dejara transcurrir tranquilamente la procesión.
Finalmente, los tambores anunciaron la salida y la imagen del Nazareno hizo una solemne aparición. Su figura se levantaba en el centro de la carroza, sobre un manto de claveles rojos, vistiendo una túnica morada con bordados en oro; al frente un gran ramo con predominio de rosas rojas y en cada una de las esquinas grandes candelabros dorados. En uno de los primeros, destacaba un crespón negro, un pequeño acto simbólico con el que la cofradía ha querido recordar al que hasta el año pasado ha sido, durante muchos años, su hermano mayor, Rafael Ruiz, que falleció en 2008.
La salida del templo es uno de los momentos más emocionantes, puesto que los cargadores se tienen que arrodillar para poder sacar el paso. No menos llamativo es el momento en el que éste tiene que girar para enfilar la calle Mayor hacia abajo y posteriormente tomar la calle López de Haro. Los movimientos tienen que hacerse de forma tan suave y acompasada que sólo se percibe una leve sensación de movimiento hasta que el paso consigue ponerse en la dirección adecuada.
Una vez en la calle, transcurrieron todavía unos 15 minutos antes de que la comitiva iniciara la procesión. Cada cofrade se iba colocando en su lugar e iban saliendo uno a uno, hasta contar al menos una decena, los penitentes, que abrieron el desfile portando cada uno una cruz de madera, aunque de distinto tamaño, en función del sacrificio prometido. Bajo el anonimato del capirote, cada uno cumplió su penintencia. Algunos iban con los pies descalzos y otros con cadenas que sonaban al chocar contra el adoquinado suelo.
Alrededor de las 20.30 horas, la imagen de Jesús Nazareno giraba hacia la calle Alfonso López de Haro, guiada por el redoble de tambores y seguida de numerosos fieles. El recorrido transcurrió por las calles San Bartolomé, Benito Chavarri, plaza de San Esteban, calles San Esteban, travesía de San Miguel, cuesta de San Miguel, plaza Beladíez, calle Exposición, plaza de Moreno, calle Condesa de la Vega del Pozo, calle Mayor, plaza de Santo Domingo, y Capitán Boixareu Ribera hasta el Asilo de Ancianos, donde, como todos los años, hace una parada. Reinició su camino hacia la calle Padre Félix Flores, Virgen del Amparo, y plaza de Santo Domingo para regresar a la iglesia de San Nicolás por la calle Mayor.
Este año, como novedad, el desfile procesional modificó una pequeña parte del recorrido, ya que habitualmente daba la vuelta por la clínica de Sanz Vázquez, como homenaje al doctor Pedro Sanz Vázquez, que la fundó en 1946.
Los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno visten hábito morado con botonadura amarilla, capa de blanco marfil, capirote morado, cíngulo de cuerdas, cordón amarillo, escudo para la capa y escapulario.
Finalmente, los tambores anunciaron la salida y la imagen del Nazareno hizo una solemne aparición. Su figura se levantaba en el centro de la carroza, sobre un manto de claveles rojos, vistiendo una túnica morada con bordados en oro; al frente un gran ramo con predominio de rosas rojas y en cada una de las esquinas grandes candelabros dorados. En uno de los primeros, destacaba un crespón negro, un pequeño acto simbólico con el que la cofradía ha querido recordar al que hasta el año pasado ha sido, durante muchos años, su hermano mayor, Rafael Ruiz, que falleció en 2008.
La salida del templo es uno de los momentos más emocionantes, puesto que los cargadores se tienen que arrodillar para poder sacar el paso. No menos llamativo es el momento en el que éste tiene que girar para enfilar la calle Mayor hacia abajo y posteriormente tomar la calle López de Haro. Los movimientos tienen que hacerse de forma tan suave y acompasada que sólo se percibe una leve sensación de movimiento hasta que el paso consigue ponerse en la dirección adecuada.
Una vez en la calle, transcurrieron todavía unos 15 minutos antes de que la comitiva iniciara la procesión. Cada cofrade se iba colocando en su lugar e iban saliendo uno a uno, hasta contar al menos una decena, los penitentes, que abrieron el desfile portando cada uno una cruz de madera, aunque de distinto tamaño, en función del sacrificio prometido. Bajo el anonimato del capirote, cada uno cumplió su penintencia. Algunos iban con los pies descalzos y otros con cadenas que sonaban al chocar contra el adoquinado suelo.
Alrededor de las 20.30 horas, la imagen de Jesús Nazareno giraba hacia la calle Alfonso López de Haro, guiada por el redoble de tambores y seguida de numerosos fieles. El recorrido transcurrió por las calles San Bartolomé, Benito Chavarri, plaza de San Esteban, calles San Esteban, travesía de San Miguel, cuesta de San Miguel, plaza Beladíez, calle Exposición, plaza de Moreno, calle Condesa de la Vega del Pozo, calle Mayor, plaza de Santo Domingo, y Capitán Boixareu Ribera hasta el Asilo de Ancianos, donde, como todos los años, hace una parada. Reinició su camino hacia la calle Padre Félix Flores, Virgen del Amparo, y plaza de Santo Domingo para regresar a la iglesia de San Nicolás por la calle Mayor.
Este año, como novedad, el desfile procesional modificó una pequeña parte del recorrido, ya que habitualmente daba la vuelta por la clínica de Sanz Vázquez, como homenaje al doctor Pedro Sanz Vázquez, que la fundó en 1946.
Los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno visten hábito morado con botonadura amarilla, capa de blanco marfil, capirote morado, cíngulo de cuerdas, cordón amarillo, escudo para la capa y escapulario.