Joaquín Latova Muñoz deja de representar a Jesús tras una década

14/04/2012 - 08:47 Miriam Pérez

La XL Pasión Viviente de Hiendelaencina confirmó el pasado viernes los por qué de haber sido declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional. Con más frío que nunca por la nevada caída durante la madrugada y sin apenas recursos económicos, dignificaron, una vez más, un acto en el que fueron pioneros en la provincia y que logra implicar a todo un pueblo. Dicen que la unión hace la fuerza y esa fuerza es la que trasladaron a las más de 2.500 personas que desafiaron junto a ellos a la climatología para cumplir con la tradición de la Semana Santa minera. 
Al cumplir los 33 años, deja su puesto a Felipe Gismera pero seguirá vinculado a la representación con otro papel cercano a Jesús 
Además del mal tiempo y la celebración del XL aniversario, se dio la circunstancia de que su protagonista, Joaquín Latova Muñoz representó por última vez a Jesús al haber cumplido la significativa edad de 33 años . “Sí, verdaderamente de dieron una serie de factores que la hicieron realmente especial”, destacaba el que ha hecho de Cristo durante una década y que asegura que ha sido la vez el que más frío ha pasado.  “No podía parar de tiritar en las piernas cuando la Virgen interpretaba los últimos fragmentos con Jesús ya fallecido entre sus brazos, de manera que intenté hacer lo imposible por no mover las piernas, pero el frío hizo que no pudiera dejar de tiritar”, explicaba el joven Latova Muñoz. Tanto frío pasaron en el momento de la Crucifixión, que tanto él como los reos tuvieron que ser atendidos por hipotermia. Las escenas, según cuentan desde la Asociación Cultural Loín de la Encina, organizadora de la mismas, fueron “realmente estremecedoras” porque soplaba un gélido viento en el ‘Calvario’ de minero y los crucificados se mostraban erráticos en sus últimos alientos de vida.
 Por todo ellos, se puede decir que la Pasión Viviente de Hiendelaencina desafió a todos los elementos. “La verdad es que el esfuerzo, el ímpetu y la ilusión que los vecinos de Hiendelaencina ponen a la hora de representar la Pasión hacen que ni los adversos factores climatológicos ni económicos la hayan frenado este año. Es por algo que sea conocida como la decana de las pasiones de la provincia”, reconocía el joven, y por ello el pueblo está satisfecho con el resultado, que se repite año tras año.
 Para Joaquín Latova Muñoz y otros vecinos del pueblo minero, el ‘secreto’ de su éxito está en que el acto nació de los propios vecinos.  “Sin lugar a dudas una de las claves del éxito de esta representación es la amplia colaboración y participación de los vecinos. Desde los más pequeños de 2 o 3 años que ya salen vestidos de judíos con sus padres y madres hasta los más mayores quienes, bien participando en la representación o bien realizando tareas organizativas, el pueblo cuenta con una amplia colaboración. Hoy en día podemos decir que contamos con un relevo generacional en la mayoría de papeles”, dice Latova, quien recuerda su debut hace diez años “con mucho miedo y vergüenza”.
 
Los mejores momentos
 En todo este tiempo han ocurrido muchas cosas que desde su posición de Jesús recuerda con agrado. “Siempre recordaré la inestabilidad de la borrica en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, al comienzo de la representación, el realismo e intensidad con que los romanos despliegan sus látigos a la hora de marcar las espaldas a Jesús o la cruz, cuando alzan a Jesús, moviéndose de lado a lado”, dice haciendo memoria.
 Ahora, Joaquín Latova emprende un nuevo camino en la representación viviente de la Pasión  y Muerte de Jesús de su pueblo. “Sin duda seguiré participando de manera activa en la representación. En los próximos años me imagino que tendré algún papel cercano al de Jesús, para guiarle en caso necesario”. Ese nuevo Jesús estará encarnado por Felipe Gismera, otro joven del pueblo que habitualmente ha interpretado papeles de soldado romano. “Es una persona con aptitudes más que suficientes y con la actitud adecuada para representar este papel, por lo que simplemente le aconsejaré que lo disfrute y lo viva con pasión - en mi opinión es una de las experiencias más gratificadoras; el simple hecho de ver a tus vecinos y a los visitantes llorando de emoción es más que gratificante”. Y es que su papel, aunque es el más difícil por sus diálogos, presencia en escena y carga interpretativa, es el que más llena a quien lo lleva a cabo.