Juego político siempre y ahora
Ahora después de todo un mandato o legislatura de juego político llega el momento del juicio, de que los ciudadanos decidan.
Estamos ya en días de ambiente electoral en los que se respira ilusión y nerviosismo, junto a presentación de candidatos y programas. Decía Montesquieu que el juego nos gusta porque halaga nuestra avaricia, es decir, la esperanza de poseer más. Titulamos el juego político porque pareciera que la Política es un juego, sin llegar a los extremos de Pío Baroja en aquello de que “La política es un juego sucio entre compadres”. Tremenda definición si es que la dijo porque el noble arte de la Política es algo sin el cual difícil, casi imposible, resultaría la convivencia y sin embargo cuando escuchamos a los políticos casi es asco o rabia lo que suelen causar. Parece un juego de niños lo que muchas veces dicen, y si bien analizas te das cuenta de que realmente parece un juego pero muy serio, porque de su resultado depende el mejor o peor vivir de los ciudadanos. Es típica la frase un tanto infantil de “y tú más” cuando uno le dice a otro alguna lindeza, pero eso, de modo más sofisticado, es lo que podemos escuchar en el mismísimo Parlamento. Aquello, de qué se trata que me opongo o asiento según las circunstancias es una verdad incontestable.
Somos demasiado inocentes cuando nos sentamos ante el televisor a ver qué dice esta o aquella señoría como esperando una solución al problema de que se trate. Sin duda esto que parece una broma, pero es algo cierto, no deja de ser una forma más de tomar el pelo sobre todo al que de buena intención y con esperanza escucha a nuestros representantes. Ay con la disciplina de partido y las alianzas que pueden llegar a ser muy raras con tal de no dejar que el poder pase a otros. Ahora después de todo un mandato o legislatura de juego político llega el momento del juicio, de que los ciudadanos decidan las futuras composiciones de nuestros parlamentos. Ahora empieza otro partido que finalizará el 28-M.