Juicio al guardia civil que mató a un presunto atracador: “Cuando disparé no había nadie en ese campo de visión”

18/06/2018 - 19:34 D.Pizarro

Los hechos que juzga un jurado popular en la Audiencia Provincial se remontan a octubre de 2013.

Este lunes comenzó el juicio contra J.L.F.G., un guardia civil del puesto de Yunquera de Henares como autor de la muerte de Gonzalo López, hechos que tuvieron lugar el 23 de octubre de 2013 en el transcurso de una operación por un robo con violencia e intimidación en el polígono de Cabanilla del Campo.

 

La Audiencia Nacional acogió este nuevo juicio por jurado popular, situación que fue subrayada por el abogado defensor, que aseguró que en sus más de 30 años defendiendo a guardias civiles por actos cometidos en el ejercicio de su labor, “nunca” se había encontrado con penas tan elevadas como las solicitadas por la acusación.

 

En concreto, el abogado que representa a los padres y la hermana del fallecido solicitan 13 años de prisión para el acusado por homicidio doloso, la inhabilitación absoluta como guardia civil y el pago de 105.000 euros en indemnización para cada uno de los padres y 30.000 para la hermana. Por su parte, el abogado que representa al hijo –tenía seis años en el momento de los hechos– piden 16 años por asesinato, su inhabilitación absoluta y 400.000 euros para el menor. La Fiscalía, por el contrario, considera lo ocurrido como homicidio imprudente y solicita una pena de dos años. En cuanto a la defensa y el abogado del Estado, piden la absolución del agente de la benemérita.

 

Declaración del acusado

El guardia civil, que en los casi cinco años que han pasado desde que tuvieron lugar los hechos, ingresó en la academia de la Guardia Civil en 2006, y su primer destino lo obtuvo en 2007. Desde 2010 trabajaba en el puesto de Yunquera.

 

Ese 23 de octubre de 2013, entró en el servicio a las 14.00 horas junto a su compañero de patrulla. Recibieron un aviso de la central en el que les alertaban de un atraco en el polígono de Cabanillas. “Nos dijeron que fuéramos con celeridad para prestar apoyo a los compañeros”. Y es que Cabanillas no entra dentro de la demarcación de Yunquera de Henares, pero se les solicitaba como auxilio. En ese primer aviso se explicaba que se adoptasen las medidas oportunas para “autoprotegernos”. Allí estaban ya otros agentes de la Benemérita y policía local de Cabanillas, que fotografiaba el coche accidentado que presuntamente conducían los tres atracadores. Les informaron entonces que testigos habían señalado que portaban pasamontañas y una escopeta.

 

“Iniciamos la búsqueda de los individuos”. Cuando se acercaron a la nave de Grúas Bueno, observaron la presencia de tres personas que estaban hablando entre ellas. “Llevaban vestimenta oscura y sucia por la parte de abajo”, señaló el acusado. Él y su compañero se separaron “con la esperanza de que no nos vieran y poder identificarlos”. Entonces, el acusado les dio la primera orden de “Alto a la Guardia Civil”, con la intención de que posteriormente saliera su compañero “y se sintieran acorralados”. Y aseguró que, “por lo que nos dijo la Policía Local”, tenían el perfil de sospechosos. Aunque reconoce que en “ese momento” no vio que portasen alguna arma, no podía ver “en su totalidad” los brazos izquierdos de dos de los individuos.

                        

Los presuntos atracadores hicieron “caso omiso” de las órdenes del agente y no mostraron “ningún tipo de colaboración”. En apenas unos segundos, uno de ellos huye hacia donde se encontraba el otro guardia civil y los otros dos empiezan a moverse. “Tengo la percepción de que están escondiendo algo”. Entonce les ordena que se tiren al suelo y oye “Tú ya verás” y decide “desviar” la trayectoria de su brazo “y efectuar un disparo frontal al aire”, pero “jamás” con la intención de alcanzar a nadie. Negó que el fallecido se encontrase de espaldas. “En ese momento –insistió– no había nadie en ese campo de visión (…) Jamás en la vida pensé que pudiera alcanzarlo”.

 

El cuerpo de la víctima cayó por un barranco y el agente aseguró que creía que había huido. Entonces fue hacia su compañero, que había detenido a uno de los atracadores. Una vez introducido éste en el coche, el acusado explicó que le contó a su compañero que había realizado un tiro, información que también transmite a la central. Pero continúan con la búsqueda de los huidos. Al volver al barranco, no obstante, se percatan de la presencia del cuerpo inerte del presunto atracador. “No podía creerme lo que había sucedido”.

 

Por esta primera sesión del juicio, que se desarrollarán durante toda la semana, también pasaron dos testigos, trabajadores del polígono, que recordaron el accidente del coche de los atracadores, que llevaban pasamontañas y un arma “larga” de un cañón.

 

También la madre y la hermana del fallecido aseguraron que hasta las 22.40 horas de ese día no fueron informaron de la muerte de su familiar, y que inicialmente les aseguraron que había muerto al caerse por un barranco.