Jurassic World, Dominion: "Cine al peso"

18/07/2022 - 14:57 J. Pastrana

Cuando se estrenó Avatar, recuerdo que hubo en la salas una temporal y muy efímera fiebre por el cine en tres dimensiones. Incluso se llegó a coger películas rodadas en dos dimensiones y procesarlas para que se ajustaran a la nueva moda. Fue un despropósito.  

Ahora, éxitos merecidos, como el del último Spiderman, y otros más cuestionables, como el de Cazafantasmas más allá, han hecho que dé un paso al frente el concepto Reunión. Hay quien lo llama nostalgia, yo mismo puede que lo haya hecho en anteriores ocasiones, pero aquí no se trata tanto de eso como de reunir caras de antes con otras de ahora. Ah, y de hacer películas de dos horas y media. Así, nos encontramos con una oferta de cine Al Peso, con muchas caras y minutos para justificar el pago de una entrada. Lo de que el producto final tenga corazón o alma ya lo dejamos para otro día, si eso. 

No quiero decir que Jurassic World: Dominion sea aburrida o mala. A mí me aburrió, sí, pero entiendo que pueda haber gente a la que le guste. Del ejercicio de tensión, atmósfera e imaginación con el que inauguró Spielberg la franquicia hemos pasado a un Fast and Furious (no sé si lo he escrito bien, pero esta saga me da tanta pereza que no voy ni a mirarlo) con dinosaurios. 

En esta nueva entrega, a los protagonistas de la segunda trilogía, Chris Pratt y Bryce Dallas Howard, se les unen los rostros más conocidos de la primera: Laura Dern, Sam Neill y Jeff Goldblum. Se supone que los dinosaurios ya viven entre nosotros, en el mundo real e incursionando en las ciudades, pero eso solo da para un par de escenas, las mejores de la película, por cierto. En realidad, la trama gira en torno al plan de una megacorporación para vender su maíz y al secuestro de la ‘hija’ de Chris Pratt y Bryce Dallas Howard. Los veteranos investigan el primer eje de la trama. Pratt y Howard se ocupan de rescatar a su hija. Ambas historias les harán converger, por enésima vez, en un recinto cerrado poblado por dinosaurios de todo tipo y pelaje, pero mayoritariamente con mucha hambre y mala leche. 

No es que el Jurassic Park original tuviera un guión soberbio. Es más, a un servidor nunca terminó de convencerle ese final tan paródico/deus ex machina. Pero lo que si tenía era un concepto de partida brutal, ‘hemos revivido a los dinosaurios para crear un parque de atracciones’, y un director que lo dio todo para que la historia funcionara, tanto en el uso de efectos especiales como en la forma de rodar un proyecto repleto de momentos únicos y que cambiaron la historia del cine por completo. 

Por eso, lo malo de esta nueva entrega no es que el guión sea flojo. Lo realmente terrible es la falta de amor que se percibe tras las cámaras ya desde la primera escena, el ataque de un mosasaurio (el dinosaurio ballena éste, ¿saben cuál les digo?) a un barco pesquero. Sí, las imágenes son espectaculares, pero la tensión del momento está a años luz de aquel primer ataque de un velociraptor al que ni si quiera llegábamos a ver en Jurassic Park. 

Jurassic World no es nostalgia, porque los nostálgicos lo que echan de menos es una forma de hacer cine y no simplemente el rostro de un actor. Echan de menos la magia, el director que quiera sobrecoger con emociones al niño y no solo deslumbrarle con una sucesión de golpes y persecuciones. Puede que logre capturar a los niños de ahora, puesto que ofrece una película infantilizada hasta el extremo, pero difícilmente llegara a quienes disfrutaron de la historia original. A esos es probable que le aburra, que les parezca un filetaco enorme pero pobremente cocinado.

 

JURASSIC WORLD: DOMINION

    Director: Colin Trevorrow
    País: EEUU