La amenaza de lluvia no impidió que Brihuega abriese sus puertas con todo esplendor en el VII Día del Turista

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
Aunque la amenaza de lluvia y el bajón registrado en las temperaturas fue evidente ayer, lo cierto es que las inclemencias del tiempo no lograron aguar la celebración del VII Día del Turista de Brihuega, que se desarrolló con todo el colorido de la Edad Media por los rincones más emblemáticos y monumentales de la villa briocense. Al menos por la mañana, cientos de visitantes disfrutaron del mercado medieval y la jornada de puertas abiertas.
La amenaza de lluvia durante toda la jornada y la brusca bajada de las temperaturas propiciaron que el VII Día del Turista de Brihuega no fuera en esta ocasión tan multitudinario como lo ha sido otras ediciones, como la del año pasado, cuando la villa acogió la visita de más de 8.000 personas. A pesar de ello, no faltó ambiente, tampoco turistas y mucho menos propuestas, pues el municipio, considerado el Jardín de la Alcarria por su verdor y frondosidad, pero igualmente rico en cuestión monumental y arquitectónica, sacó a la calle todo su armamento pesado, celebrando una jornada de puertas abiertas en todos sus monumentos y edificios emblemáticos, realizando visitas guiadas y poniendo en marcha, por segundo año consecutivo, su pintoresco mercado medieval en la plaza del Coso, junto con diversas actividades paralelas dirigidas desde los más pequeños a los más mayores.
En 1973, Brihuega fue declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional. Como recuerda Abelardo Mazo, teniente de alcalde de Brihuega y concejal de Turismo, no se había hecho nada para conmemorar tal reconocimiento hasta hace siete años, cuando la Asociación Turístico Cultural Briocense, en colaboración con el Ayuntamiento, decidió dedicar el día más próximo a la fecha de la declaración, que se produjo en el consejo de ministros del mes de mayo del 73, “a abrir todos los monumentos al público”, bautizando esta celebración como el Día del Turista. Como en sus ediciones anteriores, cada uno de los monumentos dispuso de un guía que se encargó de explicar a los visitantes las características del edificio en cuestión. La iglesia de San Miguel, la iglesia de San Felipe, la de Santa María de la Peña, que es la parroquia del municipio, la capilla de la Vera Cruz, el arco de Cozagón –“que es como la Puerta de Alcalá para Madrid”, como explica Mazo–, el castillo de la Peña Bermeja o la capilla gótica que está junto al castillo y “que es muy particular y sólo se abre al público este día”, fueron algunos de los monumentos que los que se acercaron ayer a Brihuega pudieron disfrutar.
Pero además de volver a la antigüedad recorriendo todos y cada uno de los rincones más emblemáticos de la villa, los miles de turistas que ayer visitaron la localidad briocense también pudieron dar un paseo por la Edad Media, curioseando de puesto en puesto en el mercado medieval o participando en alguna de las actividades que junto a él se desarrollaron. Llamaba la atención del público, nada más desembocar en la plaza del Coso, la gran exposición animal que en su centro se instaló. Se pudieron ver muchas aves rapaces de distintas especies, cuya envergadura superaba en alguno de los casos el metro y medio cuando desplegaba sus alas, aleteando mientras trataba de alzar el vuelo. Sin embargo, el animal que mayor interés y curiosidad levantó entre los turistas y briocenses fue un pequeño lince ibérico de ojos verdes que logró encandilar a todos, en brazos de su cuidador, como si se tratase de un bebé.

Los niños, encantados
Bailarinas de la danza del vientre contoneándose al ritmo de músicas de la época; caballeros que alzaban sus espadas al vuelo, demostrando su fuerza y vigor ante los ojos de los turistas; la banda de música briocense, poniendo sus notas a la jornada; y las damas y los caballeros medievales, paseando con sus mejores galas para la ocasión, dibujaron un ambiente que invitaba a quedarse en Brihuega.
Pero fueron los niños los que, sin duda, mejor lo pasaron en la jornada de ayer, pues a ellos iban destinadas muchas actividades amenas y divertidas. Lleno estuvo todo el día el puesto de magia, en el que un cómico mago hizo las delicias de los pequeños, y también de los mayores, con sus juegos de manos y su habilidad y rapidez. Otra de las actividades que tampoco tuvo descanso fue el cuentacuentos, que se situó en otro de los puestos del mercado medieval. Los niños y niñas parecían estar absortos y totalmente metidos en las apasionantes historias que el cuentista entonó para dar rienda suelta a su imaginación. Dos pequeños burros pasearon a los chavales de la villa y a los visitantes por el mercado medieval, a lomos de los cuales los niños pudieron probar los medios de transporte de sus antepasados. Y por si fuera poco, un barco vikingo situado en pleno Coso hizo a los niños y niñas atravesar mares y océanos, viajar a países lejanos y pasar un buen rato.
Lo cierto es que el espíritu participativo es uno de los puntos fuertes de este Día del Turista, no sólo en el caso de los niños, sino también para los mayores. Se desarrollaron distintos talleres de herrería, malabares, pintura de caras y antiguos oficios, y se pudieron probar las técnicas del tiro con arco, el lanzamiento de jabalina o la esgrima antigua, en este caso, en el marco del campamento medieval que quedó instalado en los jardines del castillo de la Peña Bermeja.
Todo esto, acompañado de una bonita decoración medieval, una cuidada ambientación de calle en forma de personajes medievales como princesas, caballeros y bufones; una exposición de instrumentos y máquinas medievales de tortura, como una rudimentaria guillotina; y puestos de distintos productos, todos ellos artesanos –desde el jabón hasta los bollos y el pan, pasando por las figuras de madera o las velas, los libros, el cuero y los textiles o las infusiones curatodo– hicieron de la jornada un momento estupendo para visitar el municipio alcarreño, uno de los más representativos, bellos y conocidos de la provincia de Guadalajara.
Cerrando la jornada, a las 19.30 horas, se representó una revuelta entre los dos ejércitos medievales, tras el que tuvo lugar una batalla entre las distintas órdenes de recreación histórica, que puso el broche de oro a una nueva edición del Día del Turista. Después de la intensa jornada y el cierre del mercado medieval, la jornada quedó clausurada, con la vista puesta en la próxima cita turística, que tendrá lugar ya el próximo fin de semana y que en este caso se tratará de un encuentro de encajeras en el que está prevista la asistencia de más de 100 mujeres de muchos puntos de la provincia y del país, una nueva ocasión para que personas de distinta procedencia geográfica conozcan los muchos encantos de Brihuega. Organizada por la Asociación de Mujeres de Brihuega, este año, como novedad, se celebrarán unos talleres artesanos en los que podrán participar las encajeras, que también disfrutarán de una ruta turística guiada por la localidad.

Darse a conocer más allá
No cabe duda de que “Brihuega es muy conocida dentro de la provincia”, tal y como reconoce Mazo. Sin embargo, todos los esfuerzos son pocos y tanto el Ayuntamiento como la Asociación Turístico Cultural Briocense no cejan en su empeño por “darla a conocer fuera de Castilla”, objetivo principal del Día del Turista que la localidad viene consiguiendo con bastante éxito. “No solamente vienen de Madrid, vienen muchos visitantes de la zona de Valencia, de Zaragoza, incluso hay muchísimos catalanes que cuando pasan hacia Madrid entran a Brihuega”, comenta el concejal. Además, el municipio dispone de una amplia oferta hostelera. “No tenemos grandes hoteles, pero sí un hostal, una hospedería, un hotel y ocho casas rurales que, además, están llenas casi todos los fines de semana”, termina Mazo, dando muestra de la rica vida turística briocense.