La capital arropó las procesiones de su Jueves Santo

18/04/2014 - 07:46 Javier Pastrana Margüenda

Si impresionante fue la procesión del Miércoles Santo, la de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno sólo puede calificarse como multitudinaria. Los fieles se agolpaban frente a la salida de San Nicolas, invadiendo la Plaza del Jardinillo. En este caso, la primera en abandonar el templo fue la Virgen de la Misericordia. El paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno iba detrás, palpando la expectación que generaba su regreso a las calles entre los fieles de Guadalajara, que incluso se asomaban a los balcones para poder disfrutar del momentos. Más de 30 cargadores tuvieron el honor de llevar sobre sus hombros la imagen del nazareno, a la que también escoltaba la joven y prometedora Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En torno a las 20.20 horas comenzaba a andar una procesión que recorrió en centro de la localidad durante horas, hasta casi darse la mano con otra de la citas ineludibles de la Semana Santa de la Capital, la que a partir de las 23.00 horas protagoniza la Cofradía de la Pasión del Señor con salida, otra vez, desde la complicada parroquia de Santiago Apostol. Una sola mirada al interior de la iglesia, ya cuando los pasos están en la calle, sirve para hacerse una idea de la titánica tarea que deben afrontar los cargadores para sacar las imágenes.
Una multitud aguardó en el Jardinillo la salida del Jesús Nazareno de San Nicolás
Además de la habitual aglomeración de devotos que se dieron cita ante las puertas de Santiago, la alfombra de fieles se extendía también a lo largo de todo Miguel Fluiters y la Calle Mayor ya desde la misma salida, muchos de ellos dispuestos a acompañar la procesión durante todo su recorrido. A la impactante imagen del Cristo de la Expiración, acompañada por la solemnidad del Grupo de Tambores de la Cofradía de la Pasión del Señor, le siguieron una quincena de nazarenos portando sus propias cruces; el paso de Nuestra Señora de la Piedad, escoltada por un grupo de dulzaineros; y el de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, también con sus propios tambores.