La ciudad de Sigüenza
Hemos escrito bastante en los cincuenta y cinco años que llevamos ya veraneando en Sigüenza sobre la ciudad en la que la piedra se ha hecho arte, en la que la Universidad gozó de cierta fama, hay un sin fin de lugares donde disfrutar de la típica gastronomía castellana, está una de las catedrales más bonitas de España, un Parador Nacional sobre un antiguo castillo o una bella plaza Mayor. Hubo un tiempo en el que tal vez, al igual que el resto de los pueblos, pareció ir a menos al sufrir la emigración que marcaban los tiempos, pero la ciudad mitrada, guarda su primacía entre las ciudades más bellas de nuestra provincia y nuestra nación y ha sabido aprovecharla para solicitar ser Patrimonio Mundial de la Humanidad, celebrando diferentes actos, también, sobre el hecho histórico del 900 aniversario de su Reconquista. Gran trabajo de nuestro Ayuntamiento, apoyado por el Gobierno regional, que está revitalizando la zona, con independencia de que se logre o no tal declaración.
Muchas son las bondades que esta ciudad medieval atesora y muchas las plumas de reconocidos escritores que las han inmortalizado en sus escritos. Sus Fiestas Medievales acaban de celebrarse con gran éxito y son muchas otras las que se celebran con gran boato y atractivo para el turista. Merece la pena que se siga luchando para que tantas cosas continúen celebrándose y haciendo de la ciudad un lugar al que a la gente sí le dé la gana ir, como de hecho va o viene… Y no hemos hablado de las bondades de un clima excepcional para los meses de verano, y cada vez menos frío para los de invierno, según nos cuentan. Nuestra estancia durante parte del verano ha hecho posible constatar todo ello y hoy cuando se celebra la festividad de la Hostelería queremos recordar a cuantos se han dedicado y dedican a ella. Nuestra felicitación a cuantos son parte de este también noble arte culinario, no menor, ni mucho menos, pues recordemos aquello de primero es ser y después filosofar.