La Ciudad del Cine, una oportunidad de futuro que no podemos perder
La Ciudad del Cine, que recibió el visto bueno del anterior equipo de Gobierno, significa dar respuesta integral a la conservación y mantenimiento de cada uno de los edificios que tiene el Fuerte al contemplar un uso concreto para todos ellos, de carácter cultural como desea una ciudadanía que no se vería privada de su disfrute.
El Ayuntamiento de Guadalajara bloqueó con su acuerdo plenario del pasado viernes un proyecto altamente beneficioso para la ciudad en lo que, de confirmarse, sería un error histórico. La Ciudad del Cine supone dar uso a unas instalaciones degradadas en pleno centro y con fecha de realización, incluir a Guadalajara como referencia mundial en un sector en auge- el relacionado con todo lo audiovisual- y privarla de cuantiosos beneficios económicos, tanto en lo que a creación de empleo y empresas relacionadas con el sector se refiere como de impulso de negocios ya existentes que verían incrementar sus ingresos con la actividad generada.
La Ciudad del Cine, que recibió el visto bueno del anterior equipo de Gobierno, significa dar respuesta integral a la conservación y mantenimiento de cada uno de los edificios que tiene el Fuerte al contemplar un uso concreto para todos ellos, de carácter cultural como desea una ciudadanía que no se vería privada de su disfrute, pues las dos instalaciones más frecuentadas hoy en día, la iglesia, abierta al culto religioso, o la cripta, atracción turística, seguirían con su función actual y se establecerían visitas guiadas a todo un complejo, que presentaría un aspecto muy mejorado tras su rehabilitación. Paseo de la fama, museo del cine, escuela de audiovisuales- en una ciudad donde hay alumnos estudiando en el Grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad y formación profesional especializada-, localizaciones de rodaje o un espacio de tributo para Buero Vallejo, son algunos de los motivos que harán que los alcarreños que hoy no pasean por el Fuerte tengan ganas de visitarlo y que significarían un reclamo para el turismo.
En el apartado económico la no construcción significaría perder una inversión en Guadalajara de 11,75 millones de euros, la mayor parte de fondos europeos, pero sobre todo renunciar al impacto que supondría disponer de esta infraestructura en pleno funcionamiento en apenas dos años, siendo escenario de rodajes. Impacto cifrado en cuatro millones de euros anuales. La ubicación, los espacios naturales que ofrece y los servicios cercanos que aporta son el motivo de su interés. No cabría plantearla en un lugar alejado. En cambio si hay otras muchas opciones para disfrutar de una biblioteca u otras instalaciones culturales, a las que no queremos renunciar, en espacios con valor, hoy vacíos, por toda la ciudad. Cabe pues replantearse este bloqueo y abrir un diálogo.