La coalición sueca, abocada a formar un gobierno en minoría

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
SUECIA
Los Verdes rechazan apoyar al primer ministro sueco Reinfeldt
La formación ultraderechista ha defendido que tiene la llave del poder y que ahora el resto de partidos no tendrán otro remedio que reconocerles. Sin embargo, tanto Reinfeldt como la izquierda han dejado claro que se niegan a trabajar con este partido, que quiere una política de inmigración más responsable pero que es visto como racista por sus rivales.
Así, el primer ministro sueco, de 45 años, dijo que formará gobierno a tiempo para el inicio de la nueva sesión del Parlamento, prevista el 5 de octubre, y subrayó que los votos combinados de la oposición de centro-izquierda y los Demócratas de Suecia suponen sólo 7.000 más que los logrados por los partidos de la coalición gobernante, por lo que defendió esperar a que se conozcan los resultados definitivos, que previsiblemente se conocerán el miércoles.
Pero, si el recuento final confirma el resultado preliminar, Reinfeldt estará en minoría en el Parlamento. El primer ministro había dicho previamente que si esto ocurriera, pediría apoyo al opositor Partido Verde, pero este lunes afirmó que por el momento no ha habido contactos. “Ahora tenemos tiempo hasta el 4 o 5 de octubre que usaremos. Es bueno que nos demos tiempo para que el resultado electoral se asiente”, aseveró.
El Partido Verde, que mejoró su resultado electoral logrando el 7,2 por ciento de los votos, lo que le sitúa como la cuarta mayor fuerza, sin embargo, rechazó negociar con Reinfeldt. “Nosotros consideramos que (...) no hemos recibido un mandato de nuestros votantes para comenzar ninguna negociación con la Alianza, ni para ser parte de un gobierno o iniciar una cooperación más estrecha”, subrayó su líder, Maria Wetterstrand.

Así las cosas, Reinfeldt tendría que gobernar en minoría buscando apoyo para sacar adelante leyes en las que exista entendimiento con la oposición y evitando las cuestiones más controvertidas. Esta no sería la primera vez que Suecia estuviera gobernada por un gobierno en minoría, ya que en el pasado los Social Demócratas también se vieron abocados a ello. De hecho, se modificó la ley con el fin de que el presupuesto pueda ser sacado adelante salvo que toda la oposición presente una alternativa factible al mismo.
Sin embargo, en política exterior el gobierno de Reinfeldt podría tener problemas en los próxmos meses, ya que tanto el centro-izquierda como los Demócratas de Suecia reclaman la retirada de los 500 efectivos que Suecia tiene desplegados en Afganistán, algo a lo que se opone el actual ejecutivo.

Los Verdes ya mantuvieron contactos con el centro-derecha tras las elecciones de 2002, pero finalmente respaldaron al Gobierno de centro-izquierda. La formación tiene posiciones en algunos temas, como la política sobre PYMES, más en línea con el centro-derecha que con el centro-izquierda, pero su postura es más radical en lo relativo a medio ambiente y a la reducción de gases con efecto invernadero.

LA EXTREMA-DERECHA PIDE VOZ

Por su parte, el líder de Demócratas de Suecia, Jimmie Akesson, de 31 años, se mostró confiado en que conseguirá que su partido tenga influencia política. “Nosotros esperamos que los otros partidos nos vean como un igual y estén dispuestos a hablar también con nosotros”, declaró a la televisión sueca. Anoche, había defendido que su partido tiene “cuatro años por delante para subrayar nuestro punto de vista e influir la política en este país”.

Su formación ha conseguido incrementar el apoyo abandonando sus raíces en el movimiento ‘skinhead’. Los analistas consideran que el partido, que quiere reducir la inmigración y considera no suecos tanto a los musulmanes como al Islam, encuentra su apoyo principalmente entre el creciente número de parados, así como en el sur del país, donde el porcentaje de inmigrantes es mayor. Suecia cuenta con un 14 por ciento de inmigrantes entre su población.

También cabe la posibilidad de la celebración de elecciones anticipadas, algo que los analistas ven como muy poco probable, entre otras cosas porque en el país no es algo tradicional y de hecho no se han celebrado desde 1958, cuando una disputa en torno al sistema de pensiones provocó la escisión entre los Social Demócratas y el partido de centro. Además, el temor a que la extrema-derecha gane aún más apoyo es un elemento disuasor, precisan.