La consejera de Industria anuncia que se soterrarán las líneas de tensión del Balconcillo
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Tras expirar el convenio firmado entre la Junta de Comunidades, Unión Fenosa y el Ayuntamiento, por reiterados retrasos en la urbanización de la zona donde estaba previsto el soterramiento de las líneas y el extravío, según la Junta, por parte del Ayuntamiento, de una adenda al acuerdo, la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, decidió mediar entre la compañía y el Consistorio para garantizar la ejecución de las obras de soterramiento que, según la Junta, mejorarán el suministro eléctrico en la zona.
La consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, Paula Fernández, ha asegurado que el soterramiento de cinco líneas eléctricas de alta tensión situadas en la calle Méjico, en Guadalajara, necesario para incrementar la calidad del suministro eléctrico y garantizar un mejor entorno medioambiental en la ciudad, se va a llevar a cabo.
Para ello, y a petición del presidente Barreda, la consejera se ha reunido tanto con responsables de la compañía eléctrica como con el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, para mediar entre ambas partes y garantizar que se acometan las obras previstas en el plazo menor posible de tiempo y sin coste añadido para los ciudadanos de Guadalajara.
Las obras deberían haber sido ejecutadas a finales de 2007, tal y como se acordó en un convenio que firmaron responsables del Ayuntamiento, de la Junta de Comunidades y de Unión Fenosa. Pero tras varios incumplimientos de plazos en la ejecución del proyecto, por no encontrarse la zona urbanizada, se firmó una adenda al citado convenio que ampliaba el plazo en un año.
La firma de esa adenda también se retrasó porque, tal y como ha reconocido el alcalde, según señalan desde la Junta, el documento se extravió, a pesar de las reiteradas peticiones que desde la Junta de Comunidades se realizaron para la firma del nuevo acuerdo. De este modo, no fue hasta julio de 2008 cuando se pudo firmar la ampliación del convenio.
Mediación
La normativa vigente en materia de subvenciones obliga, en ese momento y debido a que se había superado con mucho los plazos previstos en el convenio, a declarar el incumplimiento por parte de la compañía que tenía que ejecutar las obras, dando por concluido e incumplido dicho acuerdo.
Una vez expirado el convenio, la Junta de Comunidades, a través de la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, y ante la imposibilidad de firmar un nuevo acuerdo, ya que la legislación de subvenciones ha cambiado, decide mediar entre la compañía y el Ayuntamiento para desbloquear la situación y agilizar, lo máximo posible, los plazos de ejecución de unas obras que el Gobierno de Castilla-La Mancha considera necesarias y beneficiosas para los habitantes de la capital guadalajareña. Este proyecto, además, es una vieja reivindicación vecinal de los residentes en el barrio del Balconcillo. Los vecinos lucharon con ahinco para que se soterraran las líneas de tensión del paisaje del barrio y, en una primera fase, consiguieron su propósito. No obstante, diferentes trabas, antes mencionadas, imposibilitaron la puesta en marcha de la segunda fase de soterramiento, encaminada a la eliminación total de las altas torres de tensión eléctrica. Las partes implicadas deberán estudiar ahora el importe de las obras y cuál es su participación en el proyecto.
Para ello, y a petición del presidente Barreda, la consejera se ha reunido tanto con responsables de la compañía eléctrica como con el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, para mediar entre ambas partes y garantizar que se acometan las obras previstas en el plazo menor posible de tiempo y sin coste añadido para los ciudadanos de Guadalajara.
Las obras deberían haber sido ejecutadas a finales de 2007, tal y como se acordó en un convenio que firmaron responsables del Ayuntamiento, de la Junta de Comunidades y de Unión Fenosa. Pero tras varios incumplimientos de plazos en la ejecución del proyecto, por no encontrarse la zona urbanizada, se firmó una adenda al citado convenio que ampliaba el plazo en un año.
La firma de esa adenda también se retrasó porque, tal y como ha reconocido el alcalde, según señalan desde la Junta, el documento se extravió, a pesar de las reiteradas peticiones que desde la Junta de Comunidades se realizaron para la firma del nuevo acuerdo. De este modo, no fue hasta julio de 2008 cuando se pudo firmar la ampliación del convenio.
Mediación
La normativa vigente en materia de subvenciones obliga, en ese momento y debido a que se había superado con mucho los plazos previstos en el convenio, a declarar el incumplimiento por parte de la compañía que tenía que ejecutar las obras, dando por concluido e incumplido dicho acuerdo.
Una vez expirado el convenio, la Junta de Comunidades, a través de la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, y ante la imposibilidad de firmar un nuevo acuerdo, ya que la legislación de subvenciones ha cambiado, decide mediar entre la compañía y el Ayuntamiento para desbloquear la situación y agilizar, lo máximo posible, los plazos de ejecución de unas obras que el Gobierno de Castilla-La Mancha considera necesarias y beneficiosas para los habitantes de la capital guadalajareña. Este proyecto, además, es una vieja reivindicación vecinal de los residentes en el barrio del Balconcillo. Los vecinos lucharon con ahinco para que se soterraran las líneas de tensión del paisaje del barrio y, en una primera fase, consiguieron su propósito. No obstante, diferentes trabas, antes mencionadas, imposibilitaron la puesta en marcha de la segunda fase de soterramiento, encaminada a la eliminación total de las altas torres de tensión eléctrica. Las partes implicadas deberán estudiar ahora el importe de las obras y cuál es su participación en el proyecto.