La crisis se come el superávit del Estado en apenas seis meses

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Adiós al superávit, al menos, durante dos años. El Gobierno lo confirmó este lunes (por ahora sólo para 2008, aunque para 2009 el panorama es peor), tras ser adelantado por distintos analistas, a la vista de los malos resultados de ejecución presupuestaria hasta junio.
Y es que en sólo seis meses la crisis económica, ya reconocida como tal por el propio vicepresidente económico, Pedro Solbes, se ha comido el saldo positivo del Estado, que en junio entró en ‘números rojos’ con un saldo negativo acumulado (desde enero) de 4.683 millones de euros en términos de contabilidad nacional, suma representativa del 0,42% del producto interior bruto (PIB).
Lo peor, no obstante, es que sus cuentas también terminarán el ejercicio con déficit, “de algunas décimas”, algo que no ocurría desde 2004.
Los principales culpables son el frenazo de la actividad y la caída del consumo, que han provocado una fuerte reducción en los ingresos tributarios, con un descenso del 14,2% en el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y del 17,6% en el gravamen sobre los beneficios empresariales.Junio fue especialmente malo dentro de esta tendencia a la baja, con 3.500 millones de euros menos ingresados en este mes de lo que alcanzó el año pasado, si bien el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, restó importancia a esta circunstancia, al señalar que fue un hecho “atípico” y que en julio “veremos una recuperación”.
Sin embargo, él mismo confirmó que será entonces cuando se note la principal merma recaudatoria (unos 2.700 millones) correspondiente a la devolución a 16,5 millones de contribuyentes de unos 400 euros de media (la mitad de los cuales los percibieron en sus nominas del mes pasado) vía impuesto de la renta (IRPF), salvo en el caso de los funcionarios, cuyo efecto se apreció ya en los resultados de junio con una reducción de 150 millones para las arcas del Estado.
El Gobierno considera que el descenso de los ingresos -que, dicen, ha estado en línea con lo que esperaban, pese a que sus previsiones oficiales incluidas en los Presupuestos de 2008 eran claramente optimistas y no se contemplaba bajada alguno-, tanto ahora como a finales del ejercicio, se correspondería con la “atonía mayor” de la actividad económica, pero también con el paquete de medidas (las más importantes de incremento del gasto social) aprobadas por el Gobierno a finales de abril y que, en la práctica, tendrán un coste anual de 8.000 millones de euros.
Según sus cuentas, sin esas actuaciones la recaudación crecería un 3% más en vez de bajar un 4% como ocurre ahora. Otros factores negativos para ese saldo han sido el encarecimiento del petróleo -que ha elevado de manera sensible los costes empresariales-, la entrada en vigor de la última parte de la reforma del impuesto de sociedades y el retraso en los pagos fraccionados autorizado de forma excepcional por Hacienda ante la falta de liquidez en muchas compañías.

Sólo sube el IRPF
Como resultado de ello, de enero a junio los recursos no financieros del Estado, que alcanzaron los 66.934 millones de euros, no pudieron compensar los empleos no financieros, que ascendieron a 71.617 millones. A su vez, en términos de caja, metodología por la que se anotan los ingresos y pagos que se han realizado de forma efectiva en ese período, la Administración central tuvo un déficit de 2.065 millones. La recaudación neta se situó en 92.650 millones, un 0,9% menos que hace un año -en contraste con el incremento del 4,2% en los gastos, que sumaron 67.689 millones-, si bien en el caso de los gravámenes directos subió un 7,5% (para un total de 45.239 millones de euros). Fue, eso sí, gracias al IRPF, el único de los grandes impuestos que mejoró sus cifras, con un alza de casi el 15% (con 36.220 millones), pues en la tributación de sociedades cayó con fuerza un 17,6% (se quedó en 7.368 millones).