La cueva de Los Casares podría aportar datos sobre la última etapa de los neandertales

04/02/2015 - 19:10 Javier Pastrana Margüenda

El pasado mes de septiembre, un grupo internacional de investigadores llevó a cabo una excavación arqueológica en la cueva de Los Casares, la primera desde el año 1968. El proyecto tenía como objetivo poner a prueba las teorías existentes sobre la ocupación humana de la Meseta durante el final del Paleolítico Medio y buena parte del Paleolítico Superior, una etapa que se remonta entre 18.000 y 50.000 años en la historia. Aunque los resultados finales todavía tardarán unos meses en conocerse, el director de la excavación, Manuel Alcaraz-Castaño, hasta hace poco investigador de la Universidad de Alcalá y actualmente en el Museo Neanderthal de Alemania, señala que “en las últimas semanas hemos ido conociendo algunos primeros datos”. Por ejemplo, se ha constatado que las muestras de costra estalagmítica son “idóneas” para contrastar “algunas de las teorías que se vienen manejando últimamente sobre el final de los neandertales en el centro de la Península Ibérica”. Si hasta fechas recientes los datos apuntaban a que en esta zona, y también en el sur, presentaron una pervivencia prolongada respecto a lo que ocurría en el norte, “las últimas dataciones han cuestionado esta idea”. También se han localizado una gran cantidad de pólenes en el yacimiento, “por lo que pronto podremos empezar a conocer el medio ambiente que rodeaba a los neandertales de la cueva de Los Casares”. Esto, a su vez, confirmará “si la cueva fue ocupada únicamente en momentos de bonanza climática”, o si los neandertales fueron capaces de adaptarse a las condiciones de las zonas altas de la meseta durante las oscilaciones más frías y áridas del Pleistoceno Superior. Estos primeros datos “nos hacen ser optimistas en cuanto a la interpretación general que esperamos poder plantear a lo largo de este año 2015”. De hecho, en próximas semanas darán a conocer los resultados preliminares “tanto en revistas científicas españolas, como en congresos internacionales en Alemania e Inglaterra”. Además, su intención es realizar una segunda campaña de excavación, “probablemente en abril o mayo de este año”, que complete los datos obtenidos en la primera. Así, a finales de verano esperan contar ya con los resultados definitivos “y será entonces cuando publiquemos un artículo científico en una revista internacional de alto prestigio”.
Los últimos datos oficiales databan de los años 60 del siglo pasado
Alcaraz-Castaño recuerda que el último estudio científico de la cueva de Los Casares se llevó a cabo en los años 60 del pasado siglo, tanto en lo que se refiere a su yacimiento del Paleolítico Medio, época de los neandertales, como a sus grabados y pinturas del Paleolítico Superior, realizados ya por humanos modernos. Aunque se han hecho estudios geológicos no publicados, “no ha habido proyectos de investigación recientes que la estudien”. Por eso resultaba importante plantear un nuevo proyecto de investigación que actualizara la información obtenida en la excavación dirigida por Ignacio Barandiarán en los años 1960. Los trabajos se centraron en el llamado Seno A, la parte de la cueva donde se conserva el yacimiento correspondiente al Paleolítico Medio, época en la que ocuparon la cueva los neandertales. De este yacimiento se tenía ya alguna información gracias a las excavaciones de Barandiarán, “pero aún se podían obtener muchos más datos gracias a los nuevos métodos de excavación y análisis”. La extensión espacial de los trabajos “fue muy limitada”, ya que excavaron en apenas un metro cuadrado de extensión. “Nuestro interés se centra más en la secuencia estratigráfica, sucesión vertical de niveles que se corresponden con los diferentes momentos de ocupación de la cueva, que en excavar en extensión”. Los objetivos de la primera campaña pasaban por conocer los procesos de formación del yacimiento, lo que implicaba estudiar la micromorfología y la sedimentología. También se pretendía conocer la cronología exacta de las ocupaciones de neandertales. Aunque los estudios de los 60 dejaban claro que eran del Paleolítico Medio, “entre 200.000 y 35.000 años antes del presente”, no había dataciones absolutas “que nos ofrecieran una edad exacta sobre cuándo fue ocupada la cueva”. Para ello, se tomaron las muestras de costras estalagmíticas, además de muestras de carbón y de hueso que permitirán obtener dataciones por el método del Carbono 14. Otro de los objetivos era conocer el medio ambiente y el clima en los que se produjeron las ocupaciones, lo que también servirá para conocer la flora que rodeaba la cueva de Los Casares durante el Pleistoceno Superior. Por último, la investigación pretendía conocer las estrategias tecnológicas y económicas desarrolladas por los neandertales. Para ello se están estudiando los utensilios de piedra y los restos de fauna localizados en la excavación. Un equipo internacional Las investigaciones en la cueva han estado dirigidas por Manuel Alcaraz-Castaño, investigador del Museo Neanderthal de Alemania; Gerd-Christian Weniger, director de dicho museo; y Javier Alcolea, profesor de Prehistoria de la Universidad de Alcalá. El proyecto cuenta con la colaboración del Museo de Molina y está financiado a través de los contratos postdoctorales Marie Curie, concedidos por la Comisión Europea ,y el proyecto alemán ‘Our Way to Europe’ (CRC 806). El grueso del equipo investigador lo forman especialistas procedentes del Museo Neanderthal y de la Universidad de Alcalá de Henares.