La democracia y el rencor político

14/01/2023 - 12:01 Gregorio Vergara García

El motivo de este modesto escrito son las reacciones, algunas de ellas no solo desproporcionadas, sino rayando en expresiones y deducciones increíbles, que intentan echar por tierra la honorabilidad de parientes del concejal Celada y metiendo por medio la Ley de Memoria Democrática.

Para empezar, me confieso demócrata desde incluso mucho antes de que hubieran nacido algunos de los que hacen uso e incluso abuso de esta condición.

Hace unos días que la prensa, tanto local como nacional, está pendiente del caso que nos ocupa, como si el asunto estuviera al nivel de las atrocidades de la guerra de Ucrania, de la carestía de vida o de la galopante desindustrialización de nuestro país.

Como casi toda Europa sabe al parecer, un concejal de Cabanillas del Campo y unos amigos, en un conocido bar de Guadalajara, entonaron el Cara al Sol, brazo en alto un día de las últimas fiestas navideñas. Este concejal había sido alcalde del PP de la localidad hasta 2019, hasta su paso a la oposición en la actualidad. Este asunto, al igual que haber entonado otros de origen y trascendencia política (Oriamendi, La internacional etc.) y su cargo público, no dejan de suponer una imprudencia, de la que me imagino no se sentirá orgulloso. Hasta ahí todo normal. Una metedura de pata (eso es de mi cosecha) y se acabó.

El motivo de este modesto escrito son las reacciones, algunas de ellas no solo desproporcionadas, sino rayando en expresiones y deducciones increíbles, que intentan echar por tierra la honorabilidad de parientes del concejal y metiendo por medio la Ley de Memoria Democrática, a la Secretaría de Estado e incluso solicitando que se cree para este y otros actos una Fiscalía de Memoria Democrática. También se pide, por parte de Podemos y de un Foro por la Memoria Histórica de Guadalajara que este concejal dimita y pida perdón a las víctimas. No especifican quienes son las víctimas.

Pues bien, no conozco personalmente al concejal objeto de esta denuncia, pero conocí a su familia, en mi condición de ex-director de Mercocentro-Guadalajara durante 15 años ( por cierto, tras nuestra añorada transición y con 3 partidos diferentes en el poder).Y porque creo que es obligación de todo ciudadano que se aclaren cosas que se quedan en el aire, para que no se aclaren, quiero manifestar lo siguiente:

D. José María López Rhodes, abuelo del concejal, a quien se alude como “Alcalde de Cabanillas en la Dictadura”, fue uno de esos alcaldes de pueblos pequeños sin sueldo alguno de los que abundaron y abundan. Extraordinaria persona y buen agricultor, lo recuerdo, como a tantos agricultores de aquellos tiempos con cariño y respeto. Lo mismo puedo decir de su yerno, padre del concejal, agricultor e hijo de agricultores, toda su vida dedicado a trabajar en un oficio durísimo.

Querría finalizar mi perorata manifestando mi pesar, y creo que el de mucha gente, por el cariz que está tomando la confrontación política. Unos y otros se esfrascan en continuas descalificaciones e insultos, que minan la confianza y llenan de estupor a quienes no tenemos la política como profesión y añoramos la concordia y el arrinconamiento de los rencores que crearon en la diversidad nuestros próceres del 78.