La devoción se tornó en solemnidad en la procesión de Los Faroles de Sigüenza
01/10/2010 - 09:45
Con silencio, y con el ya tradicional frío de la noche seguntina, centenares de vecinos cumplieron con la tradición y acompañaron a la Virgen de la Mayor en su recorrido nocturno por las calles de la Ciudad del Doncel. Numerosos eran los vecinos que se apostaron a las puertas de la catedral de Sigüenza, a la espera de poder ver finalmente a la patrona del municipio, en su carroza toda cubierta de flores, e iluminada de manera radiante por numerosos faroles que hacían las veces de antorchas.
No obstante, no será la primera vez en estas fiestas de San Roque que Nuestra Señora de la Mayor se cubra en un manto de flores, ya que el viernes, día de la Virgen, ya recibió la tradicional ofrenda floral por parte de una riada de seguntinos, de todas las edades, que no quisieron faltar a la cita anual con la Virgen.
Pero mientras que en aquélla ocasión se celebró en un ambiente devoto pero con toques festivos, anoche reinó el fervor más tradicional, mediante el silencio y el simple acompañamiento a la salida de la Virgen.
Respaldo institucional
Como cada año, esta cita tradicional fue vivida por numerosas autoridades de la provincia y la región. Entre las que en esta ocasión no quisieron perderse la celebración de la procesión de Los Faroles, declarada desde noviembre de 2005 Fiesta de Interés Turístico Regional, destacó, aparte del equipo de Gobierno, encabezado por su alcalde, Francisco Domingo; la presidenta de la Diputación, María Antonia Pérez León, la consejera de Turismo y Artesanía, Magdalena Valerio; y la titular regional de Cultura, Soledad Herrero, quienes demostraron con su presencia el apoyo de la Junta de Comunidades a esta procesión, una de las más antiguas de la región, ya que data de 1493; además del apoyo a las fiestas de San Roque de Sigüenza, que han vuelto a contar este año con un amplio programa con diversas actividades culturales, lúdicas pero, sobre todo, religiosas. En el caso de la consejera de Turismo, ésta es la segunda procesión que recorre en esta semana, ya que el jueves asistió a la procesión de la Recogida de la Cera de Brihuega, donde aseguró que desde el Gobierno regional estudiaremos con buenos ojos la posible declaración de Interés Turístico Regional. Asimismo, no pudieron faltar la presencia de diversas autoridades eclesiásticas, con el obispo de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez a la cabeza.
Una vez finalizado el tradicional rezo del rosario, los faroles y cirios se convirtieron en los protagonistas de la noche, en su muestra de amor del pueblo de Sigüenza a la Virgen de la Mayor, como si se tratasen de un reguero de antorchas que, aparte de iluminar el camino de la Madre de Dios, le proporcionaran igualmente calor en el camino.
Renovación
Por ello, casi todos los asistentes a la procesión portaron su tradicional farol sobre un palo. Esto pudo ser gracias a una ayuda económica que fue concedida el año pasado por parte de la Junta de Comunidades, que dotó a la Cofradía de 10.000 euros para la mejora de los faroles, entre otras cosas.
La reina de las fiestas, Ana Rosa Álvarez Minguez, y las damas, Pilar Olier y Patricia Ballesteros, también acudieron a la procesión con la correspondiente mantilla, acompañando a las autoridades, y cumpliendo así como uno de los últimos actos de su reinado.
La comitiva partió desde la catedral por la calle Medina, para continuar por San Roque hasta llegar al Paseo de la Alameda, donde se concentró una multitud de vecinos para ver pasar a la Virgen y a los cofrades en todo su esplendor. Posteriormente, el rosario de luces que se contraponían a la oscuridad de la noche, que ya era absoluta, continuó alumbrando a la Virgen de la Mayor por la calle del Humilladero para finalizar en la calle Cardenal Mendoza, desde donde volvió a entrar directamente en el templo catedralicio.
Romper el silencio
Durante todo el recorrido, y como es tradicional, la banda de música de Cifuentes amenizó algunos momentos que rompieron el silencio en el que se sumieron todos los fieles nada más partir de la catedral. Sin embargo, el principal sonido que acompañó a los fieles fue el sonar de las campanas, además de los pasos de los miles de fieles que completaron todo el recorrido.
Después de este acto, el cielo oscuro de Sigüenza se vio de nuevo alumbrado con un completo juego de fuegos artificiales que puso punto y final una semana de fiestas que ha atraído a esta localidad de la Sierra Norte a centenares de visitantes atraídos tanto por la riqueza patrimonial del municipio como por el acogimiento y la diversión de sus fiestas.
Pero mientras que en aquélla ocasión se celebró en un ambiente devoto pero con toques festivos, anoche reinó el fervor más tradicional, mediante el silencio y el simple acompañamiento a la salida de la Virgen.
Respaldo institucional
Como cada año, esta cita tradicional fue vivida por numerosas autoridades de la provincia y la región. Entre las que en esta ocasión no quisieron perderse la celebración de la procesión de Los Faroles, declarada desde noviembre de 2005 Fiesta de Interés Turístico Regional, destacó, aparte del equipo de Gobierno, encabezado por su alcalde, Francisco Domingo; la presidenta de la Diputación, María Antonia Pérez León, la consejera de Turismo y Artesanía, Magdalena Valerio; y la titular regional de Cultura, Soledad Herrero, quienes demostraron con su presencia el apoyo de la Junta de Comunidades a esta procesión, una de las más antiguas de la región, ya que data de 1493; además del apoyo a las fiestas de San Roque de Sigüenza, que han vuelto a contar este año con un amplio programa con diversas actividades culturales, lúdicas pero, sobre todo, religiosas. En el caso de la consejera de Turismo, ésta es la segunda procesión que recorre en esta semana, ya que el jueves asistió a la procesión de la Recogida de la Cera de Brihuega, donde aseguró que desde el Gobierno regional estudiaremos con buenos ojos la posible declaración de Interés Turístico Regional. Asimismo, no pudieron faltar la presencia de diversas autoridades eclesiásticas, con el obispo de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez a la cabeza.
Una vez finalizado el tradicional rezo del rosario, los faroles y cirios se convirtieron en los protagonistas de la noche, en su muestra de amor del pueblo de Sigüenza a la Virgen de la Mayor, como si se tratasen de un reguero de antorchas que, aparte de iluminar el camino de la Madre de Dios, le proporcionaran igualmente calor en el camino.
Renovación
Por ello, casi todos los asistentes a la procesión portaron su tradicional farol sobre un palo. Esto pudo ser gracias a una ayuda económica que fue concedida el año pasado por parte de la Junta de Comunidades, que dotó a la Cofradía de 10.000 euros para la mejora de los faroles, entre otras cosas.
La reina de las fiestas, Ana Rosa Álvarez Minguez, y las damas, Pilar Olier y Patricia Ballesteros, también acudieron a la procesión con la correspondiente mantilla, acompañando a las autoridades, y cumpliendo así como uno de los últimos actos de su reinado.
La comitiva partió desde la catedral por la calle Medina, para continuar por San Roque hasta llegar al Paseo de la Alameda, donde se concentró una multitud de vecinos para ver pasar a la Virgen y a los cofrades en todo su esplendor. Posteriormente, el rosario de luces que se contraponían a la oscuridad de la noche, que ya era absoluta, continuó alumbrando a la Virgen de la Mayor por la calle del Humilladero para finalizar en la calle Cardenal Mendoza, desde donde volvió a entrar directamente en el templo catedralicio.
Romper el silencio
Durante todo el recorrido, y como es tradicional, la banda de música de Cifuentes amenizó algunos momentos que rompieron el silencio en el que se sumieron todos los fieles nada más partir de la catedral. Sin embargo, el principal sonido que acompañó a los fieles fue el sonar de las campanas, además de los pasos de los miles de fieles que completaron todo el recorrido.
Después de este acto, el cielo oscuro de Sigüenza se vio de nuevo alumbrado con un completo juego de fuegos artificiales que puso punto y final una semana de fiestas que ha atraído a esta localidad de la Sierra Norte a centenares de visitantes atraídos tanto por la riqueza patrimonial del municipio como por el acogimiento y la diversión de sus fiestas.