La Diócesis anuncia medidas urgentes ante el aumento de la demanda de ayudas por la crisis

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, ha anunciado que la Diócesis prepara medidas urgentes para tratar de paliar la situación de pobreza, agudizada por la crisis, entre el sector de la población más desfavorecido. Ante el aumento de la demanda para acceder al comedor gratuito que ofrece Cáritas diariamente, que se ha duplicado en el último año, Sánchez explicó que se baraja la posibilidad de habilitar una de las plantas del nuevo edificio construido junto a Casa Nazaret para poder dar de comer a un mayor número de necesitados. El obispo habló de esta situación ayer, antes de inaugurar la nueva Casa de Espiritualidad María Madre en la capital.
En plena crisis económica, que afecta más a los que menos tienen, el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, anunció ayer que la Diócesis tomará medidas concretas y urgentes para ampliar su capacidad caritativa ante el crecimiento de la demanda de ayuda por parte de personas que atraviesan por estos tiempos serias dificultades económicas, sobre todo inmigrantes, “pero no sólo ellos”, como aseguró el obispo. La media de paro entre los inmigrantes es de seis meses, según los datos facilitados por el propio Sánchez, por lo que anunció que “lo peor está por llegar”. Aunque el máximo representante de la Iglesia en la provincia explicó que muchas personas se están acogiendo al programa de retorno voluntario a sus países, matizó que para muchos colectivos, sin embargo, supone “una vergüenza” regresar a sus países de origen, ante lo que Sánchez augura que “necesitarán ayuda”.

La primera medida
Como señaló el obispo, Cáritas ha detectado que la demanda para su servicio de comedor gratuito se ha duplicado desde el año pasado, por lo que la primera medida que busca poner en marcha la Diócesis es ampliar dicho servicio. El obispo informó de que una de las posibilidades que se barajan es habilitar un comedor en una de las plantas del nuevo edificio de cuatro plantas que se ha levantado junto a Casa Nazaret, cuyo destino será en un futuro servir como aulario de formación profesional para personas con dificultades. Y es que, en palabras del propio obispo, que además es el presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, “al surgir esta emergencia, se podría reconvertir en comedor, porque es la necesidad más inmediata que tenemos”. Además, Sánchez aseguró que ya están trabajando en colaboración con otras instituciones, como el Ayuntamiento de Guadalajara, “para llevar a cabo otras líneas de ayuda mientras esta situación dura”. Por su parte, las parroquias “también harán un esfuerzo”, como comentó el obispo, en su actividad caritativa.
El anuncio de todas estas medidas de urgencia ante la crisis y el aumento de demanda de ayuda por parte del sector de la sociedad más desfavorecido se produjo durante el acto de inauguración de la nueva Casa de Espiritualidad María Madre, que abrió sus puertas ayer mismo. El nuevo espacio, ubicado en la calle Donantes de Sangre (detrás del Colegio Diocesano Cardenal Cisneros), nace para convertirse en un lugar de “cultivo de la espiritualidad y la propia personalidad”, para “servir de instrumento de fomento del asociacionismo y los movimientos grupales”, y para “dinamizar la actividad y la acción apostólica y social de la Diócesis hacia fuera”, hacia la propia sociedad, como explicó José Sánchez, encargado de inaugurar las instalaciones y bendecirlas.

Un complejo moderno y funcional
El edificio, distribuido en dos plantas, consta de unos 600 metros cuadrados construidos y tiene capacidad para albergar a unas 200 personas. Se trata de un complejo moderno y luminoso, funcional y utilitario, dotado de distintos compartimentos y varios despachos para la celebración de reuniones, una pequeña capilla-oratorio con espacio para 50 usuarios, un amplio salón de usos múltiples con capacidad para 100 personas, un gran comedor con capacidad para otro centenar de comensales y 25 habitaciones dobles, alojadas en el piso superior de la estancia. Además, en el exterior se han habilitado numerosas plazas de aparcamiento y amplias zonas ajardinadas de paseo.
Su decoración y ambientación interior, muy cuidada y novedosa, ha sido diseñada por Vicky Vinuesa, y su factura arquitectónica la ha llevado a la realidad el estudio Arnaiz Consultores. Su construcción, equipamiento, urbanización y ajardinamientos han supuesto un coste cercano a los dos millones de euros, que serán sufragados prácticamente al 100 por 100 por la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, si bien el Colegio Diocesano aportará cierta cantidad, pues gracias a las obras que se han llevado a cabo el centro educativo se ha beneficiado también de ciertas mejoras en sus instalaciones.
De dirigir el centro se encargará uno de los sacerdotes de mayor actividad en la capital, Agustín Bugeda, pues es el párroco de la concatedral de Santa María y también delegado diocesano del Clero, y, por su parte, las Hermanas Servidoras del Evangelio de la Misericordia de Dios, comunidad religiosa de Espinosa del Henares, cuidarán de su manutención, de la acogida en la casa y del seguimiento pastoral.

Su nombre, un homenaje
El obispo se remitió al pasado para explicar porqué la nueva Casa de Espiritualidad se ha bautizado como María Madre y para qué función se ha construido. Su nombre pretende ser un homenaje al antiguo colegio profesional María Madre, que funcionó en la capital en los años 60 y 70, situado en el corazón de Guadalajara, entre la iglesia de San Ginés y la calle Virgen del Amparo. El centro, regentado por las mujeres de Acción Católica, servía como residencia a jóvenes que llegaban a Guadalajara para estudiar procedentes de pueblos de la provincia, y, al tiempo, se trataba de un centro de formación profesional. Una vez el internado “perdió su razón de ser”, como recordó el obispo, la Diócesis decidió venderlo. Fruto de esa venta, se ha podido construir la nueva casa, y por ello Sánchez ha creído conveniente bautizarla con el nombre del antiguo colegio, ya que en ella se evocará su labor pastoral y educativa con los jóvenes de Guadalajara.
En cuanto a su funcionalidad –la casa acogerá a los diversos grupos que lo soliciten para sus ejercicios espirituales, catequesis, convivencias o encuentros pastorales, además de para el culto y el rezo –el obispo explicó que dado que los cursillistas de cristiandad tuvieron que dejar su anterior sede por su conversión en casa sacerdotal, era un compromiso habilitar un nuevo espacio donde pudieran desarrollar su actividad con comodidad–.