La Diócesis reflexiona sobre el déficit de contacto entre sacerdotes y centros educativos
06/11/2010 - 00:00
El Consejo Presbiteral que se celebró
esta semana en el Centro de Espiritualidad María Madre de la capital
reunió a alrededor de una treintena de delegados diocesanos que, bajo la
atenta mirada del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, José
Sánchez, reflexionaron sobre la situación actual del ministerio
sacerdotal en relación a la educación. Otras de sus cuestiones de debate
fueron la situación de la clase de Religión en el sistema educativo de
la provincia y la discusión de propuestas de futuro para mejorar en cada
ámbito.
Seis arciprestazgos de la provincia participaron en la resolución de un cuestionario con varias preguntas
La
jornada, que se prolongó durante la mañana y la tarde, sirvió para
realizar también una autocrítica de la situación actual, tal y como
explicaba a este medio el delegado diocesano Pedro Mozo. En el texto que
manejaron durante las jornadas se detalla que: La pastoral escolar no
constituye una dimensión ordinaria del proyecto pastoral de las
parroquias, ni suele ser asumida con un grado de dedicación
satisfactorio en el trabajo apostólico de los sacerdotes. Hoy somos más
conscientes de la desconexión que, en general, se da entre el ministerio
sacerdotal y el campo de la educación escolar. Varias son las razones
que, según la Diócesis, explican este distanciamiento, entre ellas, la
dificultad de acceso a la escuela, sobre todo cuando se trata de
centros públicos y niveles de enseñanza de Secundaria o Bachillerato. Para constatar esta situación, seis arciprestazgos de la provincia participaron en la resolución de un cuestionario con varias preguntas. En todas ellas aparece una clara diferenciación entre la relación del sacerdote y la escuela en las zonas rurales y en las zonas urbanas. En éstas últimas, el sondeo señala que los párrocos están ocupados en otras tareas pastorales como la catequesis, grupos parroquiales, liturgia, etc. En muchos casos se reconoce la dificultad del contacto con las directivas de los centros, así como la falta de compromiso personal por romper esa barrera. Respecto a los profesores de Religión, éstos contestaron, mayoritariamente, que no conocen al párroco del lugar, mientras que sólo algunos señalaron que sí, que cada año reciben la visita del párroco en su centro.