La Diputación acoge la fiesta de despedida a los niños saharauis del programa "Vacaciones en Paz 2018"
El encuentro se ha desarrollado en la finca de Alovera y han participado los diputados Juan Pedro Sánchez y Lucía Enjuto.
La Diputación de Guadalajara ha acogido, un año más, en su finca de Alovera la ya tradicional fiesta de despedida a los 18 niños saharauis que han participado en el programa "Vacaciones en Paz 2018", antes de regresar a sus lugares de origen en los campamentos de refugiados del territorio del antiguo Sahara español.
En este emotivo encuentro han participado los niños y las familias que los han acogido, así como miembros de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui que posibilita cada verano esta experiencia inolvidable para los participantes.
El diputado de Promoción Social, Juan Pedro Sánchez Yebra, y la diputada de Medio Ambiente, Lucía Enjuto, también han querido compartir con los niños y las familias este sencillo acto de despedida en el que han tenido ocasión de disfrutar de diferentes actividades.
Sánchez Yebra ha subrayado la labor que desempeñan desde la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui y ha agradecido muy especialmente "a las familias acogedoras su compromiso y dedicación para que estos niños disfruten de unas vacaciones verdaderamente en paz, en una tierra de acogida como es la provincia de Guadalajara".
En este sentido, se ha referido al firme compromiso que asume la Diputación Provincial con las entidades y colectivos que sufren situaciones desfavorables y de marginación. De hecho, la Institución Provincial mantiene desde hace dos años un convenio de colaboración con esta asociación para ayudar económicamente con el programa "Vacaciones en Paz"
El objetivo fundamental de esta asociación es favorecer acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida del pueblo saharaui en los campos de refugiados. Entre ellas, cabe destacar el envío de ayuda humanitaria a los campamentos de Tinduff o el desarrollo de sucesivas ediciones del programa "Vacaciones en Paz", que posibilita a los niños participantes dejar durante unas semanas las duras condiciones de vida de la hamada argelina y acceder a reconocimientos médicos, a una alimentación equilibrada y a compartir tiempo y actividades con familias guadalajareñas y personas de otras culturas.