La Dirección del PP elude la confrontación con Aznar
01/10/2010 - 09:45
Las palabras del ex presidente del Gobierno José María Aznar todavía resuenan en los pasillos de la sede del PP en la calle Génova. El presidente de honor de la formación ha abierto de nuevo el debate dentro del primer partido de la oposición, que no consigue cerrar filas tras el movido Congreso de junio. En el PP de Mariano Rajoy se perciben tres líneas: los que aprueban las palabras de Aznar, los que las rechazan y los que no comentan, donde se encuentra la propia Dirección del PP para no polemizar con el ex presidente. Mientras, el vicesecretario generla del PSOE, José Blanco, aprovecha la grieta para dar por hecha la caída de Rajoy, visto lo activo que está Aznar para tratar de buscar sucesor al sucesor.
El pasado sábado, durante el Congreso de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid y junto a Esperanza Aguirre, Aznar pronunció un discurso en el que muchos vieron claros mensajes para Rajoy y su nueva línea estratégida de oposición. Para llegar al Gobierno primero hay que construir una alternativa, ejercer una buena oposición, proponer proyectos diferentes, señaló el presidente de honor del partido, que en otro momento de su intervención aseveró: En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar. Cuando hemos salido a ganar el partido lo hemos ganado, y cuando hemos salido a heredarlo, nos quedamos sin nada.
El domingo, en un acto del PP gallego para confirmar a Alberto Núñez Feijóo como candidato del partido a las elecciones autonómicas, Rajoy sólo hacia una velada alusión a las palabras del ex presidente del Gobierno, al dirigirse a Feijóo y elogiarle: Tu camino no es la obsesión por vencer sino la permanente pasión por convencer.
El domingo, en un acto del PP gallego para confirmar a Alberto Núñez Feijóo como candidato del partido a las elecciones autonómicas, Rajoy sólo hacia una velada alusión a las palabras del ex presidente del Gobierno, al dirigirse a Feijóo y elogiarle: Tu camino no es la obsesión por vencer sino la permanente pasión por convencer.