La Escuela Municipal de Música de Yebes estrenará nuevas instalaciones a comienzos de 2019

06/11/2018 - 20:00 Redacción

Con más de 60 alumnos matriculados, este centro de formación y mejora de enseñanzas musicales se traslada a las antiguas dependencias de la guardería infantil de Valdeluz, donde tendrá el doble de superficie y cinco aulas.

Casi medio centenar de metros cuadrados dedicados a espacios formativos y repartidos en cinco aulas, suelos de tarima, sistemas de aislamiento para la convivencia acústica de todas las estancias y un salón de audiciones con capacidad para más de 35 plazas. Así es la nueva sede de la Escuela Municipal de Música de Yebes, que en breve ocupará las antiguas dependencias de la guardería infantil de Valdeluz. Las obras de adecuación y acondicionamiento marchan a buen ritmo y, de acuerdo con los plazos previstos, este servicio hará la mudanza el próximo mes de diciembre desde su actual emplazamiento en el Centro Cultural de Valdeluz al nuevo edificio. Para reiniciar la actividad coincidiendo con el comienzo de 2019 en esta ubicación, que tendrá una superficie total de 160 metros cuadrados, el doble de la que dispone en la actualidad en las instalaciones anexas a la biblioteca municipal.

 

El proyecto de reforma se limita a la tabiquería interior y la recolocación de instalaciones y luminarias, por lo que no es necesario modificar ni volúmenes ni envolventes. De uso educacional, se trata de un edificio modular y aislado de una planta compuesto por dos volúmenes unidos entre sí. Al que se va a dotar de zona de vestíbulo y recepción para que las madres y padres de los alumnos puedan aguardar en el interior a la finalización de las clases. “Había que dignificar un entorno que no reunía las mejores condiciones acústicas y de sonoridad, ni tampoco ambientales y de espacio, unas carencias que se han suplido con el entusiasmo de los alumnos y la perseverancia del profesorado”, lamenta Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura. Para ello, se va a dotar a las paredes de elementos aislantes que mejorarán la insonorización y reducirán los niveles de ruido en las aulas.

 

Bajo la dirección de Raquel Sánchez-Pardo, la Escuela Municipal de Música de Yebes ha iniciado el curso 2018/2019, el octavo de forma continuado, con más de 60 alumnos matriculados en los diversos niveles. El grado infantil comprende de tres a 8 años e incluye jardín musical, ciclo preparatorio y ciclo de iniciación, con estudios de solfeo e instrumento. Para niños principiantes de 9 y 10 años, el grado elemental también abarca desde los 11 años para los cursos de 3º y 4º. Además, numerosos alumnos adultos reciben clases de instrumentación. Piano, guitarra, clarinete, trompeta, violín, flauta travesera, saxofón o violonchelo son algunas de las opciones por las que se puede decantar el alumnado para iniciarse en su manejo o mejorar el nivel adquirido. “Por primera vez tenemos lista de espera en varios niveles, lo que pone de manifiesto el auge y notoriedad que ha adquirido la escuela en estos últimos años”, dice la directora. Lejos queda aquel otoño de 2011 cuando este servicio daba sus primeros pasos de forma dubitativa y con apenas una decena de alumnos. “La travesía ha sido larga y complicada en algunos momentos, pero ha merecido la pena llegar hasta aquí”, asegura el concejal de Cultura.

 

Desde los 3 años y hasta ya jubilados. Es el abanico de edades de los alumnos que cursas sus estudios en este centro de formación musical. “Son muchos los adultos que aquí han encontrado un sitio donde iniciarse, mejorar y dar rienda suelta a su especialidad instrumental”, comenta Sánchez-Pardo. Y no solo eso, sino que también tienen la posibilidad de recibir clases de canto y pertenecer a la agrupación coral de Yebes y Valdeluz, que en la actualidad está formada por más de una docena de voces. Que esta escuela es también un eslabón en la cadena de instrucción, progreso y perfeccionamiento del alumno lo demuestra el hecho de que varios de ellos superaron el año pasado las pruebas de acceso al Conservatorio Provincial de Música de Guadalajara, “lo que colma las expectativas del alumno y es un motivo de satisfacción para el profesorado”, indica Juan Antonio Perojo.