La estación del AVE

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
ARACELI GARROTE, TERESA LÓPEZ Y AGUSTINA DEL AMO / Guadalajara
Somos tres vecinas de Guadalajara usuarias esporádicas de la estación del AVE Guadalajara-Yebes. Todavía nos preguntamos porqué se decidió instalar esta estación fuera de la ciudad, limitando así su uso y por lo tanto su desarrollo.
Pero bueno, el tema que nos preocupa hoy no es su ubicación, que ya es irreversible, sino como quienes nos gobiernan apuestan, o no, por su futuro, así como por el servicio que desde la misma se presta a los ciudadanos de Guadalajara.
Este pasado fin de semana teníamos proyectado un pequeño viaje a Pamplona (aprovechamos para recordar e informar a quienes lo desconozcan, que desde la estación del AVE, no solo se coge el tren de alta velocidad, sino también los trenes de largo recorrido), pero antes de empezar nuestro viaje surge el primer inconveniente o dilema, nuestro tren tenía prevista su salida a las once de la mañana, y teníamos tres alternativas: coger el autobús que hace el servicio desde Guadalajara y que te deja en la estación hora y media antes; molestar y pedir el favor a un familiar o amigo para que nos suba; o incrementar los gastos y pagar un servicio de taxi. Al final como la cosa iba de ocio y nuestro estado anímico era festivo decidimos coger el autobús y hacer tiempo en la estación del AVE (la mañana acompañaba, estaba despejado y la temperatura era buena).
Bueno, del viaje no les vamos a contar, solo decir que nos encantó Pamplona como ciudad, pero sobre todo nos ha agradado en gran medida la cercanía y amabilidad de sus gentes con los visitantes.
Pero nuestra indignación y desamparo llegó con nuestra vuelta a casa el lunes. Nuestro tren (un Alvia) tenía prevista la llegada a la estación del AVE de Guadalajara a las 23:40 horas, pero ya se sabe, llegó con algo de retraso. Para nuestra sorpresa nos encontramos que el último autobús que cubre el servicio a Guadalajara sale de la estación del AVE a las 23:45 horas, es decir sólo cinco minutos después del horario previsto del tren (algo ilógico ya que siempre surge algún pequeño retraso). Así que perdimos el último autobús y no pudimos hacer uso del transporte público lo que nos obligó a coger un taxi (24 euros nos costó la broma).
Desde estas líneas, nos gustaría emplazar a los gestores de este servicio y al alcalde de la capital como máxima autoridad de la ciudad, para que se tomen en serio la estación del AVE que es un buen servicio al que hay que potenciar, y la mejor manera es haciéndola accesible a los ciudadanos, garantizando un servicio de transporte público económico, digno y eficaz, evitando para el futuro que estos problemas e inconvenientes que sufrimos los usuarios de la estación del AVE impidan su desarrolla y proyección.