La FAPA considera que los crucifijos en las aulas sólo deben ser retirados si se solicita

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: B. P. O.
La Federación de AMPAS de Guadalajara aboga por el respeto de todas las creencias religiosas y por la búsqueda de valores universales que sean válidos para todos, pero consideran que todo aquello que se salga del término “universal” debe quedar en el ámbito personal. La Federación ha expresado esta opinión en relación a la campaña de defensa de los crucifijos en los espacios públicos iniciada de forma pionera por el Arciprestazgo de Guadalajara tras publicarse un fallo desfavorable a su presencia por el Tribunal de Estrasburgo.
Aproximadamente 90 organizaciones se adhirieron a una iniciativa presentada hace sólo un par de semanas por el Consejo Arciprestal de Pastoral del Arciprestazgo de Guadalajara. La iniciativa, pionera en España, defiende la presencia de los símbolos religiosos en lugares públicos, como las aulas de los centros educativos. Sus artífices, entre los que se encuentra el arcipreste de Guadalajara, Ángel Luis Toledano, ofrecieron diferentes argumentaciones para validar la presencia de la cruz en las aulas, respondiendo al fallo del Tribunal de Estrasburgo, al señalar que esa exhibición del símbolo cristiano limita “el derecho de los niños a creer o no creer”.
El Tribunal de Estrasburgo emitió un fallo en el que aparecen afirmaciones como que “la exhibición obligatoria del símbolo de una determinada confesión en instalaciones utilizadas por las autoridades públicas, y especialmente en aulas”, reduce los derechos de los padres a educar a sus hijos “en conformidad con sus convicciones”. El fallo agregó que esa exhibición del símbolo cristiano también limita “el derecho de los niños a creer o no creer”. Lejos de creer en estas argumentaciones, desde el Arciprestazgo sostienen que existen razones religiosas, culturales e históricas que desmontan los argumentos a favor de su retirada.
Por su parte, los colectivos que también pueden opinar al respecto, como la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Guadalajara o los sindicatos, muestran diferentes opiniones al respecto, aunque todas ellas con el denominador común del respeto a la libertad de creencias de todos. El secretario de la FAPA, José Luis Lupiáñez, reconoce que “en este tema, parece difícil hacer cualquier comentario o declaración sin que alguien se sienta ofendido o discriminado. Por ello, queremos en primer lugar manifestar nuestro mayor y más profundo respeto a cualquier creencia religiosa y a quienes la profesan”. Lupiáñez agrega que “nadie niega que la religión, en este caso católica, forma una parte importante de nuestra tradición y nuestra historia. Y tampoco seremos nosotros quienes menosprecien en lo más mínimo los valores que las religiones exaltan y promueven”. No obstante, desde la FAPA van más allá y sostienen que “hemos de tener en cuenta dos cosas fundamentales. Una, que no todos comparten las mismas creencias religiosas y dos que desde las instituciones públicas se han de respetar los derechos tanto de quienes profesan cualquier religión como de quienes no profesan ninguna. Uno de estos derechos fundamentales es el de la educación y por lo tanto hemos de buscar siempre aquellos valores universales que sean válidos para todos, independientemente de la condición de cada uno, de su raza, sexo o religión. Por lo tanto entendemos que todo aquello que pertenezca al ámbito personal y que sea válido sólo para un sector de la comunidad ha de sacarse fuera de lo que ha de ser común y válido para todos”. No obstante, a pesar de esta posición, FAPA señala que “sabiéndonos ya partidarios de la no existencia de símbolos religiosos en los centros públicos, entendemos que la retirada de los mismos en aquellos en los que por tradición ya están colocados, sólo debería realizarse en caso de que alguien que pertenezca a la comunidad educativa de ese centro así lo solicitara”. En cualquier caso, acaban desde la Federación “entendemos que en cuestiones de religión, los símbolos no son el problema de fondo, si acaso la punta del iceberg ya que siguiendo los mismos razonamientos expuestos anteriormente queremos terminar manifestando que las clases de religión que se imparten en los centros públicos deberían sacarse fuera del horario lectivo común a todos los alumnos ya que en la actualidad obligan a los alumnos que no la cursan a permanecer en el centro una hora sin hacer nada. Esto si que a todas luces es una clara imposición que discrimina a aquellos alumnos que por las mismas razones y derechos que los que si cursan la materia, han decidido no hacerlo”.

Los sindicatos opinan
De parte de los sindicatos, la opinión mayoritaria es la de no entrar en polémicas innecesarias. Por ejemplo, desde FETE-UGT, su secretaria general, Yolanda Cáceres, asegura que “abogamos por la enseñanza laica”. De otro lado, CSI-F apunta que “no estamos a favor ni en contra de que se quiten los crucifijos. Hay una cuestión religiosa y también cultural, pero no encontramos ni interés en que se quite ni inconveniente en que se queden”. Para José Luis Ranz “el símbolo no debe ofender ni al creyente ni al no creyente”.