La Feria del Libro de Guadalajara escribió su primer capítulo pasada por agua
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
Los cuentos, los best-seller, los cómics, los libros de bolsillo o aquellos tratados más o menos filosóficos se descubrieron ayer ante el público guadalajareño durante la primera jornada de la Feria del Libro, que un año más repite ubicación en el parque de la Concordia tras el éxito obtenido en la edición anterior. La feria, que contempla un completo programa de actividades en torno al libro y la poesía, fue inaugurada en la lluviosa mañana de ayer por el alcalde de la ciudad, Antonio Román.
La lluvia no impidió pero sí deslució el inicio de la Feria del Libro de Guadalajara. Minutos antes de las 11.00 horas, y con la presencia de las autoridades en el parque de la Concordia, se abrían todas las trampillas de las casetas participantes para mostrar tras de sí una ingente cantidad de títulos destinados a saciar el deseo de lectura tanto de grandes como de pequeños.
El encargado de inaugurar oficialmente la Feria del Libro fue el alcalde capitalino, Antonio Román, quien se acompañó para tan señalada convocatoria por buena parte de la corporación municipal, además de por la diputada de Cultura, María Jesús Lázaro, y la delegada provincial de Cultura, Turismo y Artesanía, Riánsares Serrano. Actuando como portavoz del grupo, el regente destacó la importancia de la cita, imprescindible para todos los ciudadanos para acercarse a los libros y a la lectura, mensaje que lleva inherente el propio cartel anunciador de la feria, cuya autoría se debe a Iñaki Fernández. A este incentivo se une un año más la elección del parque de la Concordia, el que parece haberse convertido en el lugar talismán para los participantes. A lo tradicional se une en esta nueva edición de la feria una novedad: el obsequio a todos los compradores de un facsímil que reproduce el título de ciudad otorgado a Guadalajara en 1450, acción enmarcada dentro de los actos conmemorativos de su 550º aniversario.
Román concluyó su intervención con un deseo meteorológico: Esperemos que el libro de papel no sea un papel mojado, sino que sea un libro para poder leer y para poder seguir promocionando la lectura en nuestra ciudad.
Tras sus palabras, la comitiva de autoridades recorrió todas y cada una de las 16 casetas situadas en hilera en el paseo del parque de la Concordia para interesarse por los títulos disponibles, así como para tantear las expectativas de los libreros y editores de cara a los próximos días. Y es que ayer era inevitable pensar que la crisis pueda hacer relativamente mella en la compra de libros. Sin embargo, los participantes mostraban gran optimismo ante lo que esperan cuatro días de intensas ventas. A ello, sin duda alguna, repercutirán los descuentos del diez por ciento que llevará aparejada toda adquisición de libros.
Presencia institucional
Junto a las casetas de los libreros, editores, asociaciones y fundaciones también tienen su espacio las casetas institucionales de la Diputación provincial, el Patronato municipal de Cultura, la Delegación de Cultura y la Biblioteca Pública de Guadalajara, cuyas presencias se limitaron a informar, que no a vender, sobre los títulos incluidos en sus fondos bibliográficos. Así, entre las publicaciones auspiciadas por la Diputación provincial de Guadalajara destacaban las Obras Completas de Herrera Petere y el último libro dedicado a Jesús Villa Rojo. Por su parte, el Patronato municipal de Cultura encabezaba su colección con su última gran publicación, Guadalajara ciudad. Por último, la Biblioteca Pública de Guadalajara puso a disposición de los visitantes una selección de libros infantiles, juveniles y para adultos para su préstamo, entre ellos los del poeta Miguel Hernández, cuando se cumple el centenario de su nacimiento. Asimismo, la Biblioteca ofreció la posibilidad de hacerse in situ el carné electrónico que permitirá a los usuarios beneficiarse de las ventajas que le ofrece el catálogo colectivo de la Red de Bibliotecas públicas de la región.
Regresa la controversia
La que parece ser ya una habitual en la Feria del Libro, la polémica, vino dada un año más de la mano de la Fundación Federico Engels, que a través de la ya tradicional pancarta Nosotros para estar tenemos que pagar, denunciaba el hecho de haber tenido nuevamente que abonar el importe de su caseta para estar en la Feria del Libro por no estar inscrita en el Registro de Asociaciones locales o provinciales, aunque sí en el ámbito estatal.
A excepción de este caso puntual, los libros y las actividades programadas en torno a él y a la poesía, volverán a ensalzar a Guadalajara como indiscutible capital de la cultura hasta el próximo domingo.
El encargado de inaugurar oficialmente la Feria del Libro fue el alcalde capitalino, Antonio Román, quien se acompañó para tan señalada convocatoria por buena parte de la corporación municipal, además de por la diputada de Cultura, María Jesús Lázaro, y la delegada provincial de Cultura, Turismo y Artesanía, Riánsares Serrano. Actuando como portavoz del grupo, el regente destacó la importancia de la cita, imprescindible para todos los ciudadanos para acercarse a los libros y a la lectura, mensaje que lleva inherente el propio cartel anunciador de la feria, cuya autoría se debe a Iñaki Fernández. A este incentivo se une un año más la elección del parque de la Concordia, el que parece haberse convertido en el lugar talismán para los participantes. A lo tradicional se une en esta nueva edición de la feria una novedad: el obsequio a todos los compradores de un facsímil que reproduce el título de ciudad otorgado a Guadalajara en 1450, acción enmarcada dentro de los actos conmemorativos de su 550º aniversario.
Román concluyó su intervención con un deseo meteorológico: Esperemos que el libro de papel no sea un papel mojado, sino que sea un libro para poder leer y para poder seguir promocionando la lectura en nuestra ciudad.
Tras sus palabras, la comitiva de autoridades recorrió todas y cada una de las 16 casetas situadas en hilera en el paseo del parque de la Concordia para interesarse por los títulos disponibles, así como para tantear las expectativas de los libreros y editores de cara a los próximos días. Y es que ayer era inevitable pensar que la crisis pueda hacer relativamente mella en la compra de libros. Sin embargo, los participantes mostraban gran optimismo ante lo que esperan cuatro días de intensas ventas. A ello, sin duda alguna, repercutirán los descuentos del diez por ciento que llevará aparejada toda adquisición de libros.
Presencia institucional
Junto a las casetas de los libreros, editores, asociaciones y fundaciones también tienen su espacio las casetas institucionales de la Diputación provincial, el Patronato municipal de Cultura, la Delegación de Cultura y la Biblioteca Pública de Guadalajara, cuyas presencias se limitaron a informar, que no a vender, sobre los títulos incluidos en sus fondos bibliográficos. Así, entre las publicaciones auspiciadas por la Diputación provincial de Guadalajara destacaban las Obras Completas de Herrera Petere y el último libro dedicado a Jesús Villa Rojo. Por su parte, el Patronato municipal de Cultura encabezaba su colección con su última gran publicación, Guadalajara ciudad. Por último, la Biblioteca Pública de Guadalajara puso a disposición de los visitantes una selección de libros infantiles, juveniles y para adultos para su préstamo, entre ellos los del poeta Miguel Hernández, cuando se cumple el centenario de su nacimiento. Asimismo, la Biblioteca ofreció la posibilidad de hacerse in situ el carné electrónico que permitirá a los usuarios beneficiarse de las ventajas que le ofrece el catálogo colectivo de la Red de Bibliotecas públicas de la región.
Regresa la controversia
La que parece ser ya una habitual en la Feria del Libro, la polémica, vino dada un año más de la mano de la Fundación Federico Engels, que a través de la ya tradicional pancarta Nosotros para estar tenemos que pagar, denunciaba el hecho de haber tenido nuevamente que abonar el importe de su caseta para estar en la Feria del Libro por no estar inscrita en el Registro de Asociaciones locales o provinciales, aunque sí en el ámbito estatal.
A excepción de este caso puntual, los libros y las actividades programadas en torno a él y a la poesía, volverán a ensalzar a Guadalajara como indiscutible capital de la cultura hasta el próximo domingo.