La finca de Castillejos rebosará vida con la puesta en marcha de innumerables actividades al aire libre

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
Medio ambiente
La empresa adjudicataria de su mantenimiento y gestión dinamizará así este histórico enclave
La desidia y el abandono a la que ha estado sometida en los últimos años la finca de Castillejos dejará paso en los próximos meses a la revitalización definitiva del espacio. Con estas palabras, Lorenzo Robisco, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Guadalajara, anunciaba el cambio de suerte de este histórico espacio.
A la recuperación y rehabilitación realizada en los últimos meses por el Consistorio en los edificios que se construyeron hace dos años, objeto de robos y continuos actos de vandalismo, se une ahora la adjudicación, por un importe de 360.000 euros y un periodo de cuatro años, del contrato de mantenimiento y gestión de la finca para convertirla en un espacio de promoción medioambiental, tal y como era el deseo de su anterior propietario, Emilio Meneses, antes de cederla al Ayuntamiento.
Aunque un total de nueve empresas optaban a hacerse con su gestión, entre las que se encontraban algunas asociaciones, centros de mayores y alguna que otra entidad que trabaja por la integración social de las personas con discapacidad intelectual, ha sido finalmente la empresa Breogán Servicios Medioambientales, SL la que se ha hecho adjudicataria del contrato. De ésta se sabe que tiene su domicilio en el polígono industrial Neynor Henares de la localidad madrileña de Meco, y que comenzó su actividad el pasado 23 de diciembre de 2009, teniendo por objeto la prestación de servicios de gestión medioambiental y servicios de educación medioambiental e información a visitantes en el entorno natural.
La puesta en marcha de todos estos servicios llevará inseparablemente aparejada la creación de puestos de trabajo. Serán cinco, aunque tres de ellos –operador de mantenimiento, auxiliar controlador y recepcionista– serán de forma permanente, indicó Robisco. Además, se llevarán a cabo dos horas diarias de tareas de limpieza y 500 horas de servicios por parte de los monitores de tiempo libre al año.
Además de la prestación de estos servicios, la adjudicataria se compromete a velar por la integridad de la finca, impidiendo para ello los vertidos y controlando los posibles fuegos que pudieran declararse en la extensión de la finca. Con este fin se realizarán desbroces periódicos, limpiezas de restos en los viales y mantenimiento de las zonas ajardinadas. Para llevar a cabo estas labores se dispondrá de un todoterreno, una mula mecánica, equipos de radio control y cuatro batefuegos.
Junto a estas labores de mantenimiento, resultará de vital importancia la seguridad. Para ello, y según Robisco, se instalarán cuatro cámaras de videovigilancia conectadas las 24 horas del día a una empresa de seguridad.
Además de estas funciones y servicios, la adjudicataria se compromete, según memoria del proyecto, a poner paulatinamente en marcha una serie de actividades encaminadas a fomentar la conservación y mejora de la biodiversidad, a la vez que a potenciar la participación ciudadana y las visitas de los vecinos a este espacio. Entre ellas destaca la creación de una zona denominada arboreto –jardín de árboles– en la zona trasera del mirador; un punto de avistamiento de aves; un mirador de interpretación de paisajes; rutas y señalización en las que se alternarán las bicicletas con el peatón; un punto de control e información; espacios de vivero y silvicultura para colegios; huertos sociales; o un circuito agility abierto al entrenamiento de los canes. Otros atractivos los configurarán la puesta a disposición del público de un globo aerostático, un aljibe para la realización de actividades acuáticas y una zona para aeromodelismo y tiro con arco. De forma complementaria se realizarán otro tipo de actividades, en colaboración con asociaciones, orientadas al buceo, la micología, apicultura, pesca o los deportes multiaventura.
Además, para los escolares de Guadalajara se perfilan actividades didácticas como talleres de educación vial, de conducción ecológica, de meteorología, de energía renovable y de gestión del agua, además de campamentos urbanos.
Con todas estas actividades “daremos vida a la finca de Castillejos”, apostilló Robisco, quien además mostró su intención de crear futuras sinergias entre el mini zoo y Castillejos con un propósito didáctico.

Una multa pendiente
Desde que Antonio Román se encuentra al frente del Ayuntamiento de Guadalajara, en la finca de Castillejos se han invertido un total de 230.000 euros que han posibilitado la reparación y rehabilitación de los edificios. Estos trabajos han permitido, de un lado, allanar el camino para convertir este espacio en un centro de referencia medioambiental en la provincia y, de otro, evitar tener que devolver de forma íntegra la subvención superior a los dos millones de euros concedida por la Unión Europea hace algunos años para poner en marcha este complejo. Ahora, el Ayuntamiento se encuentra a la espera de conocer la cuantía a la que ascenderá la multa por los malos usos que se dio en su día a la subvención.

Los otros proyectos
Desde tiempo atrás sobre la finca de Castillejos han pesado múltiples proyectos, aunque la mayoría de ellos no han estado en consonancia con los requerimientos que puso como condición su propietario, Emilio Meneses, cuando cedió gratuitamente estos terrenos al Ayuntamiento de Guadalajara allá por el año 1984 para su explotación natural. Los requisitos a los que Meneses hacía referencia se centraban en los usos de la finca, de “utilidad pública o interés social relacionados con la naturaleza rústica de los terrenos y que contribuyeran a un mayor conocimiento, enseñanza y defensa de la ecología y de las actividades agropecuarias, así como el esparcimiento y recreo al aire libre de los ciudadanos”. Este destino nada tendría que ver con propuestas puestas sobre la mesa en su día como la de actuar de nueva sede del Grupo Especial de Operaciones (GEO); albergar viviendas, un campo de golf o incluso un huerto solar de 33 hectáreas, tal y como indica el albacea de la finca, Luis Blasco. El proyecto que sí cuenta con su apoyo, así como con el compromiso del Ayuntamiento de Guadalajara, aunque aún no se ha visto cumplido en diez largos años, es la creación de una estación de anillamiento de aves permanente, labor que viene realizando desde 25 años la asociación ecologista Dalma aunque sin una infraestructura adecuada. El propósito de Dalma, según indica el presidente de la entidad, Marco Antonio Nieto, es vallar el perímetro donde opera la asociación e instalar una pequeña cabaña multifuncional que permita guardar el instrumental de anillamiento, así como actuar de refugio para los propios anilladores en época otoñal, momento de mayor intensidad en el paso migratorio de las aves. Quizá la adjudicación de la gestión y mantenimiento de la finca, que garantiza además la vigilancia del espacio, permitan materializar en un tiempo no muy lejano este proyecto.