La firma de Klaus culmina el largo proceso de ratificación del Tratado de Lisboa

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
El presidente checo, Vaclav Klaus, anunció que ha ratificado el Tratado de Lisboa, después de que el Tribunal Constitucional desestimase un recurso en el que se sostenía que vulneraba la Carta Magna del país. “Hoy a las tres de la tarde (14.00 horas GMT) he firmado el Tratado”, aseguró Klaus en una breve comparecencia en el Castillo de Praga, aunque recalcó que no comparte el contenido del documento y disiente de la decisión del Constitucional de la República Checa de rechazar el recurso.
La firma que el euroescéptico presidente checo Vaclav Klaus ha estampado a primera hora de la tarde de ayer en el Tratado de Lisboa permite culminar el largo y accidentado proceso de ratificación de un texto aprobado el 13 de diciembre de 2007 en la capital portuguesa por los 27 líderes de la Unión Europea.
Para llegar hasta aquí, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se vieron obligados a conceder a Klaus las garantías que pedía para firmar Lisboa y en la cumbre celebrada la semana pasada en Bruselas acordaron que la República Checa se sume a Reino Unido y Polonia para que no se aplique en el país la Carta de Derechos Fundamentales que figura en el Tratado.
Después, todas las miradas estaban puestas en el veredicto del Tribunal Constitucional checo, que ayer despejaba el camino a Klaus al desestimar el recurso interpuesto el pasado mes de septiembre por 17 senadores checos y considerar compatible con la Carta Magna checa el tratado europeo.
Una vez que la República Checa deposite en Roma el instrumento de ratificación, entrará por tanto en vigor el Tratado que diseña la nueva arquitectura institucional de la UE, el próximo 1 de diciembre, según anunció la presidencia sueca.
El también denominado Tratado de Reforma fue redactado después del fracaso de la malograda Constitución Europea, que comenzó a fraguarse en 2002 bajo presidencia española de la UE y fue rechazada en referéndum por franceses y holandeses en la primavera de 2005 abriendo una seria crisis institucional.
El que sucederá al Tratado de Niza comenzó su proceso de ratificación el 17 de diciembre de 2007 en Hungría, primer estado miembro en firmarlo, fue sometido dos veces a referéndum en Irlanda, tropezó con las reservas de Polonia y con los obstáculos de Praga. Por lo tanto, a la Unión Europea le ha costado siete años tener un marco jurídico para organizar los trabajos de un club de 27 miembros.
“Esta firma pone fin a un periodo demasiado largo en el que la UE se ha centrado en los asuntos institucionales”, señaló el primer ministro sueco y presidente en ejercicio del Consejo, Fredrik Reinfeldt. A su juicio, se abre paso ahora una Unión “más democrática, más transparente y más eficaz”. “Tras un largo viaje, el Tratado de Lisboa ha llegado a la meta”, subrayó.
Para el alto representante de Política Exterior de la UE, Javier Solana, la entrada en vigor del Tratado “abrirá una nueva era” en la UE que permitirá trabajar de manera más “coherente y eficaz” y dar a la UE un “voz más fuerte en el escenario internacional”.

El reto de España
A España le corresponderá ahora el reto “complejo, pero apasionante” de desarrollar el Tratado, según indicaron a Europa Press fuentes gubernamentales españolas, que destacaron que el texto “garantiza” el diseño de una nueva Unión, “más unida” que trabajará de forma “más coordinada” ante retos como la salida de la actual crisis económica.
“Es hora de que la UE hable de los problemas vitales a los que todos debemos de hacer frente y no de las soluciones institucionales de los últimos años”, dijo por su parte el primer ministro británico, Gordon Brown.
Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, consideró que se trata de “una gran noticia para todos los europeos y para Francia en particular, que propuso este tratado y que no ha escatimado ningún esfuerzo, con Alemania, desde hace dos años, para conseguir esta culminación”.