La Fundación Mapfre reúne a seis grandes cazadores de instantes
01/10/2010 - 09:45
Por: MIGUEL LORENCI. COLPISA
La mirada de un gran fotógrafo jamás carece de intención. Queda patente en las imágenes de algunos de los que se ganaron a lo largo del siglo XX un hueco en la historia de fotografía. Sus certeros disparos a la diana de la conciencia colectiva nos muestran lo que muchas veces nos negamos a ver.
Bajo el título Coleccionar el mundo (seis fotógrafos norteamericanos) reúne imágenes que a menudo resultan mucho más poderosas y elocuentes que un ensayo o una tesis. Las firman figuras indiscutibles de un arte que, con apenas siglo y medio de historia, sigue siendo joven. Son francotiradores de la talla de Walker Evans, Diane Arbus, Henry Callahan, Lee Friedlander, Helen Levitt y Garry Winogrand. Dotados cazadores de instantes que quieren, según la teoría de Susan Sontag, apropiarse de lo fotografiado.
Las casi 80 instantáneas que se exponen en las salas de Mapfre son parte sustancial de las 150 que han sido adquiridas a lo largo de 2008 por una fundación que cada vez concede más importancia a la fotografía. Tanto, que esta veterana sala se dedicará en exclusiva a la foto, una vez que Mapfre inaugure en octubre sus nuevos espacios expositivos en el paseo de la Castellana. La fundación ofrecerá durante 2009 dos «platos fotográficos» fuertes: una muestra dedicada a Walker Evans y otra a la obra de Fazal Sheikh.
Pluma y cámara
Y es precisamente el maestro Evans (1903-1975) el encargado de abrir la muestra Coleccionar el mundo. El padre del documentalismo decidió cambiar la pluma por la cámara y convertir sus imágenes en implacables alegatos de realidad. Mi objetivo como fotógrafo es hacer fotografías que sean directas, con autoridad, trascendentes afirmó. Una intención que corrobora una de las imágenes de la muestra, una copia de época de Estancia en una casa de una plantación de Louisiana realizada en 1935. En la foto aparece una vetusta estancia de una mansión con las contraventanas cerradas, una imagen que retrata los agobiantes y recargados ambientes sureños tan elocuentemente como la prosa de William Faulkner o Tennessee Williams.
La manera de mirar de un Walker Evans que persigue «el rigor, la sencillez y la claridad» y que aspira a descubrir la realidad y no construirla cambiaría las reglas del juego y daría cancha a otros dotados mirones como Diane Arbus, Garry Winogrand o Lee Friedlander, dispuestos todos a dejar de lado las pretensiones artísticas. Fueron tres de los pilares de la muestra New Documents articulada en 1967 por John Szarkowski, conservador de fotografía del MOMA neoyorquino y gran valedor de la fotografía como medio útil para documentar la realidad, más allá del puro testimonio.
Gracias a Szarkowski la foto se cuela en los museos y se da carta de naturaleza a unos fotógrafos que, más allá de la denuncia social, no buscan reformar la vida, si no conocerla, según la argumentación el propio conservador. Una corriente de la que participa un Garry Winogrand (1928-1984) que fijó la esencia del sueño americano y de la Nueva York de los setenta con su mítico portafolio Fifteen Photographs.
En otro registro se mueve Henry Callahan (1912-1979) con unos paisajes humanos que traza en una clave minimalista tomando como modelo bien a su mujer Eelanor y su propia intimidad, bien a la mujeres ensimismadas, unas desconocidas a las que no dejó de retratar en toda su vida.
En activo
Siguen vivos y en activo dos de los fotógrafos de la muestra, Lee Friedlander (1934) y Hellen Leavitt (1913). Mientras que Friedlander ha tratado de fijar la esencia del alma estadounidense mediante imágenes de sórdidas y despobladas habitaciones con televisores encendidos, Leavitt hace algo parecido pero circunscribiéndose a la ciudad de Nueva York y cambiando la sordidez de la habitaciones por el bullicio de la calles más populares de la gran manzana.
Las casi 80 instantáneas que se exponen en las salas de Mapfre son parte sustancial de las 150 que han sido adquiridas a lo largo de 2008 por una fundación que cada vez concede más importancia a la fotografía. Tanto, que esta veterana sala se dedicará en exclusiva a la foto, una vez que Mapfre inaugure en octubre sus nuevos espacios expositivos en el paseo de la Castellana. La fundación ofrecerá durante 2009 dos «platos fotográficos» fuertes: una muestra dedicada a Walker Evans y otra a la obra de Fazal Sheikh.
Pluma y cámara
Y es precisamente el maestro Evans (1903-1975) el encargado de abrir la muestra Coleccionar el mundo. El padre del documentalismo decidió cambiar la pluma por la cámara y convertir sus imágenes en implacables alegatos de realidad. Mi objetivo como fotógrafo es hacer fotografías que sean directas, con autoridad, trascendentes afirmó. Una intención que corrobora una de las imágenes de la muestra, una copia de época de Estancia en una casa de una plantación de Louisiana realizada en 1935. En la foto aparece una vetusta estancia de una mansión con las contraventanas cerradas, una imagen que retrata los agobiantes y recargados ambientes sureños tan elocuentemente como la prosa de William Faulkner o Tennessee Williams.
La manera de mirar de un Walker Evans que persigue «el rigor, la sencillez y la claridad» y que aspira a descubrir la realidad y no construirla cambiaría las reglas del juego y daría cancha a otros dotados mirones como Diane Arbus, Garry Winogrand o Lee Friedlander, dispuestos todos a dejar de lado las pretensiones artísticas. Fueron tres de los pilares de la muestra New Documents articulada en 1967 por John Szarkowski, conservador de fotografía del MOMA neoyorquino y gran valedor de la fotografía como medio útil para documentar la realidad, más allá del puro testimonio.
Gracias a Szarkowski la foto se cuela en los museos y se da carta de naturaleza a unos fotógrafos que, más allá de la denuncia social, no buscan reformar la vida, si no conocerla, según la argumentación el propio conservador. Una corriente de la que participa un Garry Winogrand (1928-1984) que fijó la esencia del sueño americano y de la Nueva York de los setenta con su mítico portafolio Fifteen Photographs.
En otro registro se mueve Henry Callahan (1912-1979) con unos paisajes humanos que traza en una clave minimalista tomando como modelo bien a su mujer Eelanor y su propia intimidad, bien a la mujeres ensimismadas, unas desconocidas a las que no dejó de retratar en toda su vida.
En activo
Siguen vivos y en activo dos de los fotógrafos de la muestra, Lee Friedlander (1934) y Hellen Leavitt (1913). Mientras que Friedlander ha tratado de fijar la esencia del alma estadounidense mediante imágenes de sórdidas y despobladas habitaciones con televisores encendidos, Leavitt hace algo parecido pero circunscribiéndose a la ciudad de Nueva York y cambiando la sordidez de la habitaciones por el bullicio de la calles más populares de la gran manzana.