La ganadería ya acusa la falta de agua, mientras los agricultores de Guadalajara confían en que llueva este mes
El mes de enero ha sido muy seco y cálido, y las previsiones no son buenas.
Después de más de 40 días sin apenas precipitaciones –ni de lluvia ni de nieve– en pleno invierno, y con un inicio de mes de febrero con temperaturas primaverales en las horas centrales del día, a pesar de las heladas de la mañana, la lluvia se echa cada vez más de menos.
El mes de enero ha sido muy seco en Castilla-La Mancha, tal y como se recoge en el balance que ha hecho recientemente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La precipitación media ha sido de 7.4 mm, el 18 por ciento del valor de referencia del periodo 1981/2010. Las precipitaciones diarias más importantes se registraron los días 4 y 5, pero en Cañizares (Cuenca) y en Valdepeñas (Ciudad Real); en Molina de Aragón, en enero, se contabilizaron 6,2 litros por metro cuadrado, por lo que el mes fue muy seco. En la provincia, las precipitaciones de enero fueron entre un 25 y un 50 por ciento respecto a lo normal.
Este carácter seco fue el mismo que se registró en diciembre en la comunidad autónoma, en el que la precipitación media fue de 26 litros por metro cuadrado, el 43 por ciento del valor de referencia. Las precipitaciones en la provincia de Guadalajara estuvieron, en su mayor parte, entre un 50 y un 75 por ciento respecto a lo normal. Según la Aemet, entre el 1 y el 27 de diciembre de 2021 se acumularon 22 milímetros en Guadalajara capital, 15,4 en Molina y 30,8 en Sigüenza.
A nivel nacional, el pasado mes tuvo en conjunto un carácter muy seco en cuanto a precipitaciones, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 16 mm, el 26 por ciento del valor normal del mes (periodo de referencia: 1981-2010). Fue el quinto mes de enero más seco desde el comienzo de la serie en 1961, y el segundo del siglo XXI, después del año 2005.
Y con esta escasez de lluvias, las temperaturas medias del mes de enero –5,7 grados– en Castilla-La Mancha han sido superiores a sus valores normales, con una anomalía de 0,8 grados, por lo que el mes de enero ha sido cálido. Según la Aemet, a este carácter cálido han contribuido “en gran medida” las temperaturas máximas cuya media ha sido de 12,5 grados, con una anomalía de 2.5, por lo que han sido muy cálidas; y la media de las mínimas de la Comunidad de Castilla-La Mancha ha sido de menos 1,1 grados, con una anomalía de menos un grado, por lo que estas últimas han sido frías. La temperatura mínima se registró el día 29, con 11,5 grados bajo cero en Molina de Aragón.
Según los datos proporcionados por la Aemet, la temperatura media del mes de enero en Brihuega ha sido de 4,8 grados, con una anomalía positiva de 0,2 grados, por lo que ha tenido un carácter térmico normal. En Molina de Aragón, la temperatura media ha sido de dos grados, con una anomalía de un grado menos, por lo que el mes de enero ha sido frío. En Sigüenza, la media ha sido de 2,9 grados, con 0,1 grados menos de lo habitual, por lo que el último mes tuvo un carácter térmico normal. Junto con las altas temperaturas de este mes registradas durante el día, sí han destacado las heladas nocturnas, en las que Molina de Aragón y Sigüenza han estado entre las más frías de la región y del país.
El mes de diciembre también fue muy cálido en Castilla-La Mancha, con una temperatura media de 7,9 grados, 2,2 por encima de lo normal.
A nivel nacional, el mes de enero tuvo en conjunto un carácter cálido, con una temperatura media en la España peninsular de 6,4 grados, esto es, 0,7 grados por encima de la media de este mes. Pese a las elevadas máximas registradas se ha tratado del vigesimoprimer enero más cálido desde el comienzo de la serie en 1961 y el décimo más cálido del siglo XXI, ya que las temperaturas mínimas se quedaron 0,7 grados por debajo de la media. La oscilación térmica diaria fue de 2,8ºC, superior a la normal del mes.
¿Y cómo afecta este tiempo a la agricultura y a la ganadería? El presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), Juan José Laso, explica que esta situación para los cultivos de secano “no es mala”, pero advierte que “el agua ya va siendo necesaria”. Dice que lo ideal sería que lloviera durante este mes de febrero para poder entrar en marzo con reservas de humedad, pues señala que si no llueve hasta abril el campo no aguanta. “De aquí a 20 días sería imprescindible que lloviera porque si no ya empezaría a ver mermas de cosecha”.
Según Laso, las lluvias de octubre, noviembre y diciembre y el calor de enero ha hecho que los cultivos de secano se desarrollen “satisfactoriamente”, pero después de más de 40 días sin llover y con temperaturas que en este mes de febrero se acercan a los 20 grados, es necesario que llueva.
Las necesidades de lluvia también difieren de una zona a otra de la provincia, pues los cultivos de la Campiña son más tempranos y, por ejemplo, en esta zona, el trigo y la colza “ya están esperando el agua”; mientras que en Molina “los trigos todavía están pequeños, han nacido muy bien, está helando por las noches y tienen menos necesidad de agua”.
La situación de la ganadería sí es más crítica, pues la sequía ha venido acompañada de heladas que han impedido que crezca la hierba, por lo que es “imprescindible” que llueva. “Ahora mismo la Sierra Norte está absolutamente seca, parece que estamos en agosto, no hay nada de hierba”, explica Laso.
El presidente de la APAG añade además otro problema: las reservas de los pantanos. En este caso, los del sistema del Henares, ya que las lluvias del invierno son claves para poder tener reservas para los meses siguientes. Así que insiste en que es “imprescindible” que llueva.
Juan José Laso asegura que la sequía es una preocupación más para los agricultores y advierte que esta sería “horrorosa” para el campo. La razón es que esta ha sido una de las campañas de siembra más caras de la historia por el aumento del precio de los insumos. “La sequía siempre es mala, pero otros años los costes de siembra son menores”, apunta.
Se da la circunstancia de que este año está siendo radicalmente distinto y nada comparable al 2021, donde en estas mismas fechas aún estaba muy reciente la borrasca Filomena. “La borrasca fue buena para el campo porque dejó muchas reservas de agua en el suelo y en febrero también llovió”, señala el presidente de APAG.
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha pedido “paciencia” ante la falta de lluvias, ya que a su juicio “todavía hay tiempo de que las lluvias animen a los cereales que necesitan agua”.
Según Arroyo, “aún es pronto para alarmas”, confiando en la previsión de “pequeñas lluvias en las próximas semanas”, y con el deseo de que esta situación de sequía no persista. Si es así, a juicio del consejero, los cultivos de secano tendrían “problemas”, aunque ha señalado que este tipo de cultivos ya están familiarizados con esta falta de lluvias y lo reflejan en la contratación de seguros, porque la sequía ya representa “una cuestión climática permanente”. “El sector se tiene que acostumbrar a la realidad. Estamos acostumbrados a la escasez”.