La gastronomía se pone al servicio de la Semana Santa
Gustos de Antes nos trae la tradición en forma de torrijas y buñuelos.
Más allá de las tradicionales torrijas y rosquillas que devoramos por estas fechas, la provincia tiene secretos escondidos en la gastonomía local de sus pueblos. Un ejemplo es la sangría de la Semana Santa o zurracapote, orgullo de Trillo. El zurracapote tiene vino de Trillo, azúcar, limón, pera, manzana y plátano, y canela en rama, que se cuece previamente en agua. El vino se adormece con un porcentaje de agua. La mezcla se deja macerar durante tres días para que cada cosa coja el aire del resto.
Y qué mejor que unas torrijas para acompañar el zurracapote. La versión de leche son las más habituales, para lo cual hay que cortar el pan en rodajas de dos centímetros. Una vez bañado en leche y escurrido se pasa por huevo batido, para freír después las rebanadas con aceite de oliva. Se coronan con azúcar y canela molida.
Pero para aquéllos que huyan de las sobredosis de azúcar, las empanadas de bacalao son una buena opción para estos días. También lo es el potaje, igualmente con bacalao, un guiso de toda la vida que ayuda a aquéllos que sigan el ayuno de carne de estos días. Y para coronar el asunto, una tortilla de patata, que podemos engordar con su correspondiente guiso. A la mesa se ha dicho.
Gustos de Antes nos trae la tradición en forma de torrijas y buñuelos
Gustos de Antes endulza un año más la Semana Santa a los guadalajareños. Desde sus tiendas de Sigüenza, Jadraque y Guadalajara, además de Medinaceli (Soria), y el reparto en hasta 17 municipios de la provincia guadalajareña, nos traen no sólo el pan de cada día, sino los productos típicos en estas fechas: torrijas, rosquillas fritas y buñuelos.
Sin duda, la torrija es la estrella y en Gustos de Antes utilizan los mejores productos para que lo siega siendo. “Al final, una buena torrija consiste en un buen pan, que es el que hacemos nosotros y que vendemos todo el año. Es un pan de mantequilla, no un brioche, con un buen almíbar a la hora de infusionar la leche”, explica Irene Gómez, gerente de Gustos de Antes. Infusionan la leche dos veces, primero en la que se mojan las torrijas antes de freírlas, y después, una vez fritas, una infusión con naranja, canela, miel y azúcar. Ésta es, explica Irene Gómez, la receta tradicional que han visto hacer a su madre toda la vida.
La rosquilla frita también es muy demandada estos días, aunque es cierto que es un producto que en Gustos de Antes trabajan todo el año. “La gente en los pueblos quiere cosas caseras y las rosquillas de anís son totalmente artesanas”. Luego están los buñuelos, que además de en Semana Santa, ofrecen en los Santos.
Todo esto hace que estas semanas sean “frenéticas” en esta empresa, con 23 personas trabajando en las tiendas y el obrador. “Nuestros productos no llevan conservantes, por lo que los hacemos a diario”. Sin duda, una apuesta segura para endulzarnos en Semana Santa.