La hija de Alfonso de Borbón se casa con el hijo de Alfonso Ussía en la Concatedral

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: M.J.ESTABLÉS.GUADALAJARA
Un fuerte revuelo se montó ayer frente a la puerta de la Concatedral de Santa María de Guadalajara. Decenas de vecinos asombrados contemplaban como multitud de fótografos y cámaras de televisión se agolpaban a las puertas del templo para captar la mejor imagen de la boda de la hija de Alfonso de Borbón y Marisa Yoldi, Alejandra, y el hijo del ácido periodista Alfonso Ussía, Juan Bosco. A pesar de que la ceremonia debía comenzar a las 18.30 horas, no fue hasta las 19.00, cuando la novia, actual directora de comunicación de la firma Loewe, entraba del brazo de su padre a la iglesia. Alejandra, que vestía un traje de Chanel, pasaba con paso firme y sonriente dentro de la Concatedral.

En ese mismo instante, sonaron los acordes del Canticorum Iubilo de Haëndel.
Antes y después de este momento, un goteo incesante de invitados desfilaba, con mayor o menor gracia, por las calles aledañas al templo. Y es que, entre los invitados de excepción al enlace se encontraban el Duque de Lugo, Jaime de Marichalar, la modelo Eugenia Silva, el cantante Antonio Carmona, el humorista Mingote, la ex-modelo Nati Abascal o Cari Lapique.
Entre el repertorio de cánticos que se escucharon en el festejo destacaron el Alleluia de Ireneu Segarra, la Estrella de los Mares, el Ave María Guaraní o el Sanctus, Sanctus de Shubert. Para la salida de los ya esposos, sonó con fuerza y vigor el Alelluia de Haëndel, si bien para desilusión de muchos curiosos, no se lanzaron kilos de arroz sobre los novios. Además, para inmortalizar todos los momentos de la boda, Mingote realizó una caricatura de los novios, teniendo por fondo la Concatedral.
Para la decoración del templo, se colocaron bellos candelabros procedentes de la familia Borbón y exhuberantes flores, en todos y cada uno de sus rincones.
Poco después, todos los invitados al evento partieron hacia el Monasterio de Pastrana, lugar en el que se celebró el banquete.

A vueltas con los aparcamientos
Para que buena parte de los invitados pudieran aparcar sus vehículos cerca de la Concatedral, los vecinos de las viviendas colindantes tuvieron que sufrir las consecuencias. Si en otras ocasiones cuando se celebra un enlace en este templo los vados no pueden ser ocupados, en esta ocasión, y para disgusto de los vecinos, no fue así. De hecho, la Policía Local y Nacional vigilaba férreamente el transcurso de la misa por si alguna persona ajena a la fiesta quería aparcar en esta zona.