
La joya molinesa
Page no ahorró elogios en la inauguración a la sublime panorámica de los Castillos, cuarta fortaleza en extensión de España. También deslizó la típica promesa en estos eventos: será la mejor iluminada.
El presidente de Castilla-La Mancha aseguró con su verborrea habitual que el Parador de Molina de Aragón “va a ser una joyita”. Este era en tiempos, sin el diminutivo madrileño/toledano, el máximo piropo a una criatura por estos pagos.
Page no ahorró elogios en la inauguración a la sublime panorámica de los Castillos, cuarta fortaleza en extensión de España. También deslizó la típica promesa en estos eventos: será la mejor iluminada. Una especie de gran faro vigilante hacia Aragón, que alumbrará también durante el largo invierno la soledad de estas tierras, como ironiza un colega seguntino.
Esta vez el líder socialista regional fue elegante y coherente no volviendo a culpar de las vicisitudes del nuevo hotel público a la administración pepera durante cuatro años frente a los casi dieciséis de su partido.
Los molineses de pro, siempre con la mosca en la oreja, han recibido la instalación como al hijo esperado que se enreda y enreda y llega cuando llega. Quizá por eso lo querrán más. Pero con reservas. Muchos están dolidos por la merma del edificio prometido y el retraso antológico. Pero esperanzados.
En las carnicerías, principal foro junto al Casino y el mercadillo de los jueves, comentan que “está muy bien, de momento”. Pero tuercen el morro dudando sobre los 60 futuros empleos indirectos de trabajo avanzados por el alcalde, además de los 35 estatales fijos (28 ahora) Ojalá. Seguro que El Parador aportará vitalidad y promoción turística.
El menú del restaurante es la comidilla. Molesta su anuncio como “comida alcarreña”, con el cabrito asado como especialidad estrella y la desmesurada loa de que “cada plato (migas, morteruelo, patas de vaca…) es una obra de arte que rinde homenaje a los sabores locales”.
Veremos el veredicto gastronómico/cartera de vecinos y veraneantes ¿Otra joya? Los hay con retintín y guasa.