La Junta desmiente que Europa haya votado sobre la directiva de las aromáticas
La decisión sobre la consideración de los aceites esenciales se prorrogó hasta finales de 2023.
El Gobierno regional ha desmentido que la que la Unión Europea decidido excluir la lavanda como producto químico del nuevo reglamento de sustancias y mezclas químicas (REACH) tal y como confirmaba el Partido Popular estos días. Así lo ha asegurado el consejero de Agricultura Francisco Martínez Arroyo, quien afea “la confusión” que está creando el PP de Castilla-La Mancha a los agricultores y al sector de las aromáticas castellano-manchego. Arroyo recuerda que la Comisión Europea decidía aplazar hasta finales de 2023 la revisión del reglamento que evalúa y limita sustancias nocivas y por el cual se podría calificar los aceites esenciales de lavanda como productos químicos. Un hecho, esta prórroga, que aplaudieron desde el PSOE a todas las instancias.
El Gobierno de García-Page siempre ha mostrado su apoyo al sector y el presidente los defiende porque “es sello de nuestra identidad y nuestra economía”. También el senador por Guadalajara Rafa Esteban se congratulaba de la prórroga, añadiendo que Tenemos un año para convencer a Europa para que estos productos no tengan ningún tipo de restricción .
Así las cosas, el trabajo desde el Gobierno regional “continua” para frenar la inclusión de la lavanda en este nuevo reglamento e insiste en que lo que ha presentado el eurodiputado francés François-Xavier Bellamy (PPE) ahora es una enmienda en un debate de la Eurocámara sobre la aplicación de la Nueva Agenda Europea de la Cultura, que nada tiene que ver con la lavanda.
Recordemos que el borrador de la estrategia de sostenibilidad de la Unión Europea, conocido como el Pacto Verde, contempla la inclusión de los aceites esenciales de lavanda y lavandín dentro de la categoría de productos químicos, una decisión que podría acabar con la producción natural de lavanda en nuestro país. La nueva normativa, actualmente sobre la mesa, califica el aceite esencial de lavanda como un producto químico y considera que debería llevar la etiqueta de “tóxico”, un peligro que lleva varios años amenazando el mercado europeo de plantas aromáticas y que podría suponer el fin de los cultivos en regiones como La Provenza francesa, La Alcarria española o el Valle de las Rosas en Bulgaria
"Somos la región productora de lavanda ya que la región cuenta con casi el 70 por ciento de la superficie de aromáticas de todo el país, sobre todo lavanda y lavandín, que generan un valor añadido extraordinario", recuerda el consejero de Agricultura.
Según los datos, en Castilla-La Mancha ha crecido en los últimos años tanto la superficie como el número de personas dedicadas a estos cultivos, pasando de 1.850 hectáreas en 2017 a más de 4.700 en 2022 y de 122 profesionales a más de 300.
"Las aromáticas suponen una oportunidad para nuestro medio rural ya que, además, incorpora un atractivo turístico y generan desarrollo económico para las zonas donde se cultiva, así como nuevas posibilidades de empleo que ayudan a fijar población".
Y Guadalajara tiene mucho que decir en este sector. El delegado de Agricultura, Santos López, recordaba hace unas semanas en una entrevista a Nueva Alcarria que las solicitudes de ayudas agroambientales para 'Plantas Aromáticas para la mejora de la biodiversidad' se han multiplicado por seis en el último año en Guadalajara, pasando de 13 solicitudes durante el pasado ejercicio a las 78 del actual, lo que refleja la gran expansión de este tipo de cultivos en la provincia.
En la provincia hay 124 productores de plantas aromáticas repartidos en 68 municipios, siendo el de Brihuega el que mayor superficie destina a este tipo de plantación, con cerca de 900 hectáreas dedicadas a estos cultivos.
“En la provincia de Guadalajara existen en la actualidad 2.940 hectáreas en las que se cultivan plantas aromáticas, ya sea lavandín, lavanda o espliego”. La mayor parte de esas hectáreas están dedicadas a la producción de lavandín, en concreto 2.474 hectáreas, seguidas de las que se dedican al cultivo de lavanda, que ascienden a 435 y, por último, algo más de 31 hectáreas se destinan a la producción de espliego.