La Junta incoa el expediente para delimitar los castillos de Barcience y Casarrubios
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Según salió ayer publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha
El castillo de Casarrubios del Monte data del siglo XIV, y destaca por ser el único castillo de la provincia toledana construido totalmente en ladrillo y argamasa. Tal y como apareció este lunes publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía también ha incoado expediente para declarar Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, el Lavadero de la Fuente Blanca, situado en Aldeanueva de Barbarroya, también en Toledo.
El lavadero de la Fuente Blanca destaca por tratarse de un conjunto etnográfrico representativo de una sociedad rural de economía doméstica, que merece ser salvaguardado para conocimiento de futuras generaciones.
Ubicado en el paraje conocido como La Fuente Blanca o El Cercón, éste es un claro exponente de la arquitectura popular tradicional, siendo uno de los mejores complejos de lavaderos existentes en el occidente toledano y el más significativo de la comarca de la Jara.Las primeras referencias documentales datan de finales del siglo XIX, cuando comienzan a adoptarse medidas destinadas a mejorar la salubridad de las fuentes y manantiales de la localidad. Posteriormente, y como fruto de estas disposiciones, se realizaría en 1923 una gran reforma de la Fuente Blanca para canalizar las aguas a través de una cañería y dotarla de varios pilones. El complejo del lavadero está compuesto por diferentes elementos, entre los que destacan las sesenta y cuatro pilas (de un total de ochenta y tres que tuvo en origen), que se disponen en once filas alineadas formando calles paralelas en torno a una fuente-depósito de doble pilón. En todas ellas se aprecian inscripciones que hacen referencia a las iniciales de los nombres o apellidos de los dueños, ya que muchas de ellas son de propiedad privada.
Ubicado en el paraje conocido como La Fuente Blanca o El Cercón, éste es un claro exponente de la arquitectura popular tradicional, siendo uno de los mejores complejos de lavaderos existentes en el occidente toledano y el más significativo de la comarca de la Jara.Las primeras referencias documentales datan de finales del siglo XIX, cuando comienzan a adoptarse medidas destinadas a mejorar la salubridad de las fuentes y manantiales de la localidad. Posteriormente, y como fruto de estas disposiciones, se realizaría en 1923 una gran reforma de la Fuente Blanca para canalizar las aguas a través de una cañería y dotarla de varios pilones. El complejo del lavadero está compuesto por diferentes elementos, entre los que destacan las sesenta y cuatro pilas (de un total de ochenta y tres que tuvo en origen), que se disponen en once filas alineadas formando calles paralelas en torno a una fuente-depósito de doble pilón. En todas ellas se aprecian inscripciones que hacen referencia a las iniciales de los nombres o apellidos de los dueños, ya que muchas de ellas son de propiedad privada.