La labor por la salud de distintas asociaciones

La declaración del estado de alarma por estar en peligro la vida de las personas y la salud pública supuso el cierre inmediato de numerosos servicios a la sociedad que ahora, poco a poco, se van retomando pero que requieren tanto de ayuda pública como de solidaridad particular para seguir adelante,  pues su vuelta a la normalidad lleva implícita la adopción de numerosas medidas de protección que significan un gasto añadido de funcionamiento. Su función social es primordial porque va dirigida directamente a cuidar de la salud de las personas habiendo significado este tiempo un retroceso en la calidad de vida y bienestar de los usuarios habituales. Nos referimos a  asociaciones relacionadas con la salud, agrupaciones de personas que se unen por padecer una patología o condición de salud que juntas consiguen mejoras en la misma, ayudan a conocer mejor el problema y a combatirlo, siendo vitales para sus afectados. Son instituciones tan importantes como la Asociación Española contra el Cáncer, que imparte tratamiento psicoterapéutico con cuatro oncólogas y una trabajadora social; la Asociación contra el Alzheimer, que ayuda a frenar el deterioro cognitivo del afectado; la Fundación Nipace, que lleva a cabo programas con niños que sufren parálisis cerebral logrando estímulos; la Asociación de Esclerosis Múltiple que tres o cuatro días por semana imparte fisioterapia vital para la movilidad; Proyecto Hombre que recupera de adicciones y permite reintegrar en la sociedad y otros tantos colectivos constituidos en los mejores colaboradores del sistema nacional de salud. Incluimos  en esta lista a  todos los fisioterapeutas que alivian con su trabajo múltiples dolencias y problemas físicos, así como los gimnasios que permiten la practica de ejercicio físico siempre beneficioso y en muchos casos prescrito por  los médicos. Todos ellos por implicar contacto físico se vieron obligados a cesar en su actividad y ahora necesitan incorporar a sus sedes distintos elementos que permitan llevar a cabo su función con seguridad tanto para clientes como para los profesionales encargados, constituyendo la mejora de sus infraestructuras y sus necesidades económicas un capitulo a tener en cuenta en los planes de recuperación social y económica puestos en marcha y en los presupuestos de las distintas administraciones.